POLITICA
8 de abril de 2017
La caída de la implementación de la BUE o la huevada…
“Los dominados deben poder escuchar a todos los jerarcas, desde el caudillo hasta el jefe de manzana, pero no deben escucharse los unos a los otros; deben estar orientados acerca de todo, desde la política de paz nacional hasta la lámpara de oscurecimiento, pero no deben orientarse a sí mismos; deben echar mano de todo, pero no del poder. La humanidad está siendo al mismo tiempo cultivada y mutilada en todos los sentidos…Los árboles no deben crecer hacia el cielo. Mientras en el mundo subsista la escasez de lo necesario e incluso de artículos de lujo, los dominantes aprovecharán la ocasión para aislar unos de otros a personas y grupos, a capas nacionales y sociales, y para reproducir su propia función dirigente…Para democratizar la administración no se requieren medidas económicas o jurídicas adicionales sino la voluntad de los gobernados. El círculo vicioso de pobreza, dominio, guerra y pobreza los tendrá atrapados hasta que ellos mismos lleguen a romperlo…El Estado autoritario es represivo en todas sus variantes. El derroche desmesurado no se efectúa ya por medio de mecanismos económicos a la manera clásica; se origina, en cambio, en las desvergonzadas necesidades del aparato de poder y en la destrucción de cualquier iniciativa que venga de los dominados: la obediencia es improductiva...El pensar mismo es ya una señal de resistencia, el esfuerzo para no dejarse engañar una vez más. El pensar no se opone sin más a toda orden y toda obediencia sino que las pone siempre y en cada caso en referencia a la realización de la libertad (Horkheimer, M. “El estado autoritario”).
“Los grandes efectos espirituales están siempre urdidos con un elemento de violencia, de dominio de los seres humanos; precisamente lo narcisista y lo aislado del que ordena seduce al colectivo, como el mismo Freud sabía muy bien: todavía hoy los individuos de la masa necesitan el espejismo de que el caudillo los ama a todos por igual y con razón, pero que el caudillo mismo no necesita amar a nadie, se puede permitir tener una naturaleza de amo, absolutamente narcisista, pero segura de sí misma e independiente” (Freud, S. Psicología de las masas y análisis del Yo. Obras completas. Editorial Amorrortu. Vol.XVIII)
Esta última cita, corresponde al autor, Adorno T, quién en un ensayo intitulado “Actualidad de la filosofía” se pregunta, de la razón del filosofar, y deduce, en términos sucintos o no académicos que el pensar debe ser una comunicación entre lo teórico y lo práctico, una suerte de vinculación permanente, en que ni uno ni otro estadio, permita una extravagancia de lo abstracto o lo instintivo-violento de la praxis pura.
Nadie en su sano juicio, de hecho no pocos comunicadores, adelantaron de la caída de la implementación de la boleta única electrónica en la ciudad de corrientes capital, podría haberse tragado el sapo, por ponerlo en los términos más decorosos, que cierta dirigencia, o toda, estaba pensando en brindarle un mejor “servicio” electoral, a la gente, a la ciudadanía, a los pobres cautivos, sometidos a bolsazos. Ni bien conocidos los datos de pobreza que nos ponen en el selecto grupo del top cinco, a nivel nacional, y con la incongruente, necesidad de la política mal entendida, de los políticos atornillados, de separar las elecciones municipales, para sumirnos a todos en mayores recursos que se desperdigan en el cotillón electoral, en la prostitución electoral, nos pretendían dorar la píldora, con esa ordenanza, supuestamente ajustada a derecho, para venderse como grandes hacedores de la modernidad democrática y por ende de los defensores de las instituciones mejor entendidas.
¿Pero a donde se ha visto?, semejante nivel de perversidad, impostar una supuesta búsqueda de los mejores procedimientos para mejorar lo democrático. Maquillaje puro y absurdo, como el pretenderse los mejores de la historia, sin decir ni hacer nada para paliar la pobreza vergonzante que ayudan a consolidar cuando no aumentar, erigirse en autoridades políticas de haber elevado la vara de la gestión a fuerza de vomitar asfalto, teniendo el negocio contratista y transportista a la vuelta de la esquina. Oxímoron, como el ser en verdad conservadores-populares, tomando por asalto partidos políticos y, haciendo uso y abuso de los nombres de frentes electorales, descartándolos como profilácticos tras el acto acabo.
Nadie en su sano juicio, en su dignidad de persona, jugaría con las ilusiones no de un pueblo, sino de personas que te reclaman a diario en tu lugar de trabajo que le dejaste sin el mismo a padres de criaturas que con carteles te lo recuerdan a cada rato, pero claro, resultó tentador, el hacer uso, de los recursos del estado, para hacerle creer al laburante, al hombre de a pie, al tipo como vos que no tuvo la suerte de cebarle al indicado, de qué le harías votar, con un sistema, nuevo, moderno y aséptico de trampas y retorcidas, propias de la vieja política, de la cual provenís, de la que sos su máximo defensor, el mejor alumno, el más aplicado, el que solo hace, sin pensar, sin dudar, solo obedeciendo.
Sería entrar en tu juego, absurdo, vano, pérfido y descarado, el mencionarte lo que sabes perfectamente, que un sistema así, no se lleva a cabo de un día para otro, que en distritos que así lo hicieron, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Salta, se llevó mediante un proceso, progresivo, que priorizó el educar al ciudadano, que nunca estuvo en juego la ventajita politiqueril, el plantearlo, para sacarle rédito mediático, porque sin ser abogado, cualquiera podía llegar a saber que no iban a implementarlo, tal como estaba, a las apuradas, a los ponchazos, para decir el día después que vos puro y que los otros no te dejaron.
Pero ahí tenes, siempre usando al tipo de a pie, siempre tomándole la sopa al enfermo, el vaso de agua al menesteroso, siempre asociado a una idea de poder, en donde no importan los nombres, los partidos, ni el pensar, razonar, ni menos discutir, simplemente el hacer alocado, y el asfalto.
Sin embargo es más que entendible, los estados autoritarios, se caracterizan por el hacer que impide el pensar, por los atajos de hacer creer una cosa que nunca sucederá, como brindar la posibilidad a los tipos cautivos, diciéndole que le tienen que dar el voto al que le hizo una cuadra de asfalto, rodeado de pretorianos, de un círculo cerrado, de una endogamia funcionarial, de parientes, amigos y entenados, que te hacen creer que sos un demócrata digno de imitar, cuando en verdad, sos un pobre y triste autoritario.
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