Ultimo aviso, se titula un papelucho que dejan correr por debajo de la puerta, semi abrochado, cuasi ilegal, es el cuco de la muchedumbre, de la mayoría de aquellos que padecen Argenti-landia.


“El PIB (Producto Interno Bruto) no refleja la salud de nuestros hijos, la calidad de nuestra educación, ni el grado de diversión de nuestros juegos. No mide la belleza de nuestra poesía, ni la solidez de nuestros matrimonios. No se preocupa de evaluar la calidad de nuestros debates políticos, ni la integridad de nuestros representantes. No toma en consideración nuestro valor, sabiduría o cultura. Nada dice de nuestra compasión ni de la dedicación a nuestro país. En una palabra: el PIB lo mide todo excepto lo que hace que valga la pena vivir la vida”. (Kennedy, R. Marzo. 1968).


El continente aislado de la praxis política (partidaria) donde las acciones son fundadas desde la fantasía, el método de aislamiento fantasioso tuvo y tiene un resultado final excelente para sus progenitores, las fantasías políticas tienen aceptación popular y se piensan así mismas como realidades tangibles, el discurso fantasioso es creíble y mientras tanto, infecta el resabio de memoria democrática que al hombre en cuanto tal le resta.


Wilson era, por cierto, complejo: no será fácil descubrir la clave de la unidad bajo las aparentes contradicciones de su personalidad. Además, no debemos iniciar la tarea con falsas esperanzas. Jamás podremos lograr un análisis completo de su personalidad. Sobre muchas partes de su vida y su carácter no sabemos nada. Los hechos que conocemos parecen menos importantes que los que ignoramos. Todos los datos que quisiéramos conocer sólo se podrían descubrir si él estuviera vivo y se sometiera al psicoanálisis. Ha muerto; nadie los conocerá jamás. Por lo tanto no podemos tener la esperanza de comprender los acontecimientos decisivos de su vida psíquica ni en todos los detalles ni en todas sus relaciones. En consecuencia, no podemos llamar a esta obra un psicoanálisis de Wilson. Es un estudio psicológico basado sobre el material de que disponemos en la actualidad, nada más. (Freud, S. “El Presidente Thomas Woodrow Wilson. Un estudio psicológico”. Pág.5)


“La democracia liberal tiende hacia las decisiones racionales dentro de los límites de lo (que es percibido como) posible; para gestos más radicales, las estructuras carismático proto-totalitarias con lógica plebiscitaria, en las que uno elige libremente las soluciones impuestas son más eficaces. La paradoja a asumir es que en la democracia, los individuos tienden a permanecer pegados al nivel de adorar los bienes a menudo sí se necesita un líder para estar en capacidad de hacer lo imposible. El líder auténtico es literalmente el único que me permite efectivamente escogerme a mí mismo la subordinación a él es el mayor acto de libertad (Zizek, S. “Bienvenidos al desierto de lo real”).


“Viene el prefecto de policía a pedirle al detective Dupin que le ayude. Estando la reina en sus cámaras reales recibe una carta comprometedora para ella, y eso en el momento en que el rey entra en la cámara. La reina deja la carta sobre la mesa, como por descuido, para no llamar la atención del Rey. Pero justo en ese momento entra el Ministro, que se da cuenta de que en esa carta, hay algo comprometedor y de que la Reina procura que el Rey no la vea dejando la carta abandonada sobre la mesa como si no tuviera importancia. El Ministro se acerca entonces a la carta, y ante los ojos asombrados de la Reina, que no puede hacer nada, la toma y se la guarda, depositando sobre la mesa otra carta que ha sacado previamente del bolsillo. Y desde este mismo momento, el Ministro comienza a chantajear a la Reina. Esta ve, que en sus propias narices, el ministro roba la carta, llama entonces al prefecto de policía, quien pone en marcha a todos sus efectivos para dar con la carta pero no lo consigue. El prefecto acude al detective Dupin. Este va la casa del Ministro. Le basta entrar y da una breve ojeada para darse cuenta que la carta está a la vista; es decir que el Ministro vio que la mejor manera de ocultar la carta era ponerla absolutamente a la vista de todos. Dupin toma la carta sin que el Ministro se dé cuenta y la que carta que deja de recambio dice “Destino tan funesto, si no es digno de Atreo es digno de Tiestes”.


