POLITICA
28 de septiembre de 2015
La Luna Roja llegó antes que los Puentes (El Primero a Santa Fe y el Segundo a Chaco)
Casi como si fuese una reverenda lección del destino, para cierta clase política que aún mantiene un cierto prurito con respecto a las personalidades del mundo de la cultura o del campo intelectual, el fenómeno astronómico que tiño nuestro satélite natural, del mismo color del Planeta donde, casualmente al unísono, se confirma la existencia de agua, parece sacado de una canción profética de Gustavo Cerati (“Luna Roja”), que impensadamente se transformó en realidad, antes que la tan ostentada “practicidad de la política” esa que a nivel nacional, nos viene vendiendo a la Correntinidad, que tendremos un primer puente que nos una a Santa Fe, vía Lavalle o Goya, y el segundo a Chaco que descomprima el tránsito imposible en el Manuel Belgrano. Arrecian las promesas de los presidenciables, que estuvieron, están y estarán por estas tierras, garantizándonos, que con ellos sí, será más razonable el creer en una promesa política antes que en un milagro celestial.
No debe ser descabellado pensar, o mejor dicho conjeturar o inferir, que aquellos que han tenido vínculos o relaciones con los anteriores Presidentes, o priorizaron las llamadas “cuestiones nacionales” o les fueron resueltos aspectos personales o facciosos, antes que poner por encima de cualquier otra prioridad, las necesidades estructurales de nuestra provincia y la diferencia que tenemos en relación a otra zonas del país, dejando en el mero plano teórico aquel término tan remanido de “federalismo”. No lo expresa uno, desde la comodidad de una tribuna, desde la acidez de una posición crítica, o desde el ladrido a la luna por vocación de llanero solitario, menos aún por esa definición de vociferar contra todo aquello, de lo cual uno no sea parte. Sí juntamos a los tres candidatos a Presidente que más votos cosecharon en las elecciones de Agosto, y que marchan en sintonía en las “encuestas”, descubriremos que nada distinto dicen entre sí con respecto a nuestra provincia, o al patio trasero de un país que, en forma oscilante, tuvo sus períodos de desarrollo, teniéndonos, siempre y consecuentemente, de espaldas. Y no se trata de una posición Chauvinista, de una suerte de emulación a la “Catalana” para algún día embanderarnos en nuestra República imaginaria del Chámame y del Carnaval, y forjar un plebiscito para alardear un supuesto secesionismo. Se trata, tan sólo y simplemente, de cortar, copiar y pegar, las declaraciones de la tríada del poder, que acompañados por referentes locales que varían de nombres y de hombres, nos dicen en nuestra propia casa, que la Nación nos debe, sacan a relucir ese otro concepto tan trillado como federalismo, la suerte de remedio imaginario que, funciona en otros lugares, pero que nunca se implementó en el nuestro; “Fondo de reparación histórica”. Esta asimilación de culpabilidad o mejor dicho de responsabilidad, no puede ser óbice para conformarnos que “al menos lo reconocen” porque ellos mismo, avanzan en el mismo sentido, es decir hasta prometiéndonos las mismas obras, casi simbólicas de los puentes. Y en tiempos de frenesí Papal o Franciscano, cabe aclarar que casualmente (como la de la luna roja y el planeta rojo con agua) el Sumo Pontífice, significa etimológicamente “el constructor de puentes” por tanto, hasta podrían ponerse de acuerdo los tres candidatos (para debatir no lo harán pero para esto, es decir para copiarse en la propuesta, quizá sí) en exclamar que en verdad el que nos prometan los tres ambos puentes, es más que nada una promesa papal, que ellos lo implementarán, dado que son admiradores de Francisco (esto en verdad es otra de las “casualidades, ninguno de los tres, deja de citarlo, de referenciarlo, hasta de mencionar su encíclica y discursos).
Tampoco se trata de “pedirles” un proyecto cultural, todos sabemos que eso e vano palabrerío de “equipos técnicos” contratados en la coyuntura para expresar lo incumplible, acá lo que se plantea, es que desde la política (significante que incluye a todos y cada uno de los que se consideran políticos) el lugar, o lo característico de lo intelectual, no sea un conchabo de tipos exitosos y famosos, o una jerarquía académica, sino que revista el grado de una consideración como se pudo haber dado en la Francia de Malraux, en la República Checa de Havel o en lo que no se pudo lograr en la Eslovenia de Zizek. Posiblemente alcance, con que los hombres de la cultura no sean considerados “perros verdes” agentes extraños con ese mote, descalificativo de “libre pensadores”.
Tampoco enarbolamos la consigna de que los intelectuales son una suerte de vanguardia providencial, la pretensión, reformulada de un “Platonismo” avant la lettre, tal como expresamos en el título, los ejemplos llueven a borbotones. Lo impensable del cumplimiento efectivo de una imagen metafórica de un cantante considerado, se dio inexplicablemente, antes que las razonables promesas que nos vienen trazando en tiempos de puentes, y con esto nos alcanza y sobra. Cerati, el cantante, en su amplio repertorio, cuenta con un tema, llamado “Puente”, mientras otra de sus obras, como “Entre caníbales”, no se transforme en profética, será más que suficiente, en el mientras tanto, al menos, es claro, que el rol de los intelectuales y hombres de la cultura, no debería pasar desapercibido para el mundo de la política que en el afán de lo supuestamente posible, descree de lo imposible, cuando la realidad se planta, muchas veces, en viceversa y de aquí lo inentendible que la política no incluya en sus primeros núcleos a estos hombres que se vinculan con lo más esencial del ser humano, hacer posible lo imposible, como la vida misma, sea esta en el planeta rojo, o bajo la luna roja.
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