Cuando veo un tomate puedo dudar de muchas cosas. Puedo dudar de que sea un tomate lo que veo y no trozo de cera hábilmente pintada. Puedo dudar inclusive de que haya: ante mi algún objeto material. Quizá lo que yo tomo por un tomate sólo es en realidad un reflejo; quizá soy víctima de una alucinación. Henry H. Price. Perception.


Narra el cuento infantil, el flautista de Hamelín, que en tal lugar, ocurrió una invasión de ratas, tan alarmante y masiva que hasta los felinos huían despavoridos, ante tal circunstancia, los hombres notables del pueblo se reunieron y ofrecieron cien monedas de oro, para quién pudiera librar a la comarca de la plaga. Un flautista se presentó y aseguró que se encargaría del asunto. Haciendo sonar su instrumento, melódica y dulcemente, las ratas salían al encuentro de la música siguiendo al flautista. Este al recorrer todos los espacios del pueblo, se dirigió a un río lejano, y llevó a todas las ratas a la muerte por ahogo.


Inauguramos esta sección, en donde por intermedio de artículos de “psico-política”, mediante una perspectiva lacaniana, abordaremos la cuestión política, tanto en su generalidad democrática como en su traducibilidad parroquial de la dádiva material, la prebenda espiritual, la institución totémica de liderazgos providenciales, que se sostienen por la incapacidad de los más de hacerse cargo de su propio destino, resignándose, mansamente a ser conducidos por seres omnímodos que cuál si fuese un caballo a la monta, manejan con rienda corta y humor huero a corpus enteros de sociedades que se dicen, engañosamente libres, para tolerar estar bajo la férula de estos sujetos providenciales.


El Dr. Rafael Correa, ex mandatario del Ecuador, hubo de escribir un libro intitulado “The Banana Republic” en clara alusión a esa construcción conceptual de un estado gobernado por populistas legitimados por falsas opciones electorales, o donde se insta a la ciudadanía que opte no que elija, en base a una distribución de recursos siempre escasos para una población empobrecida y una dirigencia que desconoce, fácticamente, pero que los domina teórica y discursivamente, tales falencias y que se constituyen o instituyen (dado que como la ley poseen una condición de ser performativas) en la base de su legalidad para esconder la posibilidad de que se les discuta la legitimidad con la que se mantienen y mediante la cual accedieron al poder.


Palabras a cargo del Empresario Saúl Antinori de Autopartes Antinori.


A diferencia de la mayoría de los países Africanos que transitan experiencias democráticas, en Togo, parafraseando al dictador Argentino, Videla, quién así respondió al ser consultado por los presos políticos, está desaparecida. El ex presidente Gnassingbé Eyadéma que gobernó Togo bajo un sistema de partido único cerca de cuarenta años, murió a causa de un ataque cardíaco el 5 de febrero de 2005. Según la constitución, el líder del parlamento Fambaré Ouattara Natchaba, debía transformarse en presidente y llamar a elecciones. Sin embargo, a la muerte del presidente, Natchaba se encontraba fuera del país. El ejército aprovechó la situación y ordenó el cierre de las fronteras, impidiendo su regreso. Faure Gnassingbé, también conocido como Faure Eyadéma, hijo del líder fallecido, ejecutó un golpe de estado y asumió la presidencia del país. Sin embargo, ni este nepotismo póstumo, ni los incumplimientos formales a los principios básicos de la teórica democrática, hacen que el régimen sea depuesto por presión internacional. Hombres del gobierno de Togo, como el filósofo Robert Dussey (Ministro de Relaciones exteriores) maquillan este sistema como abierto, accesible, dinámico y participativo (a diferencia de otros países Africanos, supuestamente más democráticos) en donde de tal país se puede encontrar cualquier tipo de información oficial, en redes sociales en la interfase del 2.0, supliendo, astuta e inteligentemente ciertos ritos democráticos (elecciones), suplantándolos por híper-presencia en internet y espacios virtuales de comunicación. En otras aldeas los demócratas que respetan el ritual electoral (por más que lo desvirtúen pornográficamente con prácticas prebendarias) postergan sus presentaciones públicas por la caída de agua o la lluvia que no pueden, como hace millones de años, evitar que genere problemas a la comunidad que administran, deberían postergar ad infinitum sus pretensiones políticas o clasistas, o mejor, ser depuestos, revocados en sus mandatos por brutos o inútiles o ambas, pero claro, si bien no se trata de Togo, quizá tal vez, en tales comarcas la democracia, también este desaparecida.


