Jaque mate a la representación.
Las elecciones siempre traen a colación el debate sobre la “representación”, al decir verdad se cree que en definitiva se elige “quienes van a ser los representantes del pueblo” como si pueblo se define en términos cuantitativos y no cualitativos. Representar no es sumar porotos en una contienda es mucho más que eso, sobre todo guarda relación con responsabilidad. Si es el “pueblo” el destinatario de la acción representativa se contradice con la sumisión del que logra la calidad de representante con un Poder Ejecutivo por ejemplo o con sus apetencias personales, o las del grupo o facción a que pertenece, de lo general se pasa a lo particular, tal cuestión se demuestra numéricamente en el resultado matemático final, por ejemplo si tomamos la última elección a Concejales en Esquina la alianza ganadora junto el 41,17% de los votos, eso significa que la mayoría de la voluntad popular está en el 58,83% de los votos repartidos en las otras alianzas, de hecho la mayoría de los “representantes” del pueblo se los lleva no la mayoría de voluntades sino, la primera minoría. Por Carlos Coria.
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