El exceso de información o los metamensajes que algunos medios de comunicación lanzan sobre todos como misiles convierte las cosas al estado de cosas que pretenden comunicar. Pasan de describir la realidad a construirla en las penumbras de sus redacciones. Por Carlos A. Coria García.
En el proceso de selección que inició la comisión bicameral legislativa de la provincia de Corrientes, para brindar un segundo período o experiencia de la institución “Defensor del pueblo”, como en todo asunto iniciado, casi nadie se detiene en los aspectos sustanciales o esenciales que hacen al mismo, sin siquiera mencionar la posibilidad (como muchas veces se sospecha en el más “justo” de los poderes del estado) de que, los poderosos de turno, ya tengan “in pectore” el nombre del sucesor y la treintena de aspirantes, no sean más que convidados de piedra para legitimar un proceso ejecutado para una ceremoniosa informalidad, profundizaremos el concepto introducido en nuestro país, tras la reforma del `94, para proponer, al menos teóricamente, que más allá de su rol defensivo, o de poder negativo, se le puede agregar, a la institucionalidad del defensor del pueblo, el espíritu “pedagógico o explicativo” que podría estar más relacionados con nuestras jóvenes democracias en relación a las antiguas desde donde se importó esta institución de marras.
Para referirnos de manera certera a la realidad (digamos política) inmediata sin perder verosimilitud debemos recurrir a metáforas. Es una manera recreativa de poder visualizar el desplazamiento, movimiento, devenir de los actores presentes de la escena real-mass-media-politi-k, sin caer en lugares comunes de análisis ideológico estático, es decir, cómodas posiciones de muñeco de paja fácilmente desechables. Por Ezequiel González.
La primera parte de la frase se la debemos a quién muchos, jocosamente llaman “el filósofo” Diego Armando, a quién buena parte de la sociedad le perdona su violencia manifiesta hacia las mujeres y su público rol de “padre abandónico” por sus maravillas deportivas, algo que no debería asombrar, pues el mismo perdón público, buena parte de la misma sociedad, se lo obsequio al condenado por violación de menores, el sindicado como “Bambino” (que paradoja, el término es infante en Italiano…) a cambio de menores y más efímeras supuestas glorias deportivas que compensarían el haberle roto, el alma a, al menos, un adolescente. De todas maneras el astro tiene razón, la redonda no se mancha, más la actividad política, en cambio vive enfangada, obturando la sanidad democrática. El vínculo o el lazo de ambos mundos, fueron estrechados recientemente por las “declaraciones” de otro, y actual, astro boquense, quién, puso por intermedio de lo que dijo y cómo lo dijo, fue el epicentro de la campaña presidencial los últimos días.
Una propuesta-demanda de legislación. Una especie de ir al encuentro del otro para realizar una alteridad (arena política) más justa. Una construcción política en la que en palabras de la filosofa política Chantal Mouffe lo agonístico, de la puga por el poder, tenga su justa y plena realización la que, creemos, beneficiara la política y lo político. Por el Profesor Julio Paredes.
La crítica no puede nunca ser objeto de ataque cuando esta propicia debates y discusiones sobre los modos de entender lo que sabemos “que es” sino también, lo que es posible, si el espíritu crítico debe ir hacia la constitución de modos dialógicos de enderezar la realidad material de lo social por encima de la mera formalidad. Bien lo dijo José Ortega y Gasset: nuestra vida pública sabe más a ágora o foro que a patio de armas. Por Carlos A. Coria García.
Sin perjuicio a las modificaciones que se pudieran establecer al reglamento interno, facultado por el artículo 78, de la ley 5.888, las siguientes son consideraciones generales que se proponen a los efectos de que la figura institucional de marras cumpla más fehaciente y efectivamente, tanto a nivel normativo (o el paso del plano teorético al práctico) como conceptual, la finalidad para la que fue creado (Artículo 1, incisos a), b) y c) de la ley up supra mencionada). Por Francisco Tomás González Cabañas
Sin necesidad de ser galeno, sí uno es diagnosticado de tal síndrome, no existirá facultativo que no refiera las causas del mismo a cuestiones de índole psicológico o de stress producto de situaciones de tensión. El paciente, por quién doblan las campanas del ámbito medicinal de la región, debe postergar su salud, para el beneficio de millón de correntinos, el “tragarse el sapo” como se refiere en la jerga política, de aplaudir en primera fila por una firma, tiene sus costes, personales o personalísimos e irritantes en las zonas más íntimas o pudendas.
Si primara alguna lógica para la construcción política, podríamos decir que la misma, sin ningún tapujo, debería denominarse “poronguismo”, trátese de la metodología de llegar a una posición de poder, a cualquier precio, preferentemente bajo el ala, el pantalón o la pollera de quién cuando muere, renuncia o da el visto bueno para que se ingrese a la esfera, la cocina del poder, entonces se da el paso al lugar al que lo sacarán muerto al ingresante, quién profundiza la sistematización de que, el primer escalón en el poder, es casi necesariamente, una escala que lo mantendrá de por vida en el sistema del poder, que no expulsa ni hecha a ninguno de sus miembros estables como tampoco permite el acceso por vías no autorizadas.
En pleno proceso de selección de la figura institucional mencionada y de acuerdo a lo previsto por la ley provincial 5.888, una comisión bicameral, la que mediante parámetros que define en su creación (es decir que varían de acuerdo a sus oportunas conformaciones) será la encargada de elegir, al defensor del pueblo, y sucintamente este propondrá a su adjunto, para que los presidentes de ambas cámaras unjan de lo propuesto por quién previamente fue elegido por la comisión de legisladores. En la ciudad de Corrientes, funciona una institución semejante, “la defensoría de los vecinos” y el elegido, es como si fuese un concejal, es decir mediante elecciones, y por sistema proporcional, quizá lo mejor o lo primero que pueda promover el próximo defensor provincial sea la forma en que se lo escoja. Por Hernán López
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