“Sois fieles súbditos de la nueva religión triunfante: la circulación perpetua, entre el hahaha enlatado de las redes y los grupos de Whatsapp. Donde los pequeños, por cierto, juegan a ser mayores y los viejos juegan a ser niños. En esta gran clase media donde todos somos igual de idiotas la religión triunfante (faltaría más) es unisex, pues ya no hay hombres ni mujeres; ni jóvenes ni viejos, ni buenos ni malos. Todo el mundo es igualmente “diferente”… aunque algunos tengan más seguidores. Entre otras cosas, esta banalidad de la igualación paritaria (donde el éxito del inglés, la lengua de la normalización banal, es otro síntoma) ha conseguido nuevas formas de odio hacia lo raro y lo no homologado. Aparte de un nuevo enfrentamiento entre sexos y generaciones, pues todos (padres e hijos, mujeres y hombres) corremos en la mismapista del éxito espectacular, visible y masivo. A veces parece que habéis vendido vuestra alma al nuevo dios del postureo, sin guardaros nada dentro, ninguna capacidad para el secreto. Casi todo en vosotros funciona en red. De ahí la moda del poliamor y la posverdad. No sé, creo que el viejo Dios, que al fin y al cabo atendía a la sombra de cada quién, era menos cruel que éste de la diversión obligada. Además, recuerda Nietzsche, cinco no se ríen sin que un sexto pierda un ojo” (Ignacio Castro Rey. “http://www.ignaciocastrorey.com/tres-cartas-sobre-la-mutacion-juvenil-de-una-sociedad-senil/#more-1561 )
Muchos hombres de acción política (que la ejercen, que la leen, que la comentan o que la desean), equivocadamente, piensan y sienten que los cuestionamientos del pensar, son dardos teledirigidos hacia sus cabezas, y con el manejo, mediático y sobre supuestas usinas intelectuales, quieren dejar en evidencia, que el pensamiento crítico es sólo la jactancia de las minorías, el inconformismos de infantes sociales, que tendrían que agarrar una pala para no pensar, dado que esta actividad no generaría, para sus conceptos, nada redituable, socialmente hablando. Que el acceso a lugares de la administración, sea del orden que fuere, sólo debe ser atendido en función de una suerte de algoritmo en donde el resultante sea revisto por palabras que sostengan lo constitucional de la idoneidad o lo políticamente correcto de la meritocracia (habría que ver desde donde se parte y con qué elementos se compite) no deja de ser un cuento, que bien podría ser Chino, pero es el más verosímil de los cuentos occidentales. El conchabo, el útero político-social que da a parir a los ciudadanos gobernantes, que los sitúa en el plano distintivo del funcionariado, sea administrativo como representativo, siempre debe ser selecto, reducido, agonal en su definición (todo lo otro o los otros que bajo argucias técnicas refieren que todos tienen que acceder a, que el estado no es un botín de guerra o que esconden sus intenciones políticas y hacen informes a medida), ir en contra de esto, es como no aceptar la ley de la gravedad. Sin embargo, el pensar que las reglas del “econchabamiento” o de cómo se enconchaba no puede ser mejorada, es como mínimo tozudo y poco inteligente. A esto, a perfeccionar estas reglas no escritas, pero sagradas, es lo que se debe dedicar la clase política que pretenda seguir permaneciendo en la cresta de quiénes determinan los que están dentro del exoesqueleto del molusco (llamado concha) que los protege del afuera o de la presencia del estado en sus vidas.
En una comunicación con Merceditas Beltrán Flétscher, subdirectora de la “Agencia Ciudadana” con origen en Colombia (http://agenciaciudadana.org) y las autoridades del centro de estudios correntinos, se resolvió que el trabajo que se viene llevando a cabo, no solo que amerita sino que enriquecerá las perspectivas de las agencias ciudadanas que se desarrollan a lo largo y a lo ancho del mundo con la finalidad de que contemos con una mejor calidad democrática. La constitución del “Índice Democrático”, el “Gabinete Ciudadano” y el “Test 38” para determinar la calidad de los partidos políticos resultaron determinantes para el centro de estudios correntino, logrará su plena inserción en los planos internacionales. Planean para 2018, acciones en conjunto, tanto en Argentina como en Colombia.
