“El entrismo es una vieja estrategia política, que algunos atribuyen a Trotsky y al trotskismo, otros ven su origen en Lenin, y otros le endilgan a Mao un tanto de su aplicación. En todo caso, elentrismo es la penetración por parte de organizaciones de cuadros políticos en partidos reformistas de masas, con el fin de redireccionarlos hacia una organización revolucionaria, o dividirlos después de haber captado un importante número de su militancia política para constituir un nuevo partido revolucionario.” (¿Entrismo?. Nicmer N. Evans. Aporrea. 2014).
Otra decepción del Barcelona, un Liverpool aprovechador y un nueva tarde de champions
Ante las dificultades productos de la restricciones que se impusieron desde la pandemia, sumado al ya complejo escenario de partidos políticos debilitados o con poca gimnasia democrática, se propone que en aquellos distritos en donde se deban dirimir liderazgos o candidaturas, se presente como posibilidad cierta el llevar a cabo una elección a distancia o vía telemática, desde una plataforma que garantice la participación de los que deseen y estén aptos como la fidelidad de los resultados o resultantes.
La competencia más importante de Europa vuelve hoy con muy buenos partidos, veremos quienes son los favoritos para avanzar a los cuartos.
Los escritos repletos de referencias bibliográficas son leídos con respeto por aquellos que están seducidos por el academicismo. Estos textos se muestran sustentados y legitimados por los grandes del pensamiento, por lo que quizás aparentan más consistencia y sustancia de la que poseen. Pero ¿y si, al fin y al cabo, no son más que regurgitaciones de otros sazonadas de tal manera que resulten novedosas? El tono escatológico de la cuestión anterior solo pretende desprendernos de los prejuicios del academicismo, para leer con rigor lo que un conjunto de fragmentos apunta. Depurados quienes reproducen y repiten ornamentando para no ser descubiertos, podemos apostar por lecturas que aporten algo, aunque solo sea un matiz que engarzado con otros abran algún recóndito y oculto lugar pensado tan solo desde una estrecha perspectiva.
No debió haber sido fácil para la madre de Wado, tal vez en sus últimos segundos, se habrá preguntado si su ideal de patria y el sacrificio de su propia vida, continuaría, legado mediante con sus hijos, en el caso de que estos tuviesen la oportunidad de continuar. El cuerpo, al menos del que ya estaba fuera de la panza, le pasaría factura de aquellos tormentos para que no pudiera hablar de corrido. Tales condiciones materiales, hacen que el actual ministro debe sobreponerse, palabra a palabra, ante los tórridos fantasmas de aquel traumático pasado impresos en su habla.
Una jueza de Esquel impidió mediante una medida cautelar, que se trate en la Legislatura de Chubut un Proyecto de Ley sobre Zonificación Minera, hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, presentada por sectores ambientalistas. Inhabilitar el debate no es el camino.
Si algo distingue a Juntos por el Cambio del Frente de Todos, es la claridad conceptual, política e institucional que imprime en su dinámica cotidiana. Cada uno de los partidos, legal y legítimamente constituidos, se expresan en forma orgánica y puntual, mientras en el oficialismo nacional, los aspectos más determinantes ocurren en ese ámbito informal del instituto patria. Exacerban desde este pliegue agonal de lo político, lo que no está contemplado legalmente o regulado. Vale más el reclamo de un piquetero o perteneciente a un movimiento social, que un integrante de un partido político, reconocido este como pilar fundamental de lo democrático por la constitución.
“Hay una democracia espontánea, vigente y actuante, que no alcanza, sin embargo, la sanción oficial, y una democracia institucionalizada, cuya vigencia es a duras penas formal” (Salazar Bondy, A. “Entre Escila y Caribdis: Reflexiones sobre la vida peruana”. Casa de la cultura del Perú. Pág. 24. Lima. 1969).
Como sociedad estamos respondiendo, o mejor dicho refutando a Max Weber. El canonizado autor en “La política como vocación o profesión” (se prefiere esta última acepción de la traducción del alemán original) nos legó la definición clásica de: “las formas de poder basada, en primer lugar, en las dotes extraordinarias del jefe que producen en los seguidores dedicación y fe absolutas, dando vida a la autoridad carismática; en segundo lugar sobre la autoridad del eterno ayer, o bien sobre la autoridad tradicional como la de los patriarcas y la de los antiguos reyes; por último la dominación ejercida a partir de la confianza en las reglas y en los procedimientos legales, a la que corresponde la autoridad racional-legal característica del Estado de derecho moderno” (Herrera, M. “Más sobre Weber y la política como profesión”. Sitio unir.net).
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