POLITICA
13 de febrero de 2020
No estamos para internas; que las autoridades del PJ y los candidatos electivos los elija la intervención.
La última vez que el peronismo correntino ganó en las urnas una elección a gobernador, fue en el año 1992, que tal victoria no se haya traducido en la asunción del poder por parte de los electos, ya es harina de otro costal, lo cierto es que gran parte de esa victoria, ocurrió porque el PJ distrito Corrientes, había sido intervenido unos meses atrás, vía la metodología de “manu militari” impuesta por el interventor y gobernador de Formosa Vicente Bienvenido Joga.
A contrario sensu, la última vez que el partido en cuestión, se presentó a una elección general, tras revalidarse o bañarse en la espuma democrática de una elección interna (sin la trapisonda reiterada de las listas únicas, que se consagran para no permitir la competencia de los otros) fue en el año 2009, el resultado, el candidato validado por el sufragio previo, y también, como en los noventa, apoyado por un gobierno nacional del mismo signo, no entró siquiera en la segunda vuelta electoral, quedando tercero y dejando a la provincia como una suerte de coto de caza para los primos del apellido del poder que superó históricamente a Ferré en continuidad en el mismo.
Ciertas autoridades del PJ Nacional, como dirigentes de peso, que piensan incluso en la conformación de una internacional peronista, se plantean el “tema Corrientes” como si fuese un problema de los correntinos, y de la falta de actitud por parte de quiénes tenemos la alpargata del mandamás encima de nuestras cabezas, para sacárnosla de una buena vez.
Con la mitad de nuestra población sumergida y por ende sometida a la pobreza, con más de medio siglo lejos del poder, en una provincia en donde todo lo que tenga que ver con recursos y posibilidades, representa el 80% de todo, seguir pensando que los peronistas correntinos, no tenemos lo que debiéramos tener para consagrar un gobierno que represente a esas mayorías postergadas, haciendo frente a un régimen político que tiene como una de sus piedras basales, a casi la totalidad del poder judicial, es cuanto menos, inocente, iluso y fuera de toda realidad.
En un escenario nacional, en donde la centralidad tiene estricta vinculación para que la ecuación pueda dar siempre, mejores índices económicos y sociales, e incluso, esta hercúlea tarea no agriete al frente de todos desde adentro, convocar a una interna en un año no electoral, en una de las provincias más pobres del país, para elegir autoridades de un partido o incluso, para elegir también candidatos electivos (sí es que se amplia la convocatoria) es un dislate desquiciado o lo que sería peor, es trabajar mano a mano, tendiendo un puente de plata con el régimen radical gobernante en la provincia.
En estas condiciones, los peronistas correntinos, no podemos reconocer un “primus interpares”, mucho menos lo haremos, elecciones internas mediante. Los peronistas, no codificamos a la política mediante otro concepto que no sea el poder. Es decir, querer deificar a la democracia, hablar de la misma, o consolidarla en sus prácticas, debe ser un apartado que se realice en el campo teórico, en el día a día de la acción, la gente que padece hambre no come gracias a la democracia, por más que así lo haya pregonado un Presidente, que naturalmente, era radical.
Resulta extraño, que dentro de las autoridades del PJ Nacional, otro formoseño y sucesor de quién fuera el interventor arriba mencionado, no tome la decisión política, que la hora demanda, o que inste al resto de los que tienen en la mano el destino del PJ Corrientes, y por ende de la provincia, nos pidan y reclamen que nosotros, de buenas a primeras salgamos de la “dialéctica del amo y del esclavo” y que tomemos la decisión de ser libres.
Lo volvemos a decir, exclamar e implorar con claridad meridiana. No nos dejen a merced del régimen radical que ya perforó las dos décadas en el poder, prorroguen la interna (sea con el mismo interventor, con otro o con una comisión interventora) denle a esa intervención prorrogada, todas las facultades para confeccionar las listas de autoridades partidarias, como recursos disponibles y a mano, que de esta manera, nosotros que tenemos experiencia en intervenciones, saldremos fortalecidos.
La última vez que se intervino la provincia, a partir de tal hecho, se gestó el actual régimen de gobierno, la última vez que se intervino el PJ en las condiciones que necesitamos, se ganó en las urnas. Ergo, las intervenciones gestan poder.
Algunos compañeros, podrán expresar alguna queja, por el supuesto ideal democrático de ordenar, desde nuestra voluntad y sin ayudas, los aspectos políticos, priorizando esta súplica de internas, como si de la pobreza se saliera “comiendo democracia”. Bueno, son los que admiran más a Alfonsín que a Perón, son los que, por esa cuestión de afinidad, y por más que con todo el derecho se sientan peronistas, terminan siempre secundando a los radicales en el poder. Bien le podríamos contestar, a esos reclamadores de internas, que las tendremos el domingo posterior, a la interna que lleve a cabo el radicalismo gobernante.
Así como se sigue diciendo que sí Argentina entra en guerra, Corrientes la va a ayudar, nosotros estamos en una guerra permanente contra el hambre, necesitamos que nos devuelvan la ayuda, no podemos solos, y la salida que vemos es política e institucional, a través de un remedio que puede ser cura o muerte (tal como lo expresa su etimología de pharmakon), pero respuesta al problema, que es una continuidad de la intervención, ampliando sus facultades y recursos. De lo contrario, que se tome otro camino, es condenarnos a esta muerte por inanición, lenta, dolorosa y vergonzante.
Por Francisco Tomás González Cabañas.
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