El falogocentrismo (sobre todo occidental, europeo, franco-alemán) que nos conmina a pensar desde la posición dominante de lo masculino (como reverbera Derrida) en la construcción del significado, debería ser rodeado, deconstruido, desde la aporético (irresoluto, por ende incierto y dudoso) de lo conceptual. Es decir pensar, intuir o sentir, que la idea de un dios (o creador) tenga que ver con lo masculino, cuando en verdad y desde el sentido común, sí necesitamos construir una referencia teleológica, que nos brinde las certezas de las que carece lo humano, obligadamente, debe ser pensada, intuida y razonada como algo vinculado a lo femenino. Lo femenino no en su genitalidad, sino en lo iniciático, en lo basal, en lo obviamente primigenio que significa y representa la vagina, la vulva, el coño, la concha, la argolla, el hachazo, la cajeta y todos y cada una de las formas determinadas por el falogocentrismo en que se nombra o se designa el órgano sexual de la mujer.
No será este un artículo laudatorio, ante los minutos que lleva Valdés en el Sillón de Ferré. No sólo iría en contra de todos los manuales de ciencia política (los que hablan de cien días de gracia, de “luna de miel” que se les debe otorgar a los administradores de ejecutivos para empezar a decir algo) sino por sobre todo se constituiría como una falta de respeto, a los lectores, al gobernador, a su investidura y por ende al pueblo de Corrientes o a la correntinidad. Tampoco, a decir de Asís, se precisa por estas tierras de un “Periodismo de Irigoyen” (parafraseando al concepto “Diario de Irigoyen” que el escritor extiende con sarcasmo y que le otorgaría, a su modo de ver, la prensa nacional al Presidente), tal vez pretenda alguno, regresar a la oficina pública de información o prensa, y está muy bien que para ello use las palabras, no sería un mal hábito que los gobernantes consideren a sus posibles funcionarios de acuerdo a este parámetro. En nuestro caso, le agregamos la reflexión o el análisis político, dado que sí se rompió la regla por alguien bien visto y considerado, nos habilita a que también lo hagamos, por más incluso que no creamos que sea la forma o la manera correcta, en nombre de lo colectivo y a las buenas costumbres, nos adaptamos a lo que se establece como positivo o aceptable.
He comprado el buzón de suponer que las convicciones, la creatividad, el pensamiento crítico y el apostar a un colectivo, que trascienda la individualidad somera, fría, y esquiva de resolver un problema personal, hasta incluso material, son actitudes ante la vida que más allá del regocijo espiritual, son validadas por todos y cada uno de los integrantes de una sociedad.
Aquellos que por destino, azar o mala suerte les toco nacer y vivir en el norte argentino convertido en el residuo inviable de una mínima franja amurallada cuasi rica ubicada en el centro del país, podemos notar desde la lejanía y el abandono los últimos suspiros del Estado tal cual lo conocimos en la historia reciente. Los fundamentos que cimentaron semejante monstruo se diluyen día a día, borrados de cuajo los límites territoriales liquidando el concepto de nación que lo libertadores supieron marcar y defender.
El prejuicio que circula por los pasillos en donde se reúne la elite, y por sobre todo en donde desearían circular los que nunca pertenecerán pero se desviven y así morirán por pertenecer, y que en tiempos de redes sociales, se postea y comparte en formato digital, pareciera haber sido ratificado por las recientes administraciones del gobierno provincial y municipal capitalino en la conformación de sus respectivos gabinetes. Para los “peronchos” (tal la definición del medio pelo argentino que se identifica por su antiperonismo) ni justicia, menos que menos un lugar (el que podría endilgársele tiene más que ver con el partido intransigente y el otro con el desarrollismo que siempre quisieron travestir como variante de un peronismo ortodoxo) en el gabinete o en las planillas de funcionamiento del estado. Toda una definición que tiene sus puntos a favor como de los otros.
