El actual contexto internacional se presenta paradójico y complejo... Hacía tiempo el orden global no era tan volátil, confuso y dinámico... Pero así como es cierto esto, lo es cierto también que hacía mucho tiempo el mismo no se presentaba con tan amplio margen para el desarrollo de una política exterior con vocación autonómica, y de creación de capacidades para Argentina (económicas y de poderío nacional) así como otros países emergentes desde las zonas periféricas del sistema mundo. [1] Esto se debe al ascenso de potencias emergentes y otras que resurgen en el escenario internacional [2]. Procesos comprobados en información y en hechos.
Vamos a volver, claro que sí, indefectiblemente. Vamos a volver a pedirles a los candidatos que se ofertan para las próximas elecciones, todo aquello que ninguno de nosotros, puede ni siquiera brindar a nuestros seres, que decimos o sentimos como queridos. Sí se puede, ninguna duda. Sí no se pudo, se podrá. Vamos a señalarles a ellos, con el gesto adusto, con la investidura de quién emite el veredicto, lo pecaminoso de que hubieran de cambiar de opinión o de posición, cómo si pretendiésemos, ser gobernados o representados, por psicóticos que creyesen y por ende nos llevasen, a la locura infinita, como totalitaria, de certezas absolutas, ineluctables, y por sobre todo, incuestionables.
Expresa muy pedagógicamente Juan Carlos Monedero: “El uso del prefijo «post» en las ciencias sociales suele responder a tres razones: prudencia, impotencia o ánimo ideológico. Prudencia, cuando se verifica que un hecho difumina sus contornos, incorpora matices y anuncia novedades sin perder totalmente su condición original. Impotencia, cuando se carece de la capacidad de identificar si lo viejo se ha marchado y lo nuevo ya ha llegado, algo relacionado con la turbulencia de la época y la dificultad del análisis para llegar al núcleo de lo que se quiere definir o para proponer alternativas. Y ánimo ideológico, cuando se quiere distraer la atención para rebajar un potencial conflicto explicando que los cambios son inevitables o no tan relevantes, o bien, en una dirección contraria, cuando se quiere dejar claro que algo que era positivo se ha perdido y conviene recuperarlo para el bien de la colectividad. Los post suelen estar llenos de memoria y de subjetividad” (http://nuso.org/articulo/posdemocracia-frente-al-pesimismo-de-la-nostalgia-el-optimismo-de-la-desobediencia/ )
"El que apoya al culpable se hace cómplice de la falta". Su autor Publilio Siro fue un escritor latino de la antigua Roma. Fue hecho esclavo, pero gracias a su talento se ganó el favor de su amo, que lo liberó y educó . Recibió el premio de César en una competición en la que venció a todos sus rivales, incluido el célebre Décimo Laberio. De sus obras queda únicamente una colección de "Sentencias" (Sententiae) y la siguiente es tal vez la más contundente, sobre todo en los tiempos actuales en donde, la sociedad civil, pretendería que se cumpla "iudex damnatur ubi nocens absolvitur" ("El juez es condenado cuando el culpable es absuelto.") tal máxima, tan determinante, efectiva y sencilla, alumbra la posibilidad cierta de que la ciudadanía construya desde el voto, una suerte de “justicia electoral”.
Últimamente en los medios se habla mucho sobre la potencial de las tecnologías de la impresión 3D: Desde imprimir prótesis y casas hasta imprimir drones y órganos para trasplantes, las posibilidades de estas tecnologías parecen cada vez más grandes. Y si bien muchos de estos desarrollos están todavía en etapas experimentales y muy incipientes, nadie duda de que algún día en las próximas décadas la impresión 3D tendrá impactos enormes en economía, geopolítica, cultura y otros ámbitos. A estas alturas, puede parecer muy poco lógico preguntar ¿Por qué necesitamos impresoras 3D?
"El gozo espiritual es la mejor señal de que la gracia habita en un alma", escribió una vez San Buenaventura, Franciscano y doctor de la Iglesia, a quién se lo recuerda un día antes (15 de julio) de la coronación de la Virgen de Itatí. Emoción y sentimientos que despliegan todos y cada uno de los correntinos, desde el lugar en el que se desempeñan como ciudadanos y mucho más allá del lugar que les toque o que incluso, pretendan u ocupen, circunstancialmente. Recordando a Jesús cuando “ubicó” a los Fariseos que capciosamente le prentendieron tender una trampa, y contestó con la histórica afirmación de “Al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios”.
La igualdad, la inclusión, el multiculturalismo se convierten en nuevos paradigmas emergentes de un nuevo clima de época y, si bien en las últimas décadas, todos los países del mundo, y en especial los latinoamericanos han hecho esfuerzos importantes para lograr la igualdad, todavía falta mucho.
No estamos redactando una iniciativa para pretender modificar instancias electorales del código o las reglas de juego de cómo validamos la democracia (es decir la manera en qué votamos y cómo se cuentan los votos) lo que planteamos, es la defensa irrestricta de la institucionalidad que performativamente se nos avino como divida en tres poderes, que interdependientes, se balancean entre sí para que seamos ciudadanos republicanos y democráticos. Sostendremos que en todas y cada una de las aldeas, que se precien de democráticas, el poder judicial, debe ser quién más allá que lo estipule o no lo, la ley, y de efectivamente cómo se haga para la implementación expresa (es decir podría ser, verbigracia la presentación de un amparo colectivo de ciudadanos independientes, al poder judicial de la jurisdicción que corresponda, en nombre de la salvaguarda de esa institucionalidad de la que forma parte de que los miembros del judicial lleven el control desde el inicio al final del acto electoral ) el resultante de lo democrático se determine mediante el menos democrático de los poderes, pero el que formalmente más se atiene y por ende, hace atener a los otros poderes, a lo taxativo de lo normativo.
Según un informe de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, si la situación no mejora continuará el éxodo de migrantes y refugiados que salen de Venezuela, además de que la situación de quienes permanecen empeorará.
Las lógicas del poder, o sus ritmos, no son lineales, ni mucho menos, rectos, claros, transparentes o comunicables al espacio público, con la sencillez con la que se puede expresar cualquier expresión de deseo. Cada quién puede decir qué supuestamente quiere, por más que esto no sea así, o incluso por más que desconozca lo que pretende (por lo general es un mal mayoritario y abrumador) pero seguramente no dejará de comunicar, de expresar, de decir, de ahuellar al viento manifestando algo.
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