Mientras el proletariado esté distraído en su propia desesperación con acontecimientos ficticios creados por los medios de comunicación, los súper-ricos no tiene nada que temer. Richard Rorty.
“Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas…a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias” (Platón, La República, Libro VII).
Tal parece ser la frase de momento, el exordio, el pedido, la solicitud, en verdad la clemencia, el grito desesperado de gran parte de la clase política vernácula que aguarda del pope mayor, que tras el manto protector (dialéctico), que en este caso no es precisamente el de la virgen morena, y con el inexpugnable argumento de la sangre derramada en Malvinas por parte de correntinos, le saque al Presidente, como cumplimiento de la “cuota societatis” la ratificación que convierta a varios de ellos en el selecto grupo del funcionariado nacional, que además de sueldo jugoso, brinda en nuestro sistema político, mayor consideración mediática (es decir que existas para el ámbito de la comunicación), el pago por parte del estado, en este caso nacional, de nafta, oficina, celular, gastos de representación, viajes, es decir el arropamiento, la investidura de quién está un paso más delante. Parámetros o referencias (no hablamos de concursos públicos ni mucho menos, la experiencia de la elección del defensor del pueblo, en donde no se dieron los resultados de ninguno de los test, es hasta vergonzante comparado con las pseudo democracias del cuerno de África) para ser designado, ni lo sueñe, por más que a nivel nacional se haya planteado de méritos o de capacidades para mejores. En Corrientes, el reparto es como siempre, a la vieja usanza, los funcionarios provinciales, escalarán el paso nacional, acopiarán la cucarda de los 40 millones, por haber sido fieles y leales a un gobierno provincial que va por las dos décadas, que sin duda ha cambiado la realidad, no sé sabe de cuantos del millón de correntinos, pero claramente la de ellos mismos, exponencialmente.
Sí tan sólo fuese el lugar escenográfico. A minutos de un 10 de diciembre inaudito, por horas no tendremos una autoridad formalmente constituida, y las calles podrán entrar en tal confusión, propiciada y propalada por su clase dirigente. Es natural en el ser humano, retraerse ante las modificaciones, rechazar a priori que una circunstancia puede ser distinta y aferrarse a lo dado, por más que esto mismo no sea demasiado conveniente o propicio.
Se presentaron como el cambio y ganaron, quien duda de ello, nadie, pero en realidad en estos últimos días se han suscitado una serie de acontecimientos que por lo menos nos hacen reflexionar, sino estamos en presencia, de un cambio de letras, nada más. De que todo cambie para que nada cambie. Por Dra. Viviana Verón.
Realizar una cronología de los acontecimientos luctuosos que son teñidos como barbaries perpetradas por falta de seguridad, o por la ausencia de civilización, no serían más que anecdóticos historicismos que no contribuirían en nada, ni a un entendimiento, y por ello, sin este paso previo, a una posible salida a las situaciones problemáticas y desgarradoras a las que a diario se vivencian, como condición necesaria y suficiente, en África.
Aquel que apuesta por el impacto violento en el espectador. Para ello, las acciones, casi siempre violentas, se anteponen a las palabras, liberando así el inconsciente en contra de la razón y la lógica. El teatro y su doble, Antonin Artaud.
En plena fiebre amarilla, que entusiasma al que repartió un volante o toco un timbre por el candidato de los ojos celestes, y que puede preocupar a gobernadores en ejercicio que aún no pudieron reunirse con el Presidente electo, a quién apoyaron en campaña, los invitamos a navegar en las borrascosas aguas de las sinuosidades de la política fáctica, precisamente como factótum, es decir como símbolo cosificado de lo democrático (no lo es acaso el tan discutido traspaso de mando) para ponerlo en palabras claras; desandando aquellos aspectos que no se dicen, pero que están más presentes que el mismísimo espíritu santo. En esta oportunidad, el premio o el coronar, significará para un centenar de correntinos el desplazar a otros tantos que, sin ningún tipo de concurso público, administraron, bah esto es un eufemismo, posaron sus ancas en los almohadones del poder, básicamente por una condición “militante” a criterio de lo que estableció como tal accionar el Kirchnerato. La expectativa, es observar, como esta suerte de manejo del management empresarial del ingeniero, logra bajarse en terreno en donde lo más cercano a una cultura empresarial es el manejo de la panadería de barrio.
De acuerdo a lo que transmiten desde las huestes amarillas, algo por otra parte, revelado hace muy poco por el propio gobernador, las comunicaciones del senador electo, ex secretario de deportes y futuro Fpv reconvertido, tanto con Mauricio como con su equipo de jóvenes talentosos, están mucho más aceitadas que lo poco que puede esgrimir el mercedeño. En el Pj le querrán dar batalla, por algo Confucio, bajo sus métodos que debería aggiornar, le marco la cancha, tratando de resucitar el recientemente sepultado slogan del “candidato es el proyecto”. De todas maneras este no es el principal problema del principal opositor al gobierno provincial, sino precisamente, convencer al Ricardismo puro, no que podrán reeditar una sociedad, sino que al menos no sean enemigos, y que el émulo del oriental no termine acorralado por la justicia como Tato. La renovación peronista sería la prenda de cambio para tal acuerdo de caballeros.
Sin embargo, lo único que le ocurrió al huevo es que se iba haciendo cada vez mayor y mas y mas humano: cuando Alicia llego a unos metros de donde estaba pudo observar que tenia ojos, nariz y boca; y cuando se hubo acercado del todo vio claramente que se trataba nada menos que del mismo Humpy Dumpy… Alicia a través del espejo, Lewis Carroll.
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