Cuando la justicie confirme el desfalco mediante el cual se libró la orden de detención para la ex Intendente de Perugorría, entregaremos al actual jefe comunal el total percibido, otorgado por la anterior administración, dado que sorprendidos en nuestra buena fe, hemos realizado un trabajo de difusión de actividades públicas, que evidentemente, tenía como trasfondo que otras acciones no se supieran o pasaran desapercibidas. Distinto es el caso, de otro Intendente de Corrientes, preso, de la localidad de Itatí, al que la justicia lo penaliza por un delito indirecto en relación a lo que era su desempeño como Intendente. No obstante, como podrá comprobar en nuestros archivos, tanto a Lesieux como a Terán, en las sendas entrevistas, le preguntamos a la primera acerca del proyecto de construcción de casas (antes del informe de la televisión porteña y de la denuncia de la diputada bonaerense) y al segundo acerca de cómo se combatía (en el caso de que le correspondiese en la función a un municipio) al narcotráfico. No esperamos que todos los que percibieron pauta o dinero de Perugorría, por servicios prestados la devuelvan, no corresponde, más sí como en nuestro caso se trabajó con honestidad intelectual, creemos sí que es un gesto simbólico. Lo que sí esperamos, y lo expresamos como deseo en estas navidades, es que ningún jefe comunal de Corrientes, tenga que verse envuelto en prácticas que transgredan la normativa vigente, por el futuro bien de ellos mismos y por el bien eterno de las instituciones y la democracia.
Tal como en todos los ámbitos de una sociedad desigual (que se precia, normativa como culturalmente de lo contrario), en la clase política o en el campo político, en la arena de la política, en el recinto simbólico perteneciente al cetro de los legisladores nacionales, hemos sido testigos de una doble vara, o doble estándar o mejor expresado un mismo suceso que circulaba en dos planos en paralelo, asintóticos. De tal performance, lo único que se percibe con claridad meridiana es la representatividad difusa que dimana de instituciones ancestrales que a golpe de esperpentos públicos nos anotician del estado de situación en que devino uno de los poderes del estado. Una imagen vale más que mil palabras (en verdad sería al revés, dado que ahora abundan las imágenes y lo que falta son palabras que las acompañen) y más allá de los roles que a cada uno le competa en la dinámica legislativa (desde el presidente del cuerpo, las presidencias de las comisiones, de los bloques, miembros informantes e integrantes mediáticos que informalmente se suman a la lista de notables) la gran mayoría de los legisladores, nada río arriba, para aprehender, para tomar la representatividad que le ha sido conferida y que muchas veces, pareciera que está sobre-representada, al menos en el hemiciclo o en el legislativo nacional a razón de que en el afuera, en ese afuera bullicioso, violento, se compensa o se regurgita lo que ese adentro devuelve, ese exceso en demasía (de la mayoría de los legisladores que plantean cuestiones dando por sentado lo que a más de un tercio de la población les falta, la posibilidad de comer o de dejar de ser pobres) y que se traduce en una piedra, en una cacerola, o en el peor de los casos en la indiferencia más abyecta.
Volvió a producirse el síntoma. Tal vez en el mejor momento, cuando el paciente, creyéndose sano, amenazó con extraviarse en jornadas dionisíacas de exceso, abotagado de circunstancial sanidad, se sintió envalentonado por la soberbia de haber creído que, sintiéndose vencedor de la enfermedad que lo aqueja, le daría derecho y sobre todo, posibilidad, para parársele a la muerte misma. La fiebre le volvió a subir, el escozor regreso y las remembranzas no sólo que son obvias, sino conducentes. La cuestión de fondo, la enfermedad de base, no sólo que sigue presente, sino que nunca fue tratada ni diagnosticada. A ningún médico le podría alegrar la descomposición de un paciente, sin embargo, muy dentro suyo, a esté, no le convenció nunca la supuesta recuperación, mágica y sin precedentes, del enfermo que creyó que se curaba por tan sólo cambiar de médico, o en el mejor de los casos de tratamiento o medicamentos, sin el debido diagnóstico previo y exacto.
Futuro: Conferencias que Potencian.
Una nueva etapa se abre en la Ciudad de Esquina en torno a la cultura educativa, el Siglo XXI nos atrapó en un cosmos de nuevos métodos de conocimiento e interacción social, la tecnología se nos presenta como el tabique que reorganiza toda la esfera social. ⚡Futuro: Conferencias que potencian, pretende incorporar a los esquinenses al fabuloso mundo del conocimiento que el nuevo milenio nos pone a disposición, mediante una clara política pública. El futuro es una construcción permanente en el presente.
