“La verdadera democracia no se agotará con la participación episódica en los asuntos públicos por medio de elecciones o de representantes elegidos, solo se realizará por la fusión entre el trabajador y el ciudadano, por el acercamiento entre la existencia popular y el empíreo político” (Aron, R). Tal cómo expresa la canción “Eclipse de Mar” (El diario no hablaba de ti, ni de mí…) en la versión que dimos en llamar “Eclipse de sol” habría que agregarle que el diario tampoco habla de la democracia tal como la entiende Aron y otros, tras habernos empachados de votaciones, se suceden situaciones del poder que deberían estar revistadas por la participación ciudadana, y sin embargo, estamos atados a la suerte del balón, del algún varón golpeador, de los accidentes nuestros de cada día, de la habilitación de las playas, del tweet de no quién, de la normalización que implica la judicialización de la política (que allana, define a quien le corresponde las alternancias en las listas, y hace todo, y en ese hacer todo, para el que no fueron elegidos, en verdad nadie los ha elegido para nada a los del judicial, deberían proponerse hacerlo de una vez todo y probablemente no nos demos cuenta de ello).
En virtud del concepto de “Hermanamientos” una figura geopolítica clave que surge luego de la segunda guerra mundial, de las que integran ciudades argentinas como Buenos Aires, La Plata y Rosario, con respecto a municipios europeos, se propone a las autoridades capitalinas a asumir, el formulario anexo (de la FEM, Federación Española de Municipios) para formar parte de la red de entidades que pugnan por mayor transparencia y participación ciudadana (En España determinada por Ley 19/1013) a los efectos de contar no solo con una mayor calidad democrática, “fronteras dentro” sino que las mismas puedan tener el roce internacional o la participación en el concierto de las principales o más destacadas ciudades de occidente. (Por Centro de Estudios Desiderio Sosa).
Apenas asume un nuevo gobierno por la vía democrática o finaliza una elección, comienza un período al que se llama “luna de miel”; una etapa que se considera que dura unos 100 días. En esos tres meses y diez días, la ciudadanía y la clase política, viven una especie de “ceguera de amor”, que la impulsa a considerar al nuevo gobierno, especialmente al titular del Ejecutivo (o de los ejecutivos), como una especie de príncipe encantado, depositario de todas las virtudes y sobre todo, poseedor de todas las soluciones para todos los males que aquejan a la comunidad.
“Vosotros predicadores de la igualdad, la demencia tirana de la impotencia es lo que en vosotros reclama a gritos: Igualdad, vuestros más secretos antojos de tiranos se disfrazan, pues con palabras de virtud…No quiero que se me confunda ni se me mezcle con esos predicadores de la igualdad. Pues la justicia me habla así: Los Hombres no son iguales” (Nietzsche, F. Así habló Zaratustra, De las Tarántulas. Editorial Gredos. Pág. 126. Madrid.2010)
“Las sociedades primitivas son máquinas anti-producción…Nadie sustituye la máxima de su deseo a la ley del grupo, esta triunfa y jamás es transgredida. Equilibrio del placer y de la ley…El jefe es aquel que debe hablar. Un jefe ejerce su autoridad con la palabra como el elemento más opuesto a la violencia” (Clastres, P. Chronique des Indiens Guayaki. París. Plon. Coll, p 161).
En pleno período de reorganización ministerial (Circulan los anteproyectos de una nueva ley de ministerios, y públicamente los intendentes a asumir expresan la creación de nuevas secretarías) las discusiones a libro cerrado, presurizan el aire de lo público, cuando lo democrático se define por el revés. Por citar un caso, se debería discutir a viva voz (al parecer es más fácil plegarse a una marcha que viene desde arriba o estar a favor o en contra de orinar en una iglesia con las tetas al aire) la conveniencia de crear un Ministerio de la Mujer, como existe en la República del Paraguay del Perú y de Chile (o proyectos a doquier como en el Chaco) "Lo personal es político, fue el lema del feminismo de los años sesenta. Conseguido el voto femenino, no sin esfuerzo, en la mayoría de países desarrollados, las mujeres se dan cuenta que no tienen poder. La democracia como derecho a elegir a sus representantes no mejora su libertad efectiva, no supone la posibilidad de acceder en igualdad de condiciones a los mismos bienes o recursos públicos y privados. No las iguala, las sigue subordinando en la medida en que no las convierte por sí en sujetos de decisión con capacidad de cambiar sus condiciones de vida reales, su día a día, y no elimina la discriminación que venían sufriendo en el plano físico, legal y simbólico” (Pilar Pardo Rubio, http://www.fronterad.com/?q=lo-personal-es-politico )
La partícula elemental, no es tal, no existe en cuanto a lo fijo, inanimado o concreto y específico. El punto que más se puede escindir, de la cosa en cuanto tal o en estado puro, arroja como resultante una cuerda que se modifica, que posee una dinámica diferente ante las diversas vibraciones a las que está expuesta y mediante la cual funciona. No sólo es un marco teórico para la astrofísica, probablemente sea una perspectiva mediante la que funcionen los aspectos más insondables que nos definen. El poder político, puede adecuarse, magistralmente a este cuadro, un vibrar que cambia de forma, sometido a la dinámica de lo impensado, por más que cuando transmuta o toma forma, se muestre como íntegro e inmodificable. La energía fundamental, el motor inmóvil, la razón que permite las vibraciones en las cuerdas, en su correlato político, son las manifestaciones inaprensibles de los ciudadanos que en la inercia cotidiana alimentan a su representación (la hacen vibrar, le dan vida o legitimidad) en un colectivo político, por más que renuncie, desconozca o aborrezca del mismo.