“Cuando yo era joven, había una diferencia importante entre ser famoso y estar entre boca de todos. Muchos querían ser famosos por ser el mejor deportista o la mejor bailarina, pero a nadie le gustaba estar en la boca de todos por ser el cornudo del pueblo o una puta de poca monta…En el futuro esta diferencia ya no existirá: con tal de que alguien nos mire y hable de nosotros, estaremos dispuesto a todo”. (Eco, U. “De la estupidez a la locura”. Editorial Lumen. Buenos Aires. 2016)


El Senador Provincial, otrora gobernador de la Provincia, realizó todo un apostolado de “ser una persona que cumple con la palabra empeñada”, desprendió a partir de tal axioma su defensa de los valores, de la vida y de la “correntinidad”. Abrevando en este cóctel que empatizo de lleno con el correntino de ley, como con el caté, no se amilano cuando tuvo que ser, impiadoso con sus rivales de turno, a los que, previo ninguneo, tampoco se ruborizo al gozarlos y tratarlos con sorna y sarcasmo. No se trata de un recuerdo para llenar los espacios que igualmente no se llenaran ante las palabras que sí algo de divertido y desafiante tienen, es que nadie sabe cómo finalmente se traducirán en la realidad, sino del problema real e inmediato que tienen todos y cada uno de los que tras las elecciones, están haciendo sus primeros pasos en el manejo del poder; cumplir lo prometido con cada quién antes de que fueran lo que ahora son y de las miles de formas y maneras que tienen, precisamente de preguntarse ¿Por qué cumplir con cada coma de promesas empeñadas, si no alcanzara para todos y sí así fuera, siempre tendré quiénes me digan que no he cumplido?.


“Sois fieles súbditos de la nueva religión triunfante: la circulación perpetua, entre el hahaha enlatado de las redes y los grupos de Whatsapp. Donde los pequeños, por cierto, juegan a ser mayores y los viejos juegan a ser niños. En esta gran clase media donde todos somos igual de idiotas la religión triunfante (faltaría más) es unisex, pues ya no hay hombres ni mujeres; ni jóvenes ni viejos, ni buenos ni malos. Todo el mundo es igualmente “diferente”… aunque algunos tengan más seguidores. Entre otras cosas, esta banalidad de la igualación paritaria (donde el éxito del inglés, la lengua de la normalización banal, es otro síntoma) ha conseguido nuevas formas de odio hacia lo raro y lo no homologado. Aparte de un nuevo enfrentamiento entre sexos y generaciones, pues todos (padres e hijos, mujeres y hombres) corremos en la mismapista del éxito espectacular, visible y masivo. A veces parece que habéis vendido vuestra alma al nuevo dios del postureo, sin guardaros nada dentro, ninguna capacidad para el secreto. Casi todo en vosotros funciona en red. De ahí la moda del poliamor y la posverdad. No sé, creo que el viejo Dios, que al fin y al cabo atendía a la sombra de cada quién, era menos cruel que éste de la diversión obligada. Además, recuerda Nietzsche, cinco no se ríen sin que un sexto pierda un ojo” (Ignacio Castro Rey. “http://www.ignaciocastrorey.com/tres-cartas-sobre-la-mutacion-juvenil-de-una-sociedad-senil/#more-1561 )


Muchos hombres de acción política (que la ejercen, que la leen, que la comentan o que la desean), equivocadamente, piensan y sienten que los cuestionamientos del pensar, son dardos teledirigidos hacia sus cabezas, y con el manejo, mediático y sobre supuestas usinas intelectuales, quieren dejar en evidencia, que el pensamiento crítico es sólo la jactancia de las minorías, el inconformismos de infantes sociales, que tendrían que agarrar una pala para no pensar, dado que esta actividad no generaría, para sus conceptos, nada redituable, socialmente hablando. Que el acceso a lugares de la administración, sea del orden que fuere, sólo debe ser atendido en función de una suerte de algoritmo en donde el resultante sea revisto por palabras que sostengan lo constitucional de la idoneidad o lo políticamente correcto de la meritocracia (habría que ver desde donde se parte y con qué elementos se compite) no deja de ser un cuento, que bien podría ser Chino, pero es el más verosímil de los cuentos occidentales. El conchabo, el útero político-social que da a parir a los ciudadanos gobernantes, que los sitúa en el plano distintivo del funcionariado, sea administrativo como representativo, siempre debe ser selecto, reducido, agonal en su definición (todo lo otro o los otros que bajo argucias técnicas refieren que todos tienen que acceder a, que el estado no es un botín de guerra o que esconden sus intenciones políticas y hacen informes a medida), ir en contra de esto, es como no aceptar la ley de la gravedad. Sin embargo, el pensar que las reglas del “econchabamiento” o de cómo se enconchaba no puede ser mejorada, es como mínimo tozudo y poco inteligente. A esto, a perfeccionar estas reglas no escritas, pero sagradas, es lo que se debe dedicar la clase política que pretenda seguir permaneciendo en la cresta de quiénes determinan los que están dentro del exoesqueleto del molusco (llamado concha) que los protege del afuera o de la presencia del estado en sus vidas.