Todo parto es conflictivo, es una lucha entre la vida y la muerte, es una batalla por la primera bocanada de aire, todo nacimiento requiere de un proceso mezcla de dolor y sacrificio pero al final, todo nacimiento es un re-comienzo, el reloj se vuelve a cero, comienza a vivir. Es tiempo de un chamamé nuevo.


El legislador Chaqueño, Dr. Sergio Vallejos, realizó criteriosas declaraciones ante las situaciones políticas suscitadas en su provincia, que exceden su espacio político, la UCR, y fortalecen su línea Integración.


Sí bien el sistema electoral de Ballotage, es de origen francés, quiénes lo volverán a experimentar nuevamente para elegir su máxima autoridad política en breve, desde nuestras reformas constitucionales (siempre de expertos mirando experiencias ajenas, eurocéntricas que muy poco tienen que ver con nuestra realidad, referencia, hasta con nuestros posibles deseos colectivos) hemos instalado esta metodología adversarial, agonal, que dispone el acendramiento de las grietas, y tal como lo estipula un funcionario de Gobierno nacional (que debería concentrar sus reformas en el sistema electoral antes que hacerlo en el eufemismo del financiamiento de las campañas, como lo inició otro hombre enquistado en el estado que ha pasado en sus jóvenes años por más de tres partidos distintos) disponiendo que la parte debe suplir al todo y por ende la política o sus políticos ,no dialogan ni consensuan, podríamos terminar, profundizando esta brutalidad rivalista, de generar mayorías (que son mínimas por otra parte, un 50% de habilitados que asisten a votar, no es la mayoría de la ciudadanía real, intimada u obligada a optar) tan polarizadas, tan indiscernibles en número, que el conteo (tal por ejemplo como ocurrió hace no mucho cuando no se pudieron contar los votos para el presidente de la AFA, o los recuentos problemáticos para repartir legisladores) puede terminar cómo en el país Africano de Cabo Verde, cuando en las elecciones presidenciales de 2001 debieron repetirse por las acusaciones de fraude y el escaso margen final (50,05% contra 49.95%). La Corte Suprema decidió el resultado final, después de las apelaciones cursadas por irregularidades en la votación: Pires, del PAICV, fue declarado ganador por 17 votos. Nosotros usamos la justicia antes, incluso, para esperar que habilite o inhabilite candidaturas, o que interprete las normas jurídicas que hubieron de ser creadas por el legislador.


Palabras a cargo del Dr. Emilio Lanari (ELI) Candidato a Viceintendente de la Ciudad de Corrientes por ECO-Cambiemos.


Para quienes puedan seguir pensando que desde nuestros arrabales sudamericanos, la vieja Europa nos queda cultural y políticamente más cerca para brindar las respuestas de siempre (un fascismo recalcitrante y la culpa del otro) a los problemas estructurales irresueltos (pobreza, marginalidad y desigualdad) la naturaleza, en forma de lluvia fuerte, los sopapea en su ignorancia y acomoda en realidad, al tenernos, como en las organizaciones tribales Africanas, pendientes de rezo, para que no caiga agua del cielo que haga colapsar ciudades y caminos. Suazilandia, insistimos como en muchos países de tal continente que pese a tener occidentalizada su clase dirigente (la política-militar como la incipiente académica), brinda respuestas, novedosas e innovadoras a las crisis, de antaño y esclerotizadas, que golpean la legitimidad en la que se sostiene la política. Imitada por el oficialismo Venezolano, que recientemente convocó a una Asamblea Constituyente de ciudadanos no de partidos, Suazilandia en 2003 en una elección legislativa (el país adoptó como forma de gobierno una monarquía absolutista) dispuso que solo podían ser elegidos aquellos ciudadanos no relacionados con ningún partido político. Imagínese cuanta oxigenación podría generarse, sobre todo en países que imponen por letra de la ley a los partidos políticos como pilares de lo democrático, que de tanto en tanto, en una suerte de cupo como el femenino, para que los partidos incorporen una cierta cantidad de ciudadanos independientes en sus listas u ofertas electorales, dada que las cifras con las que dicen contar como afiliados o pertenecientes, no sólo que son altas y sospechosas, sino que se enmarcan, dentro de las fantasías inoperativas que instalan, en una suerte, paradojal, de ejercicio despótico del poder, eligiendo candidatos que no atraviesan instancias de internas o no generando políticas democráticas internas, absolutizando al ciudadano, y obligándolo a que vote, por opciones preestablecidas en nombre de lo democrático que claramente no es tal.


