La visita la semana pasada del Barack Obama que no necesita más presentación que su nombre, que prácticamente ya es marca registrada, la visita del primer presidente negro de la historia norteamericana dio lugar a un corrimiento de los medios de comunicación a las cuestiones hogareñas que siguen apretando el cuello de los argentinos. La visita de Mr. President entre otras cosas coincidió con una fecha particular para el calendario de los argentinos, semejante fecha no paso desapercibida y fue motivo de repudio a la historia del país que representa con su investidura el presidente negro que casualmente venia de una gira histórica por la mítica Isla de Cuba, que curiosamente fue recibido de mejor manera que el cacokirchnerismo herederos de Sierra Maestra.

Mientras todo eso sucedía y se elucubraba que era beneficioso para el país la presencia del hombre más poderoso del mundo como señal de concordia para los fondos buitres o agente de garantía, los precios de los alimentos siguen aumentando sin pausa, los peajes, servicios cualquiera fuera, etc. Mientras los argentinos se empobrecen ya sea por la macroeconomía o por causas de la microeconomía los Báez cuadrilla se relamen, eyaculan y brindan con wisky premium y puros cubanos sobre parvas de dólares que no hace falta mucha imaginación para saber de donde provienen. El revolucionario Cristóbal López se queda con 8 mil millones de los argentinos, 300 millones de los aportes jubilatorios de sus empleados y otros tantos de miles de millones y como si fuera poco, literalmente se caga de risa en la cara de todos.

Los pibes para la liberación de la arquitecta egipcia tiraron la de humo y ahora almuerzan con Mirtha Legrand mostrando y haciéndose mostrar en amoríos de novela, Diego Bossio ceno con el diseminador de azufre –según Hugo Chávez- al igual que los alfiles cacokirchneristas que supieron copar la antigua escribanía del régimen nacional y popular que durante 12 años la pasaron bomba y chapeando a más no poder al estilo del impresentable de Cabandié.

En la Comarca todo va sobre rieles, los acontecimientos nacionales sirven de camuflaje para las intentonas poco felices de instaurar una monarquía normativa. Entre dimes y diretes nadie niega y nadie toma el guante, agazapados esperan el momento justo para hincar hasta el fondo y ya no se pueda reaccionar o sea tarde. Lo cuantitativo no siempre es carta ganadora en la tiranía de la mayoría, un suceso inesperado y no calculado puede derribar cualquier imperio, si sucumbió Roma tranquilamente puede sucumbir una idea feudal atada con alambres y sin ideas claras. El progresismo nacional y popular heredero de Camilo Cienfuegos no quiere dar a las masas la posibilidad de elegir, se arrogan el privilegio que quien sabe que chaman se los dio y quieren entrar a morder la torta que a esta altura, con todo lo que han mordido deben estar en un pico de hiperglucemia.

Por Carlos Coria García.