En una comunicación con Merceditas Beltrán Flétscher, subdirectora de la “Agencia Ciudadana” con origen en Colombia (http://agenciaciudadana.org) y las autoridades del centro de estudios correntinos, se resolvió que el trabajo que se viene llevando a cabo, no solo que amerita sino que enriquecerá las perspectivas de las agencias ciudadanas que se desarrollan a lo largo y a lo ancho del mundo con la finalidad de que contemos con una mejor calidad democrática. La constitución del “Índice Democrático”, el “Gabinete Ciudadano” y el “Test 38” para determinar la calidad de los partidos políticos resultaron determinantes para el centro de estudios correntino, logrará su plena inserción en los planos internacionales. Planean para 2018, acciones en conjunto, tanto en Argentina como en Colombia.


El falogocentrismo (sobre todo occidental, europeo, franco-alemán) que nos conmina a pensar desde la posición dominante de lo masculino (como reverbera Derrida) en la construcción del significado, debería ser rodeado, deconstruido, desde la aporético (irresoluto, por ende incierto y dudoso) de lo conceptual. Es decir pensar, intuir o sentir, que la idea de un dios (o creador) tenga que ver con lo masculino, cuando en verdad y desde el sentido común, sí necesitamos construir una referencia teleológica, que nos brinde las certezas de las que carece lo humano, obligadamente, debe ser pensada, intuida y razonada como algo vinculado a lo femenino. Lo femenino no en su genitalidad, sino en lo iniciático, en lo basal, en lo obviamente primigenio que significa y representa la vagina, la vulva, el coño, la concha, la argolla, el hachazo, la cajeta y todos y cada una de las formas determinadas por el falogocentrismo en que se nombra o se designa el órgano sexual de la mujer.


No será este un artículo laudatorio, ante los minutos que lleva Valdés en el Sillón de Ferré. No sólo iría en contra de todos los manuales de ciencia política (los que hablan de cien días de gracia, de “luna de miel” que se les debe otorgar a los administradores de ejecutivos para empezar a decir algo) sino por sobre todo se constituiría como una falta de respeto, a los lectores, al gobernador, a su investidura y por ende al pueblo de Corrientes o a la correntinidad. Tampoco, a decir de Asís, se precisa por estas tierras de un “Periodismo de Irigoyen” (parafraseando al concepto “Diario de Irigoyen” que el escritor extiende con sarcasmo y que le otorgaría, a su modo de ver, la prensa nacional al Presidente), tal vez pretenda alguno, regresar a la oficina pública de información o prensa, y está muy bien que para ello use las palabras, no sería un mal hábito que los gobernantes consideren a sus posibles funcionarios de acuerdo a este parámetro. En nuestro caso, le agregamos la reflexión o el análisis político, dado que sí se rompió la regla por alguien bien visto y considerado, nos habilita a que también lo hagamos, por más incluso que no creamos que sea la forma o la manera correcta, en nombre de lo colectivo y a las buenas costumbres, nos adaptamos a lo que se establece como positivo o aceptable.


He comprado el buzón de suponer que las convicciones, la creatividad, el pensamiento crítico y el apostar a un colectivo, que trascienda la individualidad somera, fría, y esquiva de resolver un problema personal, hasta incluso material, son actitudes ante la vida que más allá del regocijo espiritual, son validadas por todos y cada uno de los integrantes de una sociedad.


Aquellos que por destino, azar o mala suerte les toco nacer y vivir en el norte argentino convertido en el residuo inviable de una mínima franja amurallada cuasi rica ubicada en el centro del país, podemos notar desde la lejanía y el abandono los últimos suspiros del Estado tal cual lo conocimos en la historia reciente. Los fundamentos que cimentaron semejante monstruo se diluyen día a día, borrados de cuajo los límites territoriales liquidando el concepto de nación que lo libertadores supieron marcar y defender.


El prejuicio que circula por los pasillos en donde se reúne la elite, y por sobre todo en donde desearían circular los que nunca pertenecerán pero se desviven y así morirán por pertenecer, y que en tiempos de redes sociales, se postea y comparte en formato digital, pareciera haber sido ratificado por las recientes administraciones del gobierno provincial y municipal capitalino en la conformación de sus respectivos gabinetes. Para los “peronchos” (tal la definición del medio pelo argentino que se identifica por su antiperonismo) ni justicia, menos que menos un lugar (el que podría endilgársele tiene más que ver con el partido intransigente y el otro con el desarrollismo que siempre quisieron travestir como variante de un peronismo ortodoxo) en el gabinete o en las planillas de funcionamiento del estado. Toda una definición que tiene sus puntos a favor como de los otros.