Senegal se presenta con una rara avis del continente africano, desde su independencia de Francia en el año 1960, el país africano no sufrió el flagelo de los golpes de Estado o las usurpaciones de sus instituciones, como tampoco conoce de grandes revueltas populares que nos indiquen inestabilidad socio-política como si ocurre en vastos territorios de África.


El país Africano que se caracteriza por liderar índices internacionales de corrupción donde la mitad de la población es analfabeta, pero las libertades políticas están garantizadas con la existencia de casi 80 partido políticos, donde pese a contar con una garantía constitucional de independencia del poder judicial, el Presidente nombra o tutela a la mayoría de los funcionarios judiciales, ha iniciado una campaña para promocionar y fomentar la lectura, dado que estiman que forjaran una sociedad más democrática, sí es que sus ciudadanos toman contacto más asiduo con la lectura. En América Latina, de acuerdo al Cerlac (Centro regional para el fomento del libro en América Latina y el Caribe) en países como México y Chile, se leen menos de 3 libros por año y en Argentina el número escala a 4,6 muy lejos de España, Corea o Canadá (http://www.cerlalc.org/files/tabinterno/33c91d_Comportamiento_Lector.pdf ). El latrocinio social que significa esta estadística, la violación perpetua y continúa al derecho humano a forjar un criterio de libertad, se agudiza en el caso Argentino, dado que la estimación está realizada en grandes urbes, como Buenos Aires o Córdoba, que representan realidades muy disimiles a las que se pueden observar en el norte feudal del mismo país en donde la cifra de lectura anual no estaría muy lejos que la que expresaría el Chad Africano. La diferencia es que en este país, poligámico, esta manifestación ha preocupado y ocupado a sus autoridades políticas y culturales, en los neofeudalismos de ciertas provincias argentinas, a lo sumo se realizan ferias de libro para hacer de cuenta que es política pública el aumentar la cantidad de lectores, al mismo tiempo que se persigue, se denosta y se in-visibiliza a los escasos actores culturales o intelectuales que proponen el uso del pensamiento crítico como piedra basal de la expresión libertaria de vivir en democracia.


Este es el único país Africano que no ha sufrido golpe de estado alguno o interrupción de lo que llama su orden democrático. Desde su independencia, el partido Democrático (que otro nombre podría tener sí no) gana las elecciones, abrumadoramente, como en 2009 donde obtuvo 45 de los 57 escaños en juego. Observadores, creen sin embargo, que tal como sucedió en América Latina, por la propia salud de la institucionalidad (el gatopardismo de que todo cambie para que nada cambie) más temprano que tarde, este mito caerá (de que sólo puede gobernar en Botsuana el partido democrático) como sucedió en México con el Pri, en Paraguay con los colorados o en Argentina con el peronismo (pese que aún persista la continuidad del mito de que ningún gobierno que no sea de este signo no termina su mandato constitucional). La criminalidad humanitaria, no se soslaya sin embargo, por el elevado índice de la población infectada por el Vih-Sida (casi un cuarto de la población) o como en un a priori se podría pensar, por índices económicos, en los últimos años evidencio crecimiento de su PBI cercanos al 10%, sino precisamente por el monopolio político que se ejerce en nombre del orden democrático. Este absolutismo en el ejercicio de las libertades públicas, se padecen también, en formatos oligopólicos (en aldeas en donde existen más de 40 partidos políticos que expresarían cosas distintas, pero en las elecciones terminan, casi en mitades iguales, ofreciendo solo dos opciones reales a la población, que más que elegir, optan condicionadamente) que se traducen en medios de comunicación que solo reflejan las opiniones autorizadas, en voces premiadas y distinguidas por el poder, que generan, la indiferencia, el señalamiento y la persecución mediante el ninguneo a todos quiénes se atrevan a cuestionar, desde la crítica constructiva o el uso del razonamiento, a las bases del sistema que sostiene tales privilegios, que precisa de esta opresión para ello.


“Es un hecho bien conocido que el botón de Cerrar la puerta en muchos ascensores es un placebo sin utilidad, dispuesto en el lugar sólo para darle a los individuos la impresión de que participan de algún modo, contribuyendo a la rapidez de la jornada del ascensor cuando apretamos ese botón, la puerta se cierra exactamente al mismo tiempo que cuando apretamos el botón que indica el piso sin apurar el proceso por el hecho de apretar también el botón de cierre la puerta. Este caso extremo de falsa participación es una apropiada metáfora de la participación de los individuos en nuestro proceso político postmoderno”. (Zizek, S. “Bienvenidos al desierto de lo real”).


