Urden la fórmula Valdés-Camau que anticipa, so pretexto paridad de género, la disputa política 2021.
Una de las últimas designaciones del gobierno provincial, fue el área de educación, que por motivos obvios no posee desde marzo la misma dinámica y recayó en una integrante del clan familiar parte del grupo de trabajo del senador nacional, otrora K, hoy cercano al gobernador, como prueba de fe o inicio de ejecución de una futura y posible sociedad política. La tan discutida, en sus formas, dado que al parecer todos alcanzamos la madurez conceptual de entender que es imprescindible la paridad, puja en el legislativo, encierra en verdad una tensión, que lleva nombres y apellidos en una fórmula gubernativa en ciernes. Las huestes ricardistas (en verdad legisladoras bien intencionadas e inteligentes, que saben de la “jugada” política del senador provincial y que piensan usar la misma para consagrar en los tres poderes la tan ansiada paridad) aceleraron la discusión, para qué de buenas a primeras, los tres poderes del estado, mediante fórceps de ley, contenga en sus respectivas conformaciones, tanto hombres como mujeres. No sucede esto, por un ataque repentino de equidad, o por una deconstrucción en tiempo récord de presunciones culturales machistas y patriarcales. La clave es política, porque, tal como reza el principio de la segunda ola feminista, “lo personal es político”.
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