El Nahual aquel se creía mula, no dudaba de eso, se embriagaba con esa imagen recitando su oración. Indudablemente llegaba el instante en que se sumergía dentro de la cuarta vertical. Que tomara tal forma animalesca, no es nada raro entre los Nahuales y aunque los científicos modernos negasen hechos mágicos de esa clase, de todas maneras no por ello los "Nahuales" y el "Nahualismo" dejarían de existir. Jinas.
La consolidación democrática, es decir que seamos cada vez más las generaciones que la conocemos como único sistema de institucionalidad política, nos permite discutir la democracia, criticarla, desmenuzarla y porque no enrostrarle todo aquello que nos viene prometiendo desde hace tiempo y no cumple ni por asomo. Desde la academia, el púlpito, la tribuna periodística o la opinión escrita, es tanto más interesante, como altisonante, el realizar inferencias y deducciones intelectualoides, atiborradas de autores y de citas textuales. Sin embargo en el llano, en la calle y por sobre todo en los barrios, la traducibilidad, es decir todas las intenciones políticas que uno pueda tener, la codificación, el lenguaje, debe ser otro, necesariamente. Sin que sea diferente o contrastante con lo que decimos desde lo teórico, podríamos afirmar que la práctica política en el mensaje, como en la polisemia de su significante, debe ser concreto, puntual, directo, específico.
Intentaban los lobos sorprender a un rebaño de carneros. Pero gracias a los perros guardianes, no podían conseguirlo. Entonces decidieron emplear su astucia. Enviaron unos delegados a los carneros para pedirles que les entregaran a sus perros diciéndoles: —Los perros son los causantes de que haya enemistad entre ustedes y nosotros. Sólo tienen que entregárnoslos y la paz reinará entre nosotros. Y los ingenuos carneros, sin sospechar lo que sucedería, les entregaron los perros, y los lobos, ya libres de los perros, se apoderaron sin problemas del rebaño. Los lobos y los carneros. Esopo.
“Gobernar es un imposible porque se trata de hacer desear”. De tal magnitud es la definición de Jacques Lacan, estudiada, obviamente, más por la psicología que por el campo político, en donde la misma pasa desapercibida u olvidada. Cuando una comunidad se apresta a elegir (casi siempre obligada por ley y condicionada por cuestiones económicas) a quiénes manejarán sus asuntos públicos, en verdad ponen en juego, todos y cada uno de los integrantes, sus deseos que serán canalizados por los candidatos (en muchos países, esta acepción de candidatos también tiene un significante de pretendiente o enamorado que no es casual) políticos. Volviendo a Lacan, el deseo no se cumple, sujeta al sujeto y siempre es en relación a lo que creemos o sentimos como otro, nace desde la ausencia y termina en ella. Esta es la razón por la cual, la política occidental democrática, reposa en hacernos desear una organización social con libertad, igualdad y fraternidad que nunca la cumplimentará y que ni siquiera tiene como meta o propuesta alcanzarla, sino simple y complejamente, hacérnosla desear. Sin embargo, la necesidad de comprender la política bajo términos psicoanalíticos, es aún más imperiosa, para que podamos soportar lo heredado y que podamos modificar, en el caso de que lo deseemos, aquello que consideramos lo extraño que nos afecta y que nos segrega hacia los márgenes de la locura.
El sistema político correntino, que va mucho más allá de lo democrático, hace uso de esta figura, que es básicamente la del caudillo, que sobresale a la casta de los otros que señorean en el poder, sea desde los otros poderes del estado o de las diferentes expresiones políticas, sean estas, circunstancialmente opositoras u oficialistas. La muerte del actual, que perdió la disputa de su reelección, le exige al sistema el inmediato surgimiento del sustituto. El tiempo que transcurra hasta tal estadio, estará compuesto por estas luchas intestinas entre los integrantes del status quo, que no hacen más que seguir resquebrajando el contrato social que perversamente determina que la mayoría extirpe sus posibilidades para que la minoría, sostenga y acreciente sus privilegios, a expensas de sostener el sistema ilusorio y potencial de igualdad de oportunidades.
El relato pertenece a Máximo Tomás González Cabañas, de 9 años de edad, hijo de la abogada y periodista Viviana Verón y del comunicador y ensayista Francisco Tomás González Cabañas. El infante nacido en la Ciudad de Buenos Aires, pero radicado desde hace años en Corrientes, definió su texto como “Una novela sobre la serie Dragon Ball Z, una reescritura, donde incorporo un nuevo personaje, que es muy poderoso, demostrándolo en el mismo relatado, dado que libra varios batallas por el bien de la humanidad”.
Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz. Friedrich Nietzsche.
“La intelligentzia colonizada sólo tiene un valor sucedáneo carente de originalidad como simple repetición de ajenos repertorios” (Arturo Jauretche). Mediante una polémica literaria que se suscitó mediante el disparador acerca de la existencia o inexistencia de la literatura correntina, se volvieron a leer argumentos, como no se observaban hace tiempo, en relación a que existiría literatura de la buena y de la mala, y por ende comisarios o policías, prestos a calzarse en tal ropa y piel, en un reverdecer, nato y lato de posiciones ultramontanas, que vienen prevaleciendo electoralmente en diferentes campos de occidente, Corrientes como estancia literaria, no sería la excepción.
Ante todo, considera si puede haber alguien que prefiera reinar con temor e inquietud a dormir tranquilamente, disfrutando al mismo tiempo de un poder idéntico. Por mi parte, deseo menos ser rey que disfrutar del poder de un rey, y a todos los hombres que saben poner freno a sus deseos les ocurrirá lo mismo. Hoy, sin tener que temer nada, obtengo todo lo que quiero de ti, mientras que si fuese rey, yo mismo actuaría a menudo en contra de mi voluntad. Edipo Rey. Sófocles.
En uno de los contrasentidos más flagrantes, a nivel cultural, de los últimos tiempos, el Congreso de la Nación (http://www.congreso.gob.ar/concursoEnsayoHistorico/) convoca a un certamen que dieron en llamar "200 años de la Independencia Argentina", en donde, de acuerdo a los anexos que estipula como reglamento de participación, se exigen requisitos, no solo antediluvianos e inaplicables por vetustos y anacrónicos, sino acendrados en pautas, en perspectivas de neto corte, y posicionamiento nodal que alimentan, promueven y acrecientan la instauración de un Unitarismo, en este caso cultural, que va a contra sentido, en letra y espíritu, de los dispuesto por nuestra Constitución y nuestra institucionalidad, supuestamente federal.
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