Como dato, para referir desde el lugar en que se escribe, el esloveno esgrime experiencia en la política, dado que llegó a ser candidato presidencial en su país.  

En términos sucintos y en tiempos, en dónde un video por tik tok de un sujeto semidesnudo recaba mucha mayor atención y demanda menor comprensión que un mamotreto de palabras argumentadas, diremos que el texto explica la liviandad, superficialidad, cómo la inevitabilidad de las ideologías que ordenan la relación social en el ámbito de lo político. 

Es decir, tanto la izquierda como la derecha, no son más que recursos, o síntomas, herramientas, en definitiva que disponemos, los unos con los otros para dirimir la naturaleza humana de quiénes tendrán el control de los primeros con los segundos y viceversa. 

Las excusas razonadas, para que las imposiciones o los vínculos de mando y obediencia no se sostengan por el imperio de la fuerza y que la disputa no discurra única y principalmente por el dominio en dónde prevalezca la ley del más fuerte en una suerte de estado de naturaleza instintiva o primordial. 

En algún momento, como seres humanos, nos matamos por el control, sin explicaciones de tales horrores, para luego explicar los mismos y en el actual período, en ciertas latitudes, se explica, se disputa la “batalla cultural” por intermedio del sublime objeto de la ideología. 

Lo que nos recuerda el autor, es que en definitiva, esto es ni más ni menos, que un recurso, o como lo diría en su lenguaje psicoanalítico; un síntoma. 

Parafraseando a Lacan, armar valijas para un viaje que tal vez no realicemos. 

Luego de los tiempos dónde la política se dirimía por el monopolio de la fuerza, los políticos se dividieron entre las valijas ideológicas invitando al resto de la sociedad a que determinara si se precisaba más ropa invernal o veraniega para los tiempos venideros. 

Se profundizaron los aspectos doctrinarios de los partidos, y luego de un tiempo de romance, una gran parte de la sociedad ( la menos dispuesta al adoctrinamiento, llamado sector independiente) acusó a los armadores de valijas de poco menos que estafadores y pasada la bronca, entendió que cada tanto se dejaría convencer por los que propusieran ir al invierno como al verano, estableciendo el acto de fe o el contrato social de cesión de soberanía, mediante una relación más directa con líderes o liderazgos que representaran las tendencias ideológicas o de valijas en disputa. 

El cuadro de situación, en la mayoría de las aldeas occidentales (recordemos que la democracia, no es el sistema preponderante en el globo, sí sumamos Rusia, China, India, el continente Africano, Corea del Norte, Cuba, El Vaticano y las teocracias, daríamos cuenta que la mayor cantidad de habitantes del globo no vive bajo lo que nosotros entendemos como democracia) da cuenta de que sectores minoritarios, adoctrinados o ideologizados, que participan activamente en sus respectivos espacios políticos, se disputan bajo estos principios de derecha o izquierda, liberales-libertarios contra populistas o progresistas, con la única pretensión de ganarse la adhesión, o el voto, del campo mayoritario que no participa ni se encolumna en ninguno de los bandos. 

Esto explica, las oscilaciones de los resultados electorales dónde se vota en formas democráticas. Ahora bien, la novedad, es que son pocos, los políticos, que desde dentro de la política misma, asumen la representatividad o la representación de esta mayoría. 

Esta es la razón del título de nuestro artículo, y del hallazgo que desde un muladar pobre y poco significante a nivel global, encontremos quiénes le ponen el cuerpo a lo planteado por Slavoj Žižek.

Carlos “Camau” Espínola, es un Senador correntino que ingresó a la política, desde su éxito personal como eximio deportista. Navegó en sus inicios en los mares del invierno y ahora lo hace desde el oleaje del verano. Acusado o mal visto, por los adoctrinados o fanáticos, y minoritarios de ambos bandos, le propone a la mayoría, con lenguaje sencillo y claro, arribar a buen puerto, más allá de la temperatura del afuera y destacando la importancia o lo prioritario en el manejo del barco. Tal como recomendó Platón en la República, que el político debía tener las mejores condiciones para el manejo del timonel, a veces habrá que girar a la izquierda otras a la derecha, pero nunca perder el rumbo para llegar a destino, que es ni más ni menos que la mayor cantidad de personas puedan vivir mejor, independientemente de las condiciones del afuera, incluyendo las climáticas y la rotación de la tierra ante el sol que nos dispone a vivir bajo diferentes estaciones. 

Así cómo el filósofo esloveno, tal vez sea un producto de lo obvio, y de allí su éxito intelectual, Camau, como seguramente otros en otras parte del globo, sean representantes de las mayorías no ideologizadas, no pertenecientes a las facciones en disputa por el botín y por tanto se convierten en fenómenos que atrapan, que seducen y que brindan la esperanza de que la importancia sea el objetivo y no el modo o que este se circunscriba al fin. 

Adaptarnos a la realidad lo mejor posible y no obcecada y caprichosamente, pretender que la realidad se ajuste a nuestras creencias o ideologías que tal cómo nos enseñó el esloveno, no son más que excusas o síntomas de nuestras ausencias o temores. 

“Los sueños no se abandonan” exclama Camau. Un sueño es la expresión máxima de un deseo, y cómo diría Lacan “Gobernar no es más que hacer desear”. 

Por Francisco Tomás González Cabañas.