Vanos son los intentos de pretender algo a cambio de anoticiar a los que administran poder, que la traducibilidad instituida, que el cumplimiento del pacto social instaurado, se cumplimenta a expensas de que mayor cantidad de personas, ven subsumida su posibilidad de ser tales, que se las reduzca en archipiélagos de excepción, en donde se decostruyen en escombros, cuando no en escorias, en el mejor de los casos, tomadas como contraejemplo de gigantes mediáticos que lavan sus culpas con notas de color, haciendo el foco en el padecimiento de alguno, o como especímenes sujetos a investigaciones académicas, soporíferas, destinadas al sueño inconcluso de alguna rata de biblioteca. Utilizar el continente Africano, como significante de una realidad pauperizada, puede ser incomodo, como provocador, sin embargo la única intención que nos moviliza a vincular ambos conceptos, es la nítida, clara y contundente, combinación entre una institucionalidad occidental que funciona en términos puros, ascéticos, normativamente inobjetables y que a contrario sensu, demuestra su cabal incumplimiento, cuando pasa al campo de la acción, cuando la traducción se desmorona en la fatalidad comprobable de la mayoría de los países africanos que se dicen, declaran y manifiestan como democráticos, y que de tal solo poseen la pretensión semántica de la autodefinición.


Martín Heidegger se preguntó ¿Y para que poetas en tiempos de penurias? A partir de un poema de Hölderlin, recaba, garabatea, piensa, rodea, posibles definiciones. Nosotros inspirados en palabras que bosquejó como las siguientes; “El hombre debe arriesgarse, es capaz de hacerlo, debe hacerlo constantemente y a gran escala. El hombre es un desprotegido de la naturaleza, de la totalidad del mundo y por ello no está limitado”, nos preguntamos acerca de nuestros políticos en tiempos de democracia.


Así como la Democracia es la expectativa por la expectativa misma, que a lo sumo y en el mejor de los casos, cumple en homeopáticas dosis sus fabulescas promesas, la elección a gobernador en la provincia, oculta tras sí, otro acto de representación de la representación. Como si fuesen Mamushkas Rusas (muñequitas que dentro de las mismas tienen otras más iguales pero más pequeñas) seremos convocados a elegir gobernador, pero el poder real, se determinará en el Senado Provincial. En tal espacio tampoco la lógica la acomoda el que más votos tiene o el que más senadores saca, sino un juego complejo y seductor, propio de las sinuosidades oscuras del poder.


Cuando en lo alto, el cielo era aún innominado y abajo tampoco la tierra tenía nombre, las aguas se confundían en un todo... Enuma Elish, poema de la creación de Mesopotamia.


Sí la semántica no fuera tal, nadie dejaría de hacer agua por dimensionar que los partidos políticos en vez de ser pilares fundamentales de la democracia (como lo dice la letra seca de la norma), para los afectados por la inundaciones, previsibles, evitables y afectables en sus responsabilidades a sus gobernantes que para ello se postulan a gobernar (¿o no comprenden que las fotos debajo de la lluvia, sin piloto, no hace más que redundar en la hipocresía de pedir o exigir el aplauso por la obligación, tardía y mal cumplida?) ¿no serían acaso, asociaciones ilícitas, prestas para el expolio y el saqueo? pero claro, como la división de poderes no es tal, sino en verdad es una complementación, y el judicial, es un ariete, el sostén normativo del poder político instituido, los partidos seguirán sin hacer internas, sin debatir los proyectos, siquiera conformarlos y la ciudadanía se seguirá inundando, teniendo en el mejor de los casos, el acompañamiento del oportuno gobernante, mojado y en botas para acercarle la dádiva de emergencia. Y la discursividad presente, como salvavidas para rescatar el naufragio democrático, aún para los que dicen sólo hacer, presentando una y otra excusa, con tal de referenciar en la existencia de los universales, de lo que a todos sucede, de lo inexpugnable, de lo inevitable, de la inconmensurabilidad, haciendo uso del armamento más eficaz, a nivel argumental, de los tiempos feudales del medievo, en donde la navaja de Guillermo de Ockham alumbra como respuesta facciosa a la disputa de poder dentro de una facción. Siglos después la herramienta se desempolva para usarla para lo mismo; facciones de una facción, pretenden salvar a individualidades, con la excusa de que no existen los colectivos o que es imposible trabajar por los mismos.


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