Luego de la guerra contra los Titanes, Zeus se prepara para librar su última batalla, sabiendo lo que anteriormente sucedió, el levantamiento de los hijos contra los padres, el olímpico emprende su último plan para encarnar la soberanía absoluta, la dominación permanente y definitiva. La incógnita es cómo hará Zeus para concretar el monumental plan que tiene pensado.
La Municipalidad comenzó con los trabajos de infraestructura y parquizado en el paseo céntrico. Las tareas contemplan, además, la restauración de la fuente, con la instalación de nuevas cañerías y bomba de desagüe. Mediante un trabajo junto con el Ministerio de Turismo de la Provincia, comenzará a funcionar una nueva oficina de información turística.
“El término libertad es muy ambiguo. Hay libertad de derecho y libertad de hecho. Según la libertad de derecho, un esclavo no es libre, como tampoco lo es un súbdito, pero un hombre es igual de libre que un rico. La libertad de hecho puede consistir en el poder hacer lo que se quiera o en el poder de querer lo que hay que querer. La libertad de hacer tiene grados y variedades. Por lo general, aquel que tiene más medios es más libre de hacer lo que quiera; pero también cabe entender la libertad en particular, referida al uso de las cosas que usualmente están en nuestro poder, y sobre todo al libre uso de nuestro cuerpo. Así la prisión y las enfermedades, que nos impiden mover nuestro cuerpo y nuestros miembros de la forma que queremos y que ordinariamente podemos, van en contra de nuestra libertad: un prisionero no es libre, y un paralítico no puede usar sus miembros libremente. La libertad de querer es tomada a su vez en dos sentidos diferentes. Por el primero, se la pone a la imperfección o esclavitud del espíritu, que es una coacción o coerción, pero interna, como la que surge de las pasiones; por el segundo sentido, los estoicos decían que sólo el hombre sin pasiones es libre y efectivamente, cuando uno está poseído por una gran pasión no se puede tener libre el espíritu, ya que no es posible querer como es debido, es decir con deliberación precisa.” (Leibniz, G. “Nuevos ensayos sobre el entendimiento”. Ediciones Akal. 2016. Madrid. Pág. 272).
‘‘¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?''. Esta pregunta está en el centro de Laudato si’, la esperada Encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común. Y continúa: ''Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede plantear la cuestión de modo fragmentario'', y nos conduce a interrogarnos sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: ‘‘¿Para qué pasamos por este mundo? ¿Para qué vinimos a esta vida? ¿Para qué trabajamos y luchamos? ¿Para qué nos necesita esta tierra?'': ''Si no nos planteamos estas preguntas de fondo -dice el Pontífice – ''no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan obtener resultados importantes''.
Saber a ciencia cierta cuánto cobra un político, embarcando a todos y cada uno de los que jerárquicamente son tenedores de cuentas sueldos por representar o administrar la cosa pública, es un velo, que atávicamente no se puede correr, desde la soberbia cobardía que se acendra en lo más profundo de nuestra conformación de lo que somos y de cómo nos paramos ante el mundo o nuestra realidad parroquial. Cada tiempo, en fractales o mediante azarosas intervenciones de organismos o cuerpos extraños, la normativa nacional, asoma amenazante, en su capítulo de ética y transparencia, y nos dicen, desde ese afuera, que es tan purificador como diabólico (en esta paradoja se acendra lo del tabú) algunos números, que refieren a lo que cobrarían, o en el ejecutivo o en el legislativo. Con todos los temores a cuestas, y sin atrevernos a transigir con los mismos, asustados por su propia sombra o entidad fantasmagórica, nos queda como sensación que cobran mucho. Sin eco alguno, sin respuesta, mucho menos reconocimiento o voz oficial, ante los tibios titubeos de la sospecha, queda flotando en el aire, cual hedor nauseabundo, que por más que se constituya en un tabú atávico, como en Dinamarca, nos deja la sensación, que por estas tierras, algo viene oliendo mal hace rato, y esto mismo es lo que culturalmente se nos prohíbe que lo expresemos o digamos.
Entre tanta nueva terminología que se suma a nuestro cotidiano léxico de manera inevitable, aparece entre las más mencionadas, sin lugar a dudas, las criptmonedas, criptodivisas o criptoactivo, la nueva forma de comercialización mundial que avanza vertiginosamente a nivel global, capaz de revolucionar todo lo antes conocido como medio de intercambio comercial o financiero.
“La nobleza se define por la exigencia, por las obligaciones, no por los derechos. Noblesse oblige…los privilegios de la nobleza no son originariamente concesiones o favores, sino por el contrario, son conquistas…noble significa el conocido, se entiende el conocido de todo el mundo, el famoso, que se ha dado a conocer sobresaliendo sobre la masa anónima. Implica un esfuerzo insólito que motivo la fama. Equivale, pues, noble, a esforzado o excelente”. (Ortega y Gasset, J. “En tiempos de sociedad de masas”. Editorial Taurus. Buenos Aires. 2013. Pág. 125).
Con el lema “terminemos con la pobreza”, un grupo de legisladores provinciales opositores decidieron donar la mitad de la dieta que perciben por la función.
La cuestión no es jurídica, sino política. El incremento del malhumor social, o la posible ruptura del clima de paz social que tanto se pregona y se vende, que se reconoce desde Nación (auguran un próximo trimestre de mayor recesión y contracción económica), que se palpa en las calles (sea mediante paro forzado, o mediante el ejercicio represivo para no permitir la instalación de una carpa de protesta frente a la casa de gobierno) aún parece no llegar al entendimiento de la cocina del poder. Mantener bajo tecnicismos leguleyos en prisión, y privado de sus derechos políticos, a un ex gobernador, votado por la ciudadanía y más allá de que tenga razón en sus reclamos (es decir la libertad de Tato, debe ser tratada más allá de Tato y su entorno) o que tribunales nacionales o internacionales le den la razón jurídica, existe una razón social, que impele a que mediante un salvoconducto (llámese conmutación de pena, pacto correntino por la paz social y contra la pobreza, símil al de la Moncloa español) el otrora líder sea reconocido por sus pares, como nuevamente admisible para la cosa pública o política. Caso contrario, ¿Qué se le podría pedir a un Zalazar, a quién el mismo estado que le privó de educación, de oportunidades laborales, tanto para él, como para su descendencia, cuando no encuentran, o lo sueltan, al asesino y violador de su hija, que se ajuste a derecho? ¿Qué no le pegue a su propia mujer? ¿Qué no pretenda hacer justicia por mano propia, rompiendo vidrios o escrachando el proceder de ciertas magistradas? ¿Cuántos Zalazares, están agazapados, esperando, con el cuchillo bajo el poncho, asestarle la estocada a ese estado que es sólo para unos pocos y que podrían sentir que es su oportunidad en este clima de recesión que solo cierra con el orden represivo al no haber encajado, como se pretendía la alineación astral de nación-provincia-municipio?-
“Todo pasa por la política, pero nada se puede realizar en ella. La política siempre es para mañana (mantener equilibrios, abrir posibilidades de negociación) pero es por fuera de la política que las cosas se realizan en el arte, el pensamiento, la amistad, el amor, en todo esto es por lo que el hombre siente y experimenta”. (Revista Ensayo, “El sentido de la historia fue suspendido”. Jean Luc Nancy).
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