El presente movimiento por la democracia, tiene como objeto el salvaguardar el sistema político que más allá de sus carencias, gigantescas y agigantadas, presenta como petición de principios el consagrar la libertad, tanto política, social, como de expresión. A partir de esta posición aspiracional, es que nos consideramos democráticos por antonomasia. Luego viene todo lo otro, que por ende, podría ser modificado, cambiado, siempre para mejor, desde la perspectiva que no se puede volver atrás para que nadie deje de tener libertad, o en nombre de otra cosa, se le pretenda privar a alguien, de esta.

Los partidos políticos, con todas y cada una de sus falencias, seguirán gravitando en el espacio electoral, del año 2019 y más allá de que en el distrito Corrientes, donde nace, surge y se promueve este espacio por la democracia, no se elegirán cargos en el poder ejecutivo, ni el provincial, ni de los municipios, nos parece determinante, el hacer público y difundir nuestros deseos, primero en relación a los partidos políticos y más luego a los ciudadanos que tendrán que votar, a algunos de estos en los distintos turnos electorales.

La única manera de conservar la democracia, que tal vez para no pocos sea nada más que un sistema que consolida ciertos privilegios para unos pocos (políticos, sociales y por ende económicos) como paralelamente, para otros (también pocos, por más que se consideren más numerosos que a quiénes critican) que creen que al ser sólo esto, debe ser cambiada, mejorada, modificada, lenta como progresivamente, sin salir de ella, y sobre todo para los otros, que son los que no tienen voz (obturados por la falta de alimentos, de dignidad como de ganas o de tiempo) y creen tener el voto, pero que lo venden al mejor postor o lo han dejado de usar efectivamente, es realizando acciones como las que exteriorizamos como deseos en una noche de fantasía, de deseo irracional, puro e infantil, como suelen ser las cenas de estío, cuando la humanidad se hace más soportable, creyendo que sólo alcanzará con desearlo y que todo puede ser, decididamente, porque así lo pretendemos, mirando al cielo infinito, mientras una luz espectral se nos hace evidente y la creemos toda una señal de que eso, de alguna u otra manera, indefectiblemente, ocurrirá.

Que los partidos políticos no alberguen a ediles o legisladores con varios mandatos encima, o que los ingresantes no terminen siendo apadrinados por la mera portación de apellido de alguno de esos capitostes que creen estar haciéndole un bien a la comunidad en donde se desarrollan, a sus familiares y amigos, a los suyos, y escribiendo en páginas doradas el ingreso de sus nombres en los anales de la humanidad, cuando lo único que están haciendo, es mostrarse en la desnudez de sus falencias, en la iracundia de sus faltas, en la burrada de sus acciones temerosas, que inmortalizaran la pequeñez de sus existencias, sus posiciones abusivas como violatorias, aprovechándose de las circunstancias como del azar, que los puso en tal lugar para que hicieran exactamente lo contrario de lo que están realizando.

Que los ciudadanos, o los que tengan la posibilidad de votar, no caigan tan fácilmente en esta trampa, que hasta el último segundo, sí es que así lo deben hacer, prometan esa falsa lealtad, pero que en la urna, le pongan el voto a cualquier otro que no oferte esta trapisonda, harta conocida como perjudicial, como grito fundamental de la libertad y la dignidad humana.

Que los que comunican, lo hagan desde la convicción que puede existir algo comunicable que no sea lo establecido, bajo esas agendas rentadas, escasamente, rígidas, como insulsas, inconexas y sobre todo opresivas, de todo lo otro que pueda surgir como posibilidad.

Que la política sea pensada, que se multipliquen los que así la pretendan, adentro o fuera de partidos, más allá de ellos, que la lealtad, se rife en una posición argumentada, o racional, y que lo emocional quede para los partidos de fútbol o para cualquier otro deporte.

Que el poder se manifieste en sus posibilidades de congeniar posiciones diversas, que no tenga que ver ni con imponer, ni con condicionar, ni mucho menos con prevalecer, así  sea en una primera o segunda vuelta, por uno o dos votos.

Esta será nuestra campaña para el 2019, una campaña por la democracia, una campaña por tu libertad, económica, política y social, la campaña. Te invitamos a que, este año escribamos la mejor de nuestras historias posibles.

Movimiento por la Democracia.

2019