No debió haber sido fácil para la madre de Wado, tal vez en sus últimos segundos, se habrá preguntado si su ideal de patria y el sacrificio de su propia vida, continuaría, legado mediante con sus hijos, en el caso de que estos tuviesen la oportunidad de continuar. El cuerpo, al menos del que ya estaba fuera de la panza, le pasaría factura de aquellos tormentos para que no pudiera hablar de corrido. Tales condiciones materiales, hacen que el actual ministro debe sobreponerse, palabra a palabra, ante los tórridos fantasmas de aquel traumático pasado impresos en su habla.
Una jueza de Esquel impidió mediante una medida cautelar, que se trate en la Legislatura de Chubut un Proyecto de Ley sobre Zonificación Minera, hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, presentada por sectores ambientalistas. Inhabilitar el debate no es el camino.
Si algo distingue a Juntos por el Cambio del Frente de Todos, es la claridad conceptual, política e institucional que imprime en su dinámica cotidiana. Cada uno de los partidos, legal y legítimamente constituidos, se expresan en forma orgánica y puntual, mientras en el oficialismo nacional, los aspectos más determinantes ocurren en ese ámbito informal del instituto patria. Exacerban desde este pliegue agonal de lo político, lo que no está contemplado legalmente o regulado. Vale más el reclamo de un piquetero o perteneciente a un movimiento social, que un integrante de un partido político, reconocido este como pilar fundamental de lo democrático por la constitución.
“Hay una democracia espontánea, vigente y actuante, que no alcanza, sin embargo, la sanción oficial, y una democracia institucionalizada, cuya vigencia es a duras penas formal” (Salazar Bondy, A. “Entre Escila y Caribdis: Reflexiones sobre la vida peruana”. Casa de la cultura del Perú. Pág. 24. Lima. 1969).
Como sociedad estamos respondiendo, o mejor dicho refutando a Max Weber. El canonizado autor en “La política como vocación o profesión” (se prefiere esta última acepción de la traducción del alemán original) nos legó la definición clásica de: “las formas de poder basada, en primer lugar, en las dotes extraordinarias del jefe que producen en los seguidores dedicación y fe absolutas, dando vida a la autoridad carismática; en segundo lugar sobre la autoridad del eterno ayer, o bien sobre la autoridad tradicional como la de los patriarcas y la de los antiguos reyes; por último la dominación ejercida a partir de la confianza en las reglas y en los procedimientos legales, a la que corresponde la autoridad racional-legal característica del Estado de derecho moderno” (Herrera, M. “Más sobre Weber y la política como profesión”. Sitio unir.net).
Simple, rápido, seguro y sincronizado en todos los dispositivos. Una de las 10 apps más utilizadas en el mundo, con más de 500 millones de usuarios activos. Origen y evolución de esta aplicación de mensajería que se ha expandido velozmente en pocos meses y cómo impacta en nuestras vidas.
Por Jaime Mtz. Aguilar | 3 de febrero de 2021
Pese a ser pocos los gobernantes provinciales que escapan a los extensos campos en que devino la Argentina a la actual “Peronia”, les aturden varias contradicciones que deben administrar en una carrera contra reloj, en un contexto pandémico in extenso.
Quiénes nos dedicamos a la política desde postulados o marcos teóricos arrastramos una deuda con nuestra comunidad que debe ser saldada. Sí bien la mayoría asumimos esta posición en el mundo, a sabiendas que nuestro aporte al colectivo de lo humano, probablemente sea decodificado en un tiempo ulterior que nos trascienda, no debemos descontextualizarnos al punto de permanecer impávidos, ante lo actuales tiempos aciagos.
Hesitar en los balbuceos académicos a la espera de la aprobación de los referatos ciegos, o del editor que sepa apreciar el cúmulo de palabras en disputa para que se transformen en acción, podría ser considerado un vano accionar ególatra e irresponsable bajo la égida de la comodidad barnizada por una criminal actitud desaprensiva a la pertenencia natural de lo humano.
Tal como lo plantea en su libro reciente la presidenta del Pro, la Doctora en ciencias políticas Patricia Bullrich, el concepto de “guerra sin cuartel” es un hallazgo en la política teórica cómo práctica. Sea en seguridad como lo detalla en su publicación la ex ministra, cómo en la arena del poder en su sentido lato, pandemia mediante, nos encontramos todos y cada uno de los ciudadanos, en un enfrentamiento sin reglas para defender los principios más básicos, supuestamente garantizados por la democracia. A buenas a primeras, nos hemos visto confinados, en una experiencia sin precedentes e inimaginable, que se llevó puesta nuestra libertad ambulatoria como nunca antes.
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