Cuando la justicie confirme el desfalco mediante el cual se libró la orden de detención para la ex Intendente de Perugorría, entregaremos al actual jefe comunal el total percibido, otorgado por la anterior administración, dado que sorprendidos en nuestra buena fe, hemos realizado un trabajo de difusión de actividades públicas, que evidentemente, tenía como trasfondo que otras acciones no se supieran o pasaran desapercibidas. Distinto es el caso, de otro Intendente de Corrientes, preso, de la localidad de Itatí, al que la justicia lo penaliza por un delito indirecto en relación a lo que era su desempeño como Intendente. No obstante, como podrá comprobar en nuestros archivos, tanto a Lesieux como a Terán, en las sendas entrevistas, le preguntamos a la primera acerca del proyecto de construcción de casas (antes del informe de la televisión porteña y de la denuncia de la diputada bonaerense) y al segundo acerca de cómo se combatía (en el caso de que le correspondiese en la función a un municipio) al narcotráfico. No esperamos que todos los que percibieron pauta o dinero de Perugorría, por servicios prestados la devuelvan, no corresponde, más sí como en nuestro caso se trabajó con honestidad intelectual, creemos sí que es un gesto simbólico. Lo que sí esperamos, y lo expresamos como deseo en estas navidades, es que ningún jefe comunal de Corrientes, tenga que verse envuelto en prácticas que transgredan la normativa vigente, por el futuro bien de ellos mismos y por el bien eterno de las instituciones y la democracia.


Tal como en todos los ámbitos de una sociedad desigual (que se precia, normativa como culturalmente de lo contrario), en la clase política o en el campo político, en la arena de la política, en el recinto simbólico perteneciente al cetro de los legisladores nacionales, hemos sido testigos de una doble vara, o doble estándar o mejor expresado un mismo suceso que circulaba en dos planos en paralelo, asintóticos. De tal performance, lo único que se percibe con claridad meridiana es la representatividad difusa que dimana de instituciones ancestrales que a golpe de esperpentos públicos nos anotician del estado de situación en que devino uno de los poderes del estado. Una imagen vale más que mil palabras (en verdad sería al revés, dado que ahora abundan las imágenes y lo que falta son palabras que las acompañen) y más allá de los roles que a cada uno le competa en la dinámica legislativa (desde el presidente del cuerpo, las presidencias de las comisiones, de los bloques, miembros informantes e integrantes mediáticos que informalmente se suman a la lista de notables) la gran mayoría de los legisladores, nada río arriba, para aprehender, para tomar la representatividad que le ha sido conferida y que muchas veces, pareciera que está sobre-representada, al menos en el hemiciclo o en el legislativo nacional a razón de que en el afuera, en ese afuera bullicioso, violento, se compensa o se regurgita lo que ese adentro devuelve, ese exceso en demasía (de la mayoría de los legisladores que plantean cuestiones dando por sentado lo que a más de un tercio de la población les falta, la posibilidad de comer o de dejar de ser pobres) y que se traduce en una piedra, en una cacerola, o en el peor de los casos en la indiferencia más abyecta.


Volvió a producirse el síntoma. Tal vez en el mejor momento, cuando el paciente, creyéndose sano, amenazó con extraviarse en jornadas dionisíacas de exceso, abotagado de circunstancial sanidad, se sintió envalentonado por la soberbia de haber creído que, sintiéndose vencedor de la enfermedad que lo aqueja, le daría derecho y sobre todo, posibilidad, para parársele a la muerte misma. La fiebre le volvió a subir, el escozor regreso y las remembranzas no sólo que son obvias, sino conducentes. La cuestión de fondo, la enfermedad de base, no sólo que sigue presente, sino que nunca fue tratada ni diagnosticada. A ningún médico le podría alegrar la descomposición de un paciente, sin embargo, muy dentro suyo, a esté, no le convenció nunca la supuesta recuperación, mágica y sin precedentes, del enfermo que creyó que se curaba por tan sólo cambiar de médico, o en el mejor de los casos de tratamiento o medicamentos, sin el debido diagnóstico previo y exacto.


Futuro: Conferencias que Potencian.
Una nueva etapa se abre en la Ciudad de Esquina en torno a la cultura educativa, el Siglo XXI nos atrapó en un cosmos de nuevos métodos de conocimiento e interacción social, la tecnología se nos presenta como el tabique que reorganiza toda la esfera social. ⚡Futuro: Conferencias que potencian, pretende incorporar a los esquinenses al fabuloso mundo del conocimiento que el nuevo milenio nos pone a disposición, mediante una clara política pública. El futuro es una construcción permanente en el presente.


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