Hablamos del poder, no utilizaremos para ello, los subterfugios o excusas semánticas con el nombre; pueblo, gente, ciudadanos, patria, otro, institucionalidad, democracia, etc. La llamada “reforma previsional” que cambió el clima político del país funge como el dispositivo que alerta acerca de la ausencia del puente, la intersección, la vinculación que exige el poder para que entre sus tensiones se logre la tan deseable como expectable armonía o consenso. Las rispideces, urticarias, escaramuzas, confrontaciones que agolpan las redacciones de los medios de comunicación, transforman no sólo lo político en policial-militar, sino que por sobre todo, desnudan la inoperatividad de un sistema al que le falta una oposición, dado que a esta le falta un proyecto (antecedida por un deseo) que la constituya en tal. Daremos el ejemplo de cómo, sí un grupo político desease ocupar tal espacio (el vacío del mismo es el que se llena a los palazos y mediante violencia y agresiones) lo haría por intermedio de proponer una reforma de la constitución nacional que contemple entre algunos aspectos nodales, la reducción al mínimo de las fuerzas armadas, y la reestructuración de los poderes legislativo y judicial.
Al hablar de la esencia como punto final de las diferentes características que conforman la sustancia final o el ente en cuanto a ente, uno se introduce en un campo óntico pero si consideramos esta definición con respecto a una acción o interacción social y si a esta le sumamos una peculiar actividad como es en este caso el espectáculo teatral nos encontramos ante una realidad social autoconsustanciada.
Sí existe alguna dinámica, es decir algún impulso consuetudinario que se escape de lo cultural y que se exprese desde lo innato de la condición humana, es la sexualidad. Sin embargo la sexualidad ha sido el primer bastión que el humano entregó para representar su vida más allá de sí mismo. De hecho el resultante, posible, como probable de una de las formas de sexualidad (el intercambio de fluidos entre un hombre y una mujer en período fértil) acaba, o concluye, con la continuidad de la especie, o con la perpetración de la contradicción manifiesta en que la experiencia humana no acabe, acabando. El acto sexual no se lleva comúnmente en la plaza o el escenario público, no sólo por las cuestiones sabidas y brillantemente narradas por otros, sino por sobre todo, porque la sexualidad es la instancia en donde todos y cada uno de nosotros nos despojamos de nuestra individualidad para coger el traje de seres sociales, padecientes y obedientes a las cláusulas sociales que nos vamos imponiendo al ritmo de la práctica sexual.
Debe estar cansado usted y con lógica razón y pureza en el corazón. Varios de los intendentes recién asumidos, y sobre todo, aquellos que suceden a los del otro signo partidario (tenemos 40 partidos, pero en verdad dos expresiones el oficialismo y la oposición, en donde los sellos en los que suelen acabar los partidos se amuchan o aglutinan para hacer masa crítica) declaran emergencias, estados financieros contables (flotantes, nebulosos, pretéritos y toda la semántica que la ciencia económica le ofrece) en donde reciben municipios destruidos, incendiados, acabados y a punto de disolver el principio sagrado de la continuidad jurídica del estado. No importa el color partidario, nunca ha importado, sino el rol, el nuevo oficialista, sí sucede a un opositor hará las denuncias de “vaciamiento” en las que transformará la comedia de diciembre, cargando de angustias en un mes simbólicamente complejo, a empleados y proveedores del estado municipal. En el gran verso de lo privado (nada lo es, todo es público, quiénes más expoliaron lo público instituyeron las quintas privadas para que nadie les reclame, legalmente, lo que les corresponde al resto, o en su defecto que también tengan todas sus respectivas quintas y se disuelva lo público) lo único que debería tener la lapicera de los nuevos intendentes, es la tinta para designar funcionarios que le implementen ideas como las propuestas, que prevalecen en distintas partes del mundo, entonces las transiciones, los traspasos y las sucesiones, en vez de ser complejidades públicas y conveniencias privadas (así en vez de poner a gente capaz, los de siempre, ponen a los amigos, a los compinches, a los cebadores, etc.) pasarían a ser situaciones comunes que consoliden la democracia mediante, prácticas democráticas como la auditoría ciudadana.
