Alguna vez lo expresó con nitidez académica el referente auto-caratulado como Confucio, para llegar al gobierno se deben tejer no sólo alianzas electorales, sino más que nada alianzas de poder. Y en esta perspectiva, empieza a trabajar Ricardo, en garantizar que su modelo, entronizado hace más de década y media (pensar que quiénes lo apoyaron en sus inicios, lo hicieron con la excusa o el temor que les generaba un Tato eterno, otro ejemplo contundente del “remedio es peor que la enfermedad”) tenga continuidad bajo quién él designe, con el agravante que se equivocó y muy feo, cuando lo ungió a su primo el Ruby, de quién se podría haber esperado algo así, era de otro de la primada, del peronista, Tormenta, sin embargo, Ricardo, sabe que al peronismo lo tiene que tener con la guacha corta, bien debajo de su suela. Por esto mismo, algo que también fue analizado en esta columna, el gobernador le fue a tocar el timbre al exponente fiel y radical del peronismo quiosqueril, del peronismo sectario y faccioso, al actual conductor (para no decirle chofer, cuando en verdad nada de malo en esto hay, simplemente pura realidad, de cómo “se avanza”, se suman puntos en el millaje de las bandas políticas, sí, lo dijimos cientos de veces y no es patrimonio de una sola facción y de todas las expresiones que se dicen democráticas, cebando mate, poniendo el nombre en bienes del jefe, manejándole el vehículo, estas son las materias con las que se aprueba el doctorado político) de la renovación y Camau mediante, del municipio capitalino.

Y ya mencionamos al demonio, al ser diabólico que une y vincula a los arriba mencionados, al Sciolista, luego Cristinista, retornado al Sciolismo, o en el maridaje perfecto de ambos “movimientos” del peronismo nacional, al ex deportista y futuro Senador. Acá es donde tabica Ricardo, acá es donde le empieza a dar batalla, no por casualidad, salió extrañamente (el gobernador no es de esos políticos que declaran en contra de, o atacan, sin que se sienta antes atacado, es decir sí sale a hacerlo, es porque cree que lo han atacado, para sintetizarlo, actúa defendiéndose, de lo contrario no declara) a plantear el tema del helicóptero de Daniel y donde lo aparcó. Es de tan baja estofa, en verdad cómplice la oposición que el mercedeño tiene, que en verdad, a él mismo le tuvieron que haber preguntado, pedido de informe mediante, cuánto le salió a la provincia el helicóptero que compro hace unos meses, y en donde se pasea, perdón, en donde lo acompaña, rutinariamente, sí el diputado/candidato (ahora ya lo podemos decir, al menos por las redes sociales) Valdés.

Sírvase usted mismo en chequear lo expresado, sobran las fotos, también en red social, también en una cuenta oficial de un municipio, administrada por la intendenta del mismo, en donde están las gráficas del helicóptero, y el gran Gustavo, haciendo alarde de su carisma, de su porte, y de porque no, de su casi ganado sitial de sucesor.

Como buen hijo pródigo, le tocara a su padre político, el gobernador, el seguir trabajando en la más difícil, de que pueda convencer a los sectores del poder correntino, de que esta vez no se equivocara (¿se acuerda de que ese error, con el ruby le costó a Ricardo, entre tantas cosas, el desaguisado con las denuncias que le hicieran los “asesores” de su primo”, que se encargaron, además de denostar a uno de los pilares de la institucionalidad correntina, como el gran fiscal?) mientras tanto, a Gustavo el traje le va quedando perfecto, es cómo cuando como padres, entramos a un consultorio médico, a un restaurant, a una oficina a un hotel, acompañados de nuestros pequeños hijos, los adultos hacemos los trámites, los pibes o los gurises, lo que hacen es pedir la contraseña del Wifi, para jugar en internet o en el Facebook.