Tratase de un artefacto, el último grito de la ciencia, que en breve estará al alcance del público consumidor, que mide el poder político que el medido posee. Es decir, usted que tal vez, crea, considere, o sienta, que mediante su firma, puede dejar sin empleo a quién no le rindió debida pleitesía, u otorgárselo a quién le ha brindado todo lo que usted le requirió, que mediante su sola humanidad, las masas, se aglutinan para escucharlo, para pedirle, para esperanzarse con su calidad, candidez y don de gente o que simplemente, por esos azares del destino, que abnegada y educadamente, gracias al esfuerzo y la moral que impregnaron sus padres y con ellos la comunidad toda, en su solemne andar cívico, comprende desde esa proverbial humildad que considera que tiene y que a tal ejemplaridad le deba que los planetas se le alineen para que pese al paso de los años el poder no se le termine de escurrir por las manos; le tenemos una lamentable noticia, en breve podrá medir lo insondable, como una suerte de talismán que para el común de la gente sería el amperímetro de la felicidad, por una sencilla fórmula, se podrá determinar cuánto poder le cabe en el manojo de sus decisiones.
La pobreza no es un mal ni una condición, sino un fracaso estructural del Estado como medio de realización de lo político. El sistema de la eticidad. Georg W. F. Hegel.
Acabar es terminar, concluir, finalizar. En ciertas geografías tal denominación del colofón se asocia, vulgar como exclusivamente, con la consumación sexual, el instante indeterminado, cuando tras el éxtasis pleno, orgásmico, deviene en el sucumbir del cuerpo y la mente, que acaban al unísono con el placer, con el todo, concluyendo en una nada que volverá a ser el paso siguiente para iniciar otro comienzo.
Según El contrato social de Jean-Jacques Rousseau, se define oclocracia como la degeneración de la democracia. El origen de esta degeneración es una desnaturalización de la voluntad general, que deja de ser general tan pronto como comienza a presentar vicios en sí misma, encarnando los intereses de algunos y no de la población en general, pudiendo tratarse ésta, en última instancia, de una "voluntad de todos" o "voluntad de la mayoría", pero no de una voluntad general.
Podemos tener políticos, varios, que nos puedan vender, hasta con la honestidad de creer que la política es salir en el auto solventado por el estado, con la nafta del estado, y con el celular pagado por el estado, aprovechando de paso para no soportar una soledad abrumadora o una compañía inapropiada, es tener y acrecentar un capital político que luego se traducirá en votos o en clamor popular, dada las reuniones mantenidas con, dirigentes políticos o quiénes sean que serán mostradas y difundidas en también medios solventados por el estado.
Entendiendo al poder como la suma de oficialistas y opositores, que en la tensión aparente en que funcionan para dejar por fuera a vastos sectores de la población (de lo contrario no tendríamos los números que tenemos, desde la primavera democrática, de pobres y marginales), denominan al juego establecido como lo político, y a su método, una democracia representativa, en cada una de las parroquias en donde se debate, o se pone arriba de la mesa (por obligación normativa o por pura y mera formalidad) lo que supuestamente se elige en un proceso electoral, debemos, quiénes, dejemos las cosas en claro, en relación a que es lo que realmente podría ocurrir con la cosa pública. En este sentido, no existe posibilidad política alguna que no sea la victoria, clara, concisa y contundente de Gustavo Valdés. El candidato opositor, validará lo procedimental, y tal vez, sin que conscientemente lo sepa, están usando su ego construido por una sacrificial como colosal carrera deportiva, para que le ponga el cuerpo a una carrera en donde no tiene otra chance que volver a repetir la medalla de plata. Paradójicamente los fanáticos del oficialismo gobernante, que se extasían al denunciar excesos demagógicos, del régimen venezolano por ejemplo, no dan cuenta que gobiernan desde la misma cantidad de años que los herederos de Chávez y que por intermedio de sus campañas en redes sociales proponiendo la baja del candidato opositor a la elección de octubre, están propiciando la única forma que tienen de perder el poder, real y efectivamente.
