Los correntinos somos por definición, por historia, por tradición barbárica de la conquista (que nos sometido a fuego y cruz) obedientes, que aceptamos obcecadamente, morir, antes que incumplir una orden o mandato que provenga de las esferas encumbradas, esa es la reminiscencia al conquistador, a la hoguera. Esta es la única razón, por la cual, el conflicto bélico de Malvinas, se recubrió de tanta sangre de coterráneos. Podríamos seguir ahondando, o fortaleciendo el argumento, con ejemplos concretos. Cada uno de ellos, daría para extensas y profusas notas de color. Desde los índices, elevadísimos, de violencia familiar, hasta la conquista de los primeros lugares en pobreza y marginalidad, tienen explicación en la obediencia debida que se, traduce en valentía para morir (por los de arriba) y cobardía para vivir (por nosotros mismos).
Por facción entiendo cierto número de ciudadanos, estén en mayoría o minoría, que actúan movidos por el impulso de una pasión común o por un interés adverso a los derechos de los demás ciudadanos o a los intereses permanentes de la comunidad considerados en conjunto. Hay dos maneras de evitar los males del espíritu de partido; consiste una en suprimir sus causas, la otra en reprimir sus efectos. Hay también dos métodos para hacer desaparecer las causas del espíritu de partido: destruir la libertad esencial a su existencia, o dar a cada ciudadano las mismas opiniones, las mismas pasiones y los mismos intereses. James Madison, El Correo de Nueva York, 1787.
Partiendo de la máxima de que el pueblo tiene el gobierno que se merece, el actual caso “Messi” puede resultar un disparador para entender porque, desde tiempos inmemoriales, nuestra argentinidad se debate en la convivencia y connivencia, con su clase dirigencial, corrupta y acendrada en comportamientos ilícitos, perdonando, haciendo la vista gorda o queriendo dejar de lado, la condición de ciudadanía (el hombre como sujeto de derechos y obligaciones ante su comunidad) ante los éxitos, sean individuales o supuestamente colectivos, que de tanto en tanto nos despiertan algunos ídolos de pies de barros.
Pero debes aprender una cosa, imprimirla en su mente todavía maleable: el hombre tiene horror a la soledad. Y de todas las especies de soledad, la soledad moral es la más terrible. Los primeros ermitaños vivían con Dios. Habitaban en el más poblado de los mundos: el mundo de los espíritus. El primer pensamiento del hombre, sea un leproso o un prisionero, un pecador o un individuo, es éste: tener un compañero en su desgracia. Para satisfacer este impulso, que es la vida misma, emplea toda su fuerza, todo su poder, las energías de toda su vida. ¿Hubiera encontrado compañeros Satanás, sin ese deseo todopoderoso? Sobre este tema se podría escribir todo un poema épico, que sería el prologo de El Paraíso perdido, porque El Paraíso perdido no es más que la apología de la rebelión. Las Ilusiones perdidas, Honoré de Balzac.
El término “Magia” proviene de una raíz Persa, que significa “Tener poder”. Esta acepción se constituyó, no casualmente, en la piedra basal, de una forma de interpretar el mundo, que se dio en llamar “Mágico-animista”. Los hechos de la naturaleza (condiciones meteorológicas, tiempos de oportunos de siembra y cosecha) como los que afectaban al hombre en su ser más íntimo (salud, reproducción, muerte) eran decodificados, interpretados o leídos, por unos pocos, por quiénes conocían, mágicamente, los sucesos acaecidos. Chamanes o magos, eran los seres, que escogidos, por un Demiurgo (no casualmente es una acepción Platónica, que referencia al creador o hacedor), un prestidigitador, o hasta un genio maligno, depositada, arbitrariamente, casi dinásticamente, el poder, en unos pocos, a los que la comunidad, les debía responder, social y políticamente.
¡Qué asombro! Un pasado por paranoide revoleando bolsos repletos de divisas a un monasterio, que más que eso, parecía una cárcel medieval para brujos y hechiceros con sarcófagos bajo el pulpito. El asombro no es por la escena sino, por la hipocresía de la película completa.
La amenaza más seria para nuestra democracia no es la existencia de los Estados totalitarios… Es la existencia en nuestras propias actitudes personales y en nuestras propias instituciones… John Dewey, Freedom and Culture.
Es lamentable que perdamos la posibilidad de ser gobierno por vos. Como miles de compañeros, no sabemos quién sos, y esto no es una chicana, sino un dato, pleno, de la realidad. Podes pedirle a Camau, quién te sostiene, que mande a hacer una encuesta, esa que tanto le gusta como método ¿democrático? de lo político, para que veas que es verdad, aunque sin duda que lo sabes. Como también que fuiste votado para ser el segundo de Osella, Radical, por pedido de tu primo Rubén, ese con el que te peleaste, mientras la mayoría de los compañeros, junto a Fabián como candidato a gobernador, le decíamos a la gente que “La pelea de los primos (por los Colombi) debía resolverse en el patio de atrás de sus casas”, vos no dudaste en hacer lo mismo y sometiste a los Goyanos y a los compañeros a una pelea con tu primo, imitando lo peor de los Colombi.
Me vuelvo a comunicar con vos, tras meses de ausencia, para contarte que fui responsable de haber sembrado, la semilla, que podría habilitar una prórroga de mandatos, sea en forma de mandato corto o continuado, como de reforma constitucional, consultando, previamente, bajo referéndum, a la ciudadanía.
Con prólogo de Gonzalo Bonadeo, de la editorial "El cuento de nunca acabar", propone una mirada diferente y profunda sobre cómo el peso, el cuerpo y el comer afectan y son eje de la vida de muchas personas.
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