La rima es el tirano empurpurado, es el estigma del esclavo, el grillo. Que acongoja la marcha de la Idea. No alegueis que es de oro! El pensamiento no se esclaviza á un vil cascabeleo! Ha de ser libre de escalar las cumbres, entero como un dios, la crin revuelta, la frente al sol, al viento. ¿Acaso importa que adorne el ala lo que oprime el vuelo? Rebelión, Delmira Agustini.
La democracia es expectativa. La democracia no puede ser plenamente concretada, dado que en tal caso se transformaría automáticamente, en un absolutismo totalitario. En nuestra modernidad, el sujeto de la democracia, es el individuo. Así ocurre desde la composición de los contratos sociales, que unificaron todas y cada una de las expectativas de los suscribientes (expresando medularmente lo filosófico, saldando la aporía de lo uno y lo múltiple) en una voluntad mayor o estado, que mediante una representatividad, administra o ejerce ese poder que ha sido previamente legado. Extendiendo y más luego, renovando las expectativas, cada cierto tiempo, llamando a sufragio, a elecciones, a todos y cada uno de los contratistas, para que elijan a quiénes lo representen en la administración de esa cesión de derechos cívicos y políticos.
La verdad que es perfectamente entendible los caudalosos sueldos que perciben nuestros representantes y funcionarios, cuál si fueran recursos anti-cíclicos personales para combatir la falta de libertad, de ejercicio de raciocinio, y en definitiva el comportamiento más esencial del que por derecho natural, en el caso de que existiera, la existencia, el arrojo o dios les ha otorgado, el poder ser ellos mismos, asumiendo más luego su responsabilidad representativa, para la cual dicen trabajar y con ello, atrapar ese título de políticos o de dirigentes del que ostentan.
Hacer política, es decir plantear resoluciones teóricas a problemas públicos, desde el no lugar de la militancia o desde el llano, por más que este sea el camino idóneo o indicado, se ha constituido en un apotegma de imposible cumplimiento o el camino de los desquiciados, subyace quizá la vieja confrontación del camino corto versus el largo de la conveniencia versus la convicción donde el triunfador es uno sólo y por aplastante diferencia.
Tanto el gobernador, como sus funcionarios, declaman, sobre todo horas después de procesos electorales, que el estado no debe ser tomado como “botín de guerra”, diferenciándose de otros espacios políticos, que de acuerdo a ellos así han accionado, sin embargo tras 3 períodos de gobierno provincial, ante la inminente propuesta por parte de los legisladores oficiales provinciales de promover un defensor provincial del pueblo, designar dos ministros y un interventor a un ente provincial (por la participación de los hasta ahora funcionarios, exitosamente, en el proceso electoral) y elevar ante el posible gobierno nacional de Macri, al menos diez carpetas (Yacyretá como estandarte) de “correligionarios” es precisamente el gobernador y sus adláteres quiénes deben demostrar que sus acciones gubernamentales no están teñidas de ese concepto de que el estado provincial es un botín de guerra.
Desde el contrato social, la propia definición de América Latina, los principios de la revolución, de libertad, igualdad y fraternidad, pasando por todas las constituciones y códigos normativos que se inspiraron en sus legalidades, hasta los postulados de sus intelectuales que han sido y lo siguen siendo obcecada y dogmáticamente seguidos por la patria académica-intelectual, el insoportable sopor de seguir siendo tutelados por la razón iluminada francesa, imposibilita que razonemos desde nuestras perspectivas, desde nuestras realidades, tanto las profundas, como las superficiales; la concepción errónea desde la que se parte, la asumimos tanto en el pupitre universitario, como en el espacio público. Vana y absurdamente quiénes siguen mirando a Europa, dando las espaldas a su propia tierra, son los que se erigen en doctos vanguardistas que postulan categorías como democracias agonales o populismos, que exacerban aquello que nunca ha sido nuestro; ni deísmo, marxismo, neomarxismo, ni derechas ni izquierdas.
Supongamos que de acuerdo a los resultados de una determinada elección o determinadas elecciones, se pretenda luego, una reforma constitucional para garantizar la continuidad de aquello que ha sido legitimado por los votos, por más que una disposición normativa le impida esa continuidad, no faltarán quiénes bregarán por forzar la letra de lo normativo, en función del aluvión de votos o del respaldo popular. Será tarde, muy tarde sí lo plantean después de la elección, lo deberían hacer antes, y jamás reconociendo el verdadero motivo, continuista, tendrían que aplicar aquello de meter un elefante blanco en un bazar, abogar por la insustancialidad de lo democrático, alegando que los políticos (por más que sean ellos mismos) se han transformado en una casta esclerotizada que no permite el ingreso de nuevos ciudadanos al conjunto de decisiones y que la reforma de lo electoral tendría que ser desde la reforma constitucional. Por ejemplo que se permitan hasta tres reelecciones, pero sin saltos, es decir, no poder pasar de concejal a diputado o lo que fuere en el ámbito provincial, otorgándoles al jefe la posibilidad y dándole a la comunidad mayor calidad democrática.
La publicación semestral “Contextualizaciones Latinoamericanas” del departamento de estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad de Guadalajara, México, mediante su Director Ignacio Medina Núñez, informo a Francisco Tomás González Cabañas, que su trabajo teórico “Dios y Marx los conceptos eurocentristas que no permiten la filosofía en África y Latinoamérica”, será publicado en el próximo número de la revista (Número 14, del año 8), haciendo expresos elogiosos conceptos a la obra del autor correntino: “Lanza interrogantes de gran envergadura filosófica y epistemológica, que pueden ser un acicate para el pensar latinoamericano.”
El escenario cambio, casi inesperadamente, sobre todo para el círculo rojo comunicacional-político-dirigencial. El ciudadano ha expresado, contra todos los pronósticos, que una etapa política ha concluido y quiénes abonen en creer lo contrario, les espera el digito de la minoría. Antes de la segunda vuelta, que ya tiene un ganador moral que debe ratificar el triunfo en las urnas, sin que deje de ser un gran triunfo, en Corrientes, quienes quieran seguir tallando en la política local, deberán decodificar lo que expresa el resultado de las elecciones; Los dos hombres de mayor poder, el Gobernador y el Senador Nacional electo, deberán trabajar en sus respectivos armados, administrando las contradicciones y el tiempo de ejecución de tal administración, para que el 2017 no los sorprenda a ambos y a la provincia, con la constitución de otro hombre fuerte, que surja a partir del triunfo de Cambiemos, que ya es un triunfo ciudadano.
A horas de la elección, habiendo tolerado todo tipo de expresiones ante la opción que lo democrático, o lo que hemos hecho con ello, nos ofrece, por la inercia de nuestro paso en el tiempo, ya dejaremos de escuchar todo tipo de adjetivaciones acerca del “Voto”, palabrerío huero de sentido, como las acciones remanidas con lo legal que se llevarán a cabo de aquí al domingo para conquistarlo (dádiva, prebenda, bolseo, etc.), como sí alguna vez alguien hubiese propuesto que ese voto, valga distinto, de acuerdo a quien lo emita, eso sí sería toda una novedad en sí misma, independientemente de cómo resulte, lo interesante es que nos lleva a pensar las cosas desde otra perspectiva, que nos podrían hacer valorar y no banalizar como en estas últimas oportunidad, la elección y el acto de votar.
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