Tal como nos recordara Girala Yampey, los primeros habitantes de estas tierras las hicieron suyas en busca de su realización mística-religiosa, habiendo creído hallar la tierra sin mal. Los conquistadores, a su llegada, trajeron consigo también lo filosófico, tal como lo seguimos entendiendo, más allá o más acá de lo académico. Con esto queremos decir, que hubo de arribar también, entre tantas cosas, entre los barcos, Aristóteles, o su obra y pensamiento. El desembarco del concepto de lo Aristotélico, trajo consigo la política. Este concepto, se origina en un texto suyo con tal nombre, que al ser traducido del griego al latín, para luego ser extendido en las incipientes universidades del medioevo, construye en esa dinámica, el afamado término “democracia” que sería usado, cómo en nuestros días, para definir un modo político ante la comunidad, cuando en verdad fue usado por tal autor, para señalar el desvió o la corrupción de un modo de organizar a la comunidad (la política). Esta introducción es insorteable, sí es que queremos, hablar seriamente de los fenómenos políticos de la actualidad. Sea tanto de la constituyente venezolana o la elección municipal en el paraje menos habitado de cualquiera de nuestros países que se precian de democráticos.
legis virtus haec est: imperare, vetare, permitiere, puniré. Dig. De legibus 1.3.
La cultura es un concepto de élite. En las reuniones de hombres de poder, incluso, le hacen bullyng a la cultura. Es el responso de esposas con quiénes la pasión se fue extinguiendo, más no así la posibilidad de que por ello se termine el vínculo, y el lugar indicado para el librepensador, cuando no afrancesado, que no es tan macho, en los términos más bestiales y rudimentarios, para andar buscando votos en el Barrio San Ramón de Goya, en el Santa Catalina de Santa Lucía o en el Caracolero Capitalino. En el mejor de los casos es el reducto perfecto para el haragán que prefiere la tomada de café en el despacho o en el bar del centro, para hilvanar las lecturas de solapa de algún libro fotocopiado o creer que está haciendo filosofía porque leyó Kelsen en la facultad de derecho, pero la cultura política, es aquello que precisamos para consolidar lo democrático, para que sigamos viviendo de ello, sin que los que padecen, hambre, miseria y pobreza, se den cuenta a tiempo y vayan por todo. Cultura política es que la política, no se haga desde la foto, de la compra chabacana de intendentes o dirigentes, como si fuesen putas en retazo en los tiempos de la whiskería o más atrás en el tiempo de las casas de tolerancia que hacían crecer la inmigración a pujanza de europeas del este que venían a engrandecer la nación a fuerza de mamadas y algo más.
"Con la democracia ocurre algo curioso: todo el mundo la desea, pero no hay nadie que crea en ella". Así, con esa frase tan rotunda como polémica, arranca Contra las elecciones, el controvertido libro firmado por el historiador, arqueólogo y escritor belga David Van Reybrouck (Brujas, 1971) que ahora se publica en España. Claro que lo mismo podría haberse extraído de la presente columna, desde la que afanosa e incansablemente se trabaja en este sentido, sin otro fin ni interés que no sea el preservar esta forma, este sistema de organización política en la que mal que mal, todos de alguna u otra manera convivimos. No es casual, que desde sectores, considerados extremistas de la oposición provincial, se hable abiertamente de la cuestión del fraude electoral, o de la posibilidad o mejor dicho de la imposibilidad de que algún espacio político que no sea oficialista triunfe. Traducido en términos concretos, lo que venimos trabajando (de haberlo hecho con cierto apoyo por parte del estado, en alguno de sus estamentos, hubiésemos conseguido resultados más óptimos y lecturas más variadas, habiendo brindado alertas más tempranos) se replica, por ósmosis azarosa o porque otros, que son considerados eminencias intelectuales en el mundo (de hecho esto como pequeña muestra que transcribimos del intelectual Belga que vende miles de libros en Europa y brinda notas a los principales medios del mundo, mientras tanto los artífices de estas columnas, son rechazados en los medios supuestamente colegas, pese a ser vilmente copiados y tomados como referencia sin ser citados, y siquiera invitados a la feria de fotocopias de textos que se hace en una cancha de fútbol) en donde se identifica a la cuestión electoral como el principal factor de riesgo o a mejorar de las democracias actuales.
Seguinos
3794399959