Haber leído demasiado en una contemporaneidad que se propuso, exitosamente, dejar de leer, es un problema. Problema que se agrava, sí además de esto, uno se dedica a escribir sobre la base de las lecturas, que a su vez, son lecturas de lecturas, como capas geológicas que se superponen y que constituyen una intertextualidad al mejor estilo mamushkas rusas, cuya última y más pequeña muñeca es la que detenta un signo de pregunta. El hombre en cuestión, sin embargo, ha sido una nave insigne del gobierno argentino anterior (detentaba un conchabo jerarquizado de nomenclatura Leninista, siguiendo con lo ruso) cuyo proceso, en la nota divulgada por lo que otrora eran las madrigueras de los intelectuales orgánicos, devenidos en reductos de la supuesta resistencia a lo presente, lo define como la contracara de la opresión libertina-liberal, situándolo como un estadio histórico, emancipatorio, por ende revolucionario y romanticón (a la luz de la estética de los barbados de buen vestir y afrancesado hablar que defendieron a latigazos y billetazos un proceso político-filosófico que jamás otearon en escritos académicos o informales previo) predestinado a la liberación de las mentes, las almas y del concepto mismo de libertad.
En clara alusión al artículo constitucional (Argentino) numerado como 38 ( “Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático…”) en defensa irrestricta del orden democrático, y tal como la institución del índice democrático por nosotros antes planteado, constituimos el siguiente test, de cinco preguntas que remitiremos a todo y cada uno de los presidentes de partidos políticos que orbitan en nuestra geografía, a los efectos de determinar el grado de “democraticidad” de los mismos y consecuentemente el cumplimiento que hacen los mismos de su razón constitucional determinada por el artículo 38 de marras.
"Kénosis (vaciamiento) utilizado en la antigüedad por San Pablo en alguna de sus Epístolas, que fue retomado posteriormente por los luteranos para referirse a la renuncia de Jesucristo a su divinidad, en el momento de su encarnación como simple ser humano”. En términos de la política actual una de las tantas funciones, imprescindibles (dentro de la definición tácita dispuesta por el artículo 38 de la Constitución Nacional) que debieran tener las instituciones fundamentales del sistema democrático, es la de, mediante documento escrito, avalado por convenciones u organicidad partidaria que corresponda de acuerdo a cada carta orgánica, poder sugerir, recomendar, apadrinar (en su connotación positiva ) a quiénes pudieran ser ungidos, más luego, por los gerenciadores de la cosa pública, los mandantes en los ejecutivos, como secretarios o ministros, sería tal vez un mero formalismo, como el de izar la bandera, el de pararse para cantar el himno, o tantos otros hitos simbólicos, que son ni más ni menos que la traducibilidad de los deseos y sus consecuciones.
La asociación de trabajadores del estado (Ate), mediante el accionar del área, departamento, espacio o como solidariamente se quiera denominar “Comunicación Corrientes” (cuyos envíos provienen de una cuenta de correo electrónico [email protected]) incumple, palmariamente el artículo 4 de su estatuto que taxativamente dispone: “La Asociación Trabajadores del Estado respeta toda idea política o filosófica, creencia religiosa, no permitiéndose la discriminación racial, aceptándose por igual en el afiliado la libertad de sus ideas y/o creencias” dado que desde hace meses, se propalan artículos políticos, literarios, desideratas, manifiestos, editoriales, columnas de opinión, firmadas por el mismo sujeto (cuya exquisitez como hilaridad narrativa, se destacan en un campo desierto de talentos que pongan en papel la valía de sus consideraciones, que sin embargo no están en juego ni en cuestión, ni en sus logradas musicalidades de forma ni en sus discutibles posiciones políticas, que al final del día siempre terminan convalidando o brindando gratuita legitimidad a lo que se dice enfrentar u oponer) entronizándolo en los medios de comunicación que poseen verdadera como condicionada relación con Ate, para que tales escritos se publiquen, se difundan, se viralicen, merced y producto del esfuerzo de todos y cada uno de los afiliados de una asociación de trabajadores, que ipso facto, está siendo tutelada, imbricada, por cada giro literario, por cada vocablo, afrancesadamente dispuesto por el escriba, promocionado, avalado, sponsoreado por una institución que se dice representar los derechos de los trabajadores, pero que en este caso, actúa conforme a la lógica empresarial, más furibundamente individualista, clasista y empapada en los principios más salvajes de la dinámica diabólica dimanada del neoliberalismo.