Como entidad conceptual para el estado, en sus fueros nacional, provincial y municipal, administrado por la paleta variopinta del multipartidismo que se diferencia por lo nominal es harto imposible definir la existencia de literaturas patronímicas algunas. Más allá de la responsabilidad de los que son o podrían ser parte de esto, y de que hoy mueva muy poco el amperímetro de la realidad político/social/cultural, sirve como disparador para dar cuenta de cómo algunos aspectos de lo cotidiano se travisten en verdad en cáscaras vacías, estandartes de causas o cosas inexistentes, y de terrenos fértiles para la enajenación por parte de los que deberían brindarnos algo más que etiquetas vacías, relatos ficticios o una puesta en escena para redireccionar los recursos del estado que se dicen van en un sentido pero en verdad van en otros.
Esto parece estar sucediendo, el languidecimiento, la letanía, la podredumbre de lo democrático, de acuerdo a síntomas evidenciados en varios de los órdenes en los que nos vemos sorprendidos por la realidad. A nivel internacional, migrantes que se imponen en la fáctica más contundente de cruzar, cuál émulos bíblicos y próceres históricos, montañas y mares, a costa de la muerte de niños, mujeres, ancianos y enfermos, para simplemente tener la posibilidad de subsistir, pero en esa esperanza, casi espiritual, inercial del ser humano, en esa pulsión de vida instintiva, están logrando hacer carne aquel apotegma, Nietzscheano “de lo que no te mata, te fortalece” y más temprano que tarde, serán quiénes manden en los órdenes internacionales, es que nadie aún ha reparado, que ya lograron que las guerras que los azotan, en aquellos terrenos hostiles y lejanos de los que huyen, se disputen ahora en el centro de la comunidad económica europea, y eso, es un triunfo inusitado, un cambio de paradigma, que es sólo un comienzo. Lo venimos sosteniendo desde hace años, la democracia tal como la entendemos, será modificada, por estas generaciones de víctimas de la misma, a las que aún no le han resuelto ningún problema fundamental, tal como se la impusieron bajo promesa. La alborada de que los ricos se hagan cargo del problema de la pobreza, nunca ha sido una cuestión de lástima o de sensibilidad, es una cuestión neta y nata de poder, de poder real, de poder político, que empieza a evidenciarse intempestivamente, tras años de agazapamiento. La cuestión no pasa por cuantas veces se tenga que votar, ni siquiera a quién. El tema pasa, por sí elegimos a quiénes de verdad nos representarán. Para ponerlo en términos del presente artículo, no se trata de sí hemos matado o están matando a la democracia, el problema es que se está muriendo.
“La mayoría de los bichos, van a parar al farol más grande, al que ilumina más” Julio Romero, último Gobernador Peronista. Probablemente, una de las grandes virtudes del occiso político y actual gobernador, haya sido el no reconocer a los pocos peronistas con ambición de poder y eclipsarlos, con los otros, con todos los que han sido, desde hace casi dos décadas atrás y siguen siendo, entrando y saliendo, claro está, para aumentar el eco y cambiar el aire fresco, sus colaboracionistas, siempre en un segundo y hasta tercer orden. Desde vicegobernadores, ministros, legisladores, supremos y de primera instancia en el judicial, como enfermeros y porteros, con gradación peronista, han pasado a ser parte del “Colombismo” de “Colombilandia” como lo llaman peyorativamente, los que algunos, ahora muerto Colombi, y puestos por él, se descubren como forros de tal proyecto político y buscan redimirse, escribiendo improperios en redes sociales o en blogs, cuando no en mensajitos de whasap.
Algunos autores han confundido la sociedad con el gobierno, dejando poca o ninguna distinción entre ellos y no sólo son diferentes, sino que tienen diferentes orígenes. La sociedad es producida por nuestros deseos, y el gobierno de nuestra maldad. Thomas Paine.
Circula en diversas redacciones de distintos medios de prensa de diversos países una entrevista realizada por un periodista “Cecilio González”, a un supuesto integrante del grupo insurgente con radicación en el norte del Paraguay. Bajo el alias de “Mariscal Francisco” (en lo que se traduciría como un homenaje a Solano Lopez) en el reportaje, sostiene el cambio de eje de la revolución que consideran llevar a cabo, decididos a extenderla a toda el área Guaraní (que implicaría tierras bajo jurisdicción Brasilera y Argentina) y el gradual paso del combate bélico a la participación política, abandonando la lucha de clases por la consideración de la clase de los pobres, como la que debe insumir mayores preocupaciones y ocupaciones de los que se dicen demócratas.
Todos los crímenes y corrupciones de los partidos estatales son pues crímenes y corrupciones del pueblo que los vota. No porque éste se considere representado por ellos, sino porque tiene el sentimiento identitario de identificarse con ellos. Gerhard Leibholz
Por tanto, estos aventureros, que desconocen mucho de casi todo, no dudan en hacerle afirmar al político, la barbarie presentada como título “Hechos y no palabras”, sin reparar que una expresión semejante es casi tan demoledora para la humanidad, como lo podría ser negar el holocausto. (Por Francisco Tomás González Cabañas).
El Viernes 4 de Noviembre se llevara a cabo en las instalaciones del Teatro de la Ciudad; Pasaje Villanueva 1.470 a las 21hs, el 1° Encuentro de Danza de Cierre de Año del Ciclo de Formación de Interpretes Contemporáneos 2016.
Redefinir la conceptualización de lo que arrastramos, eurocéntricamente, desde la revolución francesa, que legó a la humanidad (en verdad al occidente que conquistó a sangre y fuego, para luego, en términos de Gramsci, hegemonizarlo en sus categorías, categóricas o totalitarias) libertad, igual y fraternidad, es un deber ser para con nuestras posibilidades de ser auténticos con nuestro mundo y nuestro modo de comportarnos, es decir nuestro hacer político.
La pobreza no es un mal ni una condición, sino un fracaso estructural del Estado como medio de realización de lo político. George W. F. Hegel.
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