La democracia cuestionada.-
Mientras ardía el Parlamento Paraguayo, el Tribunal de Justicia Venezolano volvía atrás, tras petición pública del Ejecutivo, en arrogarse las funciones legislativas, en Ecuador la segunda vuelta electoral, sacraliza lo totémico de lo democrático, en esa función baladí como exclusiva y excluyente, por parte de la ciudadanía, de elegir condicionada entre opciones que se le imponen para que finalmente en Argentina, los espacios políticos, tanto oficialistas como opositores, ceden la iniciativa y la presencia en las calles, más no así la categorización de lo ocurrido, para señalar que algunos movimientos son anti democracia y otros son en defensa de la democracia. Subyace, como observamos, analizamos y cae de maduro, que en esta parte del globo, se está iniciando una segunda etapa, en donde la cuestión al orden democrático, se va naturalizando, va siendo parte del paisaje político, social y mediático de lo cotidiano. La democracia o lo que quede de ella (que incluso en esta redefinición puede ser mucho mejor de lo que es, difícilmente pueda ser peor agregan otros) tendrá que salir fortalecida, de estos cuestionamientos, que se tardaron en llegar, pero en esta intensidad que se vienen manifestando, deberán reencausarse a los efectos de mitigar la salida o el método violento, de lo contrario, sí se suprime, se esconde, no se verbaliza o se censura este cuestionamiento a lo democrático, lo único que se hará es contribuir precisamente a forzar una sociedad autocrática, en donde en nombre de lo totémico o sacro, no se pueda hablar o cuestionar la democracia, con el noble objetivo de mejorarla.
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