De los tres presidenciables con mejores números preliminares (sondeos de opinión), dos en sendas visitas a nuestra tierra, han expresado, primero Sergio Massa, recientemente Daniel Scioli que “Reparan históricamente a Corrientes” dando por sentado, que la Nación posee deudas políticas, sociales, económicas y morales, o para ser más precisos, que posee deudas a secas que podrían englobar o no los tipos o clases de deudas aquí manifestadas, pero que precisamente bien podrían ser el delimitarlas, el definirlas, el suscribirlas; una buena, excelente, necesaria e indispensable tarea de nuestros políticos locales que se referencian con los presidenciables, el poner bajo papel y lápiz qué nos repararán y cómo. Se espera que la visita del tercer presidenciable con chances, no desentone y se exprese también por la reparación, por otro lado, impostergable.
Mientras el Director de la EBY, toco el honor correntino, ese que varias veces es mancillado sin que nos demos cuenta (en un programa humorístico de la capital por ejemplo, por intermedio de un personaje con el mote de “filósofo correntino” como sí los correntinos no fuésemos capaces de razonar) lo mejor que podríamos hacer es no responder a la descalificación y el agravio gratuito, sin embargo, así como nuestra tierra hizo florecer a prohombres de la historia y a miles de héroes en los diferentes conflictos bélicos que nos tocó atravesar como Nación, así como vimos florecer cantantes y deportistas de excelsa calidad y calidez, tenemos un filósofo publicado en Europa, en Alemania, aceptado en más de 20 congresos de filosofía de diferentes partes del mundo, que en oportunidad de su reciente publicación internacional, y preparando la presentación de su tercer libro (El voto Compensatorio”).
Muy a tono con el proceso electoral, el texto de filosofía política, que ha sido presentado con laudos en diferentes universidades del mundo, del autor Francisco Tomás González Cabañas, ya puede ser adquirido en el país y por ende en la provincia. “Estamos trabajando en la presentación, a la que la dotaremos de más aspectos políticos que intelectuales” profirió González Cabañas quién cedió una parte del mismo, acerca del planteo de fondo que propone para consolidar la legitimidad representativa de nuestra institucionalidad democrática.
Cristina en el hielo y su encuentro con Plátov. El hijo del pato pone huevos en varias canastas. De coronas y reyes. El número 5 que puede salvar las papas. Alejandro el dios del billete. La comarca con la misma lista de supermercado. Por Carlos A. Coria García.
No son pocas, al contrario, casi que exceden, las manifestaciones de todo tipo y tipos, que connotan aspectos sexuales con resultados electoralistas, o vinculados al quehacer de la política, casi como una sinonimia, que el grado de institucionalidad democrática, no pasa por el raciocinio sino por la lascividad de los instintos más bajos. Perdedores que “la tienen adentro”, ganadores portadores de “la más larga”, apartados que no “pueden mojar”, en el reino de los “porongas” casi que los usos y las costumbres de la democracia, están de más, esperemos que sólo sean exabruptos discursivos y no síntomas de una grave enfermedad.
Mientras asistimos a la orgía de elecciones y de procesos electorales y los ojos mediáticos/políticos e intelectuales, solazan las superficies de las sábanas en donde se lleva acabo el acto impúdico de contar y sumar, probablemente sean muy pocos los que se animen a penetrar y llegar, con ello, a la raíz del asunto, allende las fronteras del diario del lunes con el resultado puesto. Un resultado, que por ejemplo en Santa Fé, no se pudo obtener con las denuncias de fraude a cuestas, como también lo denuncio lo oposición en Salta. Pero no hablamos de resultantes, esta es la primera trampa que debemos sortear, la democracia inacabada, eleccionaria, que nos refriega la clase dirigente, va siendo horada en legitimidad, derrapando en una democracia incierta, en donde la cuestión o lo cuestionable, es que el sistema siempre nos ponga delante de las narices, a los hombres y las mujeres, tuteladas por un puñado de tipos que la tienen más larga, y que manejan lo electoral y por ende lo democrático, como si fuesen el botón de sus controles remotos de equipos tecnológicos.
Las vivencias dentro de un termo según Axel. La lengua de Florencio es más rápida que el tren bala que prometió. La mancebía de madame Angelina. Lilita Carrió al banquillo frente a Fein. Jorge Lanata volvió a la radio con todo y para todos. Ernesto el supremo expulsador en el vacío total. El problemas no es la cantidad, el problema es tener la mayoría. Por Carlos A. Coria García.
Pese a contar con el matrimonio igualitario y un par de leyes que reconocen los derechos de quiénes eligen su sexualidad e identidad, el ámbito de la política, es tal vez, el único en donde no se produjeron “salidas del clóset” o reconocimientos expresos de lo que son ante la vida, un ariete que desnuda, sin ton ni son que las características culturales no se modifican ni subsanan con cambios en la ley, las organizaciones que trabajan en este sentido, deberían instar a los hombres de la política que clara y marcadamente sostienen una preferencia sexual y con ello identitaria que den a conocer su perspectiva de forma tal de contribuir con el testimonio en la acción de tener una sociedad más inclusiva e igualitaria.
A días del cierre para la confección de las listas para legisladores provinciales, desde la centralidad del poder se los define como momentos importantes. No son, precisamente, estudiantes universitarios, que se debaten, entre padecer las torturas o delatar a sus compañeros, los protagonistas de días democráticos, por los que muchos ansían llegar a una candidatura, para ejercer la representatividad, cómo sí lo hubieron de ser, muchos jóvenes argentinos, en aquella lamentable noche de los lápices, llevada al cine, que ondea como paradigma funesto de los cruentos años de dictadura.
Uno de los legados más preciados de los griegos, de los tantos que la humanidad le debe, es sin duda la instauración de lo que se da en llamar gobierno del pueblo (recordemos que en Grecia existía la esclavitud y no todos los habitantes eran ciudadanos), patraña efectista que perdura, extrañamente en los tiempos actuales, de vacío de ideas, de proyectos y de crisis constantes de legitimidad representativa. Tiempos crispados, o mediatizados, en donde esa idea fuerza, en donde se sostiene lo llamado democrático, no es más que un collage de fotos subidas a una red social, en donde la asistencia a esas reuniones partidarias, se puntea bajo el tilde de quién seguirá o no percibiendo el conchabo estatal, lo volcánico de lo que se expresa no es más que la mirada petulante del líder o en el mejor de los casos de un títere de este, banderas que más que enarbolar consignas o símbolos, cobijan mantos inveterados de sospechas e intrigas palaciegas.
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