“Cuando la ignorancia, el exceso de trabajo y los bajos salarios se combinan, no sólo el trabajador se encuentra en una condición miserable sino que las mismas clases superiores son ofendidas” (Owen, Robert). El autor bien podría ser considerado una suerte de referente de la influyente Dra. Elisa Carrió de Cambiemos dado que propugnaba la vía reformista para generar un nuevo mundo moral que abrazara una humanidad que superara la “lucha de clases” y sus interdicciones. Tal como otro socialista, el vasco Tomás Meabe, fundador de las juventudes del socialismo español, conocedor de nuestro América y autor de la célebre definición: «quisiera escribir con amor y la pluma se me torna látigo», se interpusieron a las tensiones que generaron entonces ( Meabe por ejemplo tuvo que “romper” con su familia originaria, por sus pensamientos) y brindaron al conjunto de la humanidad la posibilidad de un salto cualitativo, demostrando que lo más noble como glorioso para la estirpe humana es precisamente abandonar las zonas de “confort” de supuestas certezas, que no llevan más a que la condición anodina como apocada de la experiencia humana que se marchita de tal forma, en la ruindad de su costumbre y de sus lugares supuestamente más cómodos como confortables.
“Cada uno de los cornudos es descrito minuciosamente en su esencia fundamental por una mentalidad lúcida y con un profundo conocimiento de la sociedad. Juega con todas las cartas, las despliega a su antojo, las une, las entrelaza, las mezcla, y salen de su manga setenta y siete cornudos…Jerarquía de cornudos podría ser un pequeño diccionario en el que cada víctima puede encontrar su propia descripción” (Jerarquía de Cornudos, de C. Fourier, Introducción por A. Popof) En un mismo sentido, se encuentra en período final la redacción de la jerarquía de los zalameros, que en tiempos de conformación de gabinetes políticos, exhiben sus amplias y profusas destrezas, muchas de las cuales, inconfesables, que le podrán significar el ser tenedores, circunstanciales, de poltronas en el poder, en donde lo único ofrecido y a ofrecer, por extensividad, a la comunidad toda, a la que deberían servir, es la adulación a quién le hubo de comprar el acto de zalamería. Hombres de poder, elegidos democráticamente, legitimados en compulsas electorales, las que deberían ser aún más democráticas, o incentivar la generación de una ciudadanía democrática, de los que se espera que puedan empezar a torcer esta arbitrariedad tóxica de elegir siempre a discrecionalidad, o a lo sumo, por mandato partidario o de otro mandamás al mejor adulador de turno, como ministro o funcionario jerarquizado, estipulando otro tipo de valoraciones como bien podrían ser el conocimiento, la experiencia, la capacidad o la dedicación en las diferentes áreas del estado.
Así como con la Paz de Westfalia (1648)surgió el concepto geopolítico, determinante, del Estado-Nación, acendrado en los márgenes territoriales comprobables que sustituían las concepciones heráldicas y dinásticas del medievo, los procesos que observamos en nuestra cotidianeidad (Brexit, Cataluña) podrían estar señalando el retorno, desde otro lugar, de la ideación de las ciudades-estado, con el condicionante novedoso del protagonismo de la técnica, que convierte a un ciudadano en un ciber-ciudadano y a las ciudades que las habitan, en territorios difusos, dado que las fronteras no son las típicas o usuales sino las demarcadas por las fronteras virtuales que se alimentan de participación, inclusión y transparencia, siempre y cuando estén al alcance de un click. La mayoría de los Intendentes próximos a asumir lo saben, y quién más el de la Capital, que venció al que hacía, sobre todo asfalto, concreto, cemento, lo tangible y comprobable. Claro que no perdió solo por esto, pero es una de las razones fundamentales y quién no oriente su administración hacia este nuevo destino que le demanda la ciudadanía del hoy, correrá la suerte de no contar más con el apoyo del electorado. En Corrientes Capital la vieja disputa socio-política de las cuatro avenidas, del centro y los barrios o la periferia ya no tiene (sí es que alguna vez la tuvo) razón de ser, la ciudadanía necesita avenidas que la comuniquen con una ciudad que le garantice, además de conectividad (es lo mínimo y lo obvio), una calidad democrática que se puede bajar como aplicación y seguir en línea, minuto a minuto, la gestión sin que esto (es decir el medio, la metodología, la razón instrumental) subvierta su condición de accesorio, a lo principal.
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