El intervenido gobernante Catalán logró algo que no hizo público y que tal vez tampoco, aún, apoyen la mayoría de los catalanes. Sentó un precedente, que servirá para que en algunas décadas, los mismos que hoy dicen y publican que no logró lo que supuestamente se proponía o que fracaso al intentarlo, hablarán del momento actual que habrá servido para aquel entonces. El orden occidental, pareciera irse hacia el escenario que describe el filósofo (Dugin) de Putin, quién bajo términos más o menos precisos, expresa que la división política futura (inmediata) no será bajo la lógica de los fronteras territoriales y estaduales, sino por vinculaciones, difusas como intrincadas de nacionalidades que con fundamentos atávicos se difuminarán para volver a reunirse. Para ponerlo en términos prácticos que desde nuestro muladar, tengamos en relación a las provincias vecinas, entre cuatro y cinco veces más edad o antigüedad, que contemos con la pre-existencia de una lengua (que forma parte de nuestro idioma oficial mediante ley), una religión, cultura, filosofía y cosmovisión (que podría reunirse en el apotegma de la “tierra sin mal”) no significa que tengamos que salir a pedir por una suerte de reivindicación ancestral (al estilo Mapuche) como tampoco a reunir un grupo de excéntricos que peleen por la tierra (como el ejercito del pueblo paraguayo) pero sí le podría significar al gobernador de estas tierras, las mismas que contienen a Ituzaingó como esa capital de la Nación Guaraní, que tenga elementos más certeros como dúctiles para reclamar recursos coparticipables, obras y contante y sonante ante la Nación.
En su condición de Capataz (es decir al que no le alcanza para patrón pero que jamás será peón) de una concepción arcaica, antediluviana y feudal de la política (la que denosta de la opinión, de la razón expresada como logos, tal como la vislumbraron los primeros hombres fundantes de la humanidad) que pretende hacer un culto absolutista y totalitario del “agarrar una pala” a sabiendas que bajo tal precepto terminaríamos (como tantas veces) todos a los palazos en una mera disputa de la obediencia por la obediencia misma, desprendiéndonos de lo que nos constituye como sujetos, aleccionó a la opinión pública, mediante la responsabilidad solidaria de los que le arman o le facilitan los medios para generar opinión publicada (la misma que cuando se lo critica, esgrimen el concepto culposo, como vulgar y anodino de “hacer leña del árbol caído”) permitiéndose además brindar nuevas (en verdad son viejas, rancias, como provenientes de la concepción más elitista y recalcitrante de la “tenencia” siquiera titularidad o uso de tierras) nociones jurisdiccionales ante el Parque Nacional Iberá.
Los ingleses desarrollaron el concepto de “Gabinete en las sombras” (desde aquí se plantea una construcción parecida pero disímil, el gabinete ciudadano) es decir una banca de suplentes de ministros de la oposición (consagrada por el parlamento) para que la ciudadanía vivencia no sólo en forma contra fáctica que hubiese ocurrido o como hubieran gobernado los que perdieron, sino para precisamente, construir desde la institucionalidad, un elemento indispensable como compensador; la oposición. Tener una oposición sólida, es imprescindible para un sistema político de allí que se proponga a nivel electoral no solo terminar con el balotaje, sino incorporar que los vices de todos los ejecutivos sean los segundos más votados o los perdedores de la elección ejecutiva, para señalarlo en términos prácticos. En nuestra provincia el oficialismo, presenta el desafío de su sucesión. Este mismo oficialismo, al que le fue muy mal en una aporía similar (año 2005) no tiene enfrente una oposición (esta es la razón por la que algunos oportunistas quieren adueñarse de las crisis de los partidos que oficiaban de opositores) sólida, y tampoco tendrá que buscarla (es decir que armarla, ayudarla o propiciarla) desde tal lógica partidocrática (sino para ello tendría que desmembrarse y que surja desde su propio seno su oposición) al menos por ahora (tal vez lo tenga que hacer después, cuando reforme la política o lo electoral y fortalezca a los partidos) sino que le servirá, a nivel político, como institucional y democrático, que promueva y aliente la constitución de ciudadanía democrática que pueda oficiar de veedora, de auditora y en caso que así lo desee o se constituya como opositora para construir un espacio democrático más auténtico, inclusivo y de calidad en sus prácticas y ejercicio.
Así lo planteo mediante documento público el Centro de Estudios Políticos y Sociales, "Desiderio Sosa": Visto que el sistema político-institucional, mediante el cual nos organizamos (es decir lo democrático) permite en su extensividad, la amplia libertad de ser criticado, furibunda como cotidianamente, para mejorarlo, que la limitación de tal ejercicio crítico, sería poco más que antidemocrático, que ante cualquier inconveniente de la ciudadanía (desde la muerte de un joven, a un incendio forestal) pone en discusión la legitimidad del sistema democrático mismo, en vistas a que la plena existencia de este, debe garantizar la libertad de expresión, de acción y de pensamiento, por más que no reclame el derecho de contribución o de aporte, a ese colectivo que se critica, dada la vía, posibilidad o sendero que desde lo teórico, como lo práctico, como así mismo, la diversa cantidad de ministerios que abarcan desde el género femenino, pasando por la felicidad y la modernidad, existentes en las aldeas consideradas democráticas, es que proponemos al Gobernador electo de la provincia de Corrientes, la creación del Ministerio de la Ciudadanía, a los efectos de que sea la cartera pública, destinada a trabajar cotidiana como institucionalmente, en el aumento de la calidad democrática, bajo parámetros, tales como; participación, inclusión, consulta y decisión ciudadana, que se encuentran amplia y consolidadamente aceptados, a nivel internacional, como los eslabones, necesarios e imprescindibles para tener una dinámica de la política que se aleje lo menos posible del día a día de la ciudadanía y que le contribuya a esta, para que todos y cada uno de los integrantes de la misma, cuenten con posibilidades semejantes, al alcance de sus esfuerzos y expectativas.
Desde el Centro de Estudios Políticos y Sociales “Desiderio Sosa” dispusieron la segunda etapa del proyecto “Gabinete Ciudadano” (referenciado en la institucionalidad de la política Inglesa del Gabinete en las sombras, pero en el caso local no surge desde la oposición política sino de la ciudadanía) destinado a fortalecer la calidad democrática en general e instar al desarrollo de nuevas prácticas democráticas en lo particular, que aumente la participación ciudadana y con ello los niveles de transparencia e inclusión. Acendrados en la realidad post-electoral, en donde desde la máxima autoridad política (el Presidente) pasando por el Gobernador electo, hablan de empezar a trabajar en la reforma política, el centro de estudios, especializado en democracia propone en el campo teórico que la ciudadanía elija en votación los gabinetes o equipos técnicos que pueda ofertar (hasta tres distintos) un candidato a administrar cualquier ejecutivo. En la faz práctica, convocan a la constitución de gabinetes ciudadanos para las autoridades a asumir en diciembre próximo, enfatizando que a diferencia del modelo tomado como referencia (el Inglés) este no proviene de la oposición política, la que en estas tierras, como en tantas otras, deambula, mediante sus miembros políticos, entre el lamento, la desorientación y la incapacidad no solo para interpretar una realidad política sino para ofrecer aspectos interesantes para la ciudadanía a la que supuestamente deseo seducir o encantar para gobernarla.
El siguiente artículo, fue redactado hace dos años y cobra actualidad, dado que el Presidente de la Nación, tras su contundente triunfo electoral, se apresta a invitar a los gobernadores a realizar una reforma política (algunos suponen que bajo la apreciación del significante “bajar los costos de la política”, podrá aparecer la teoría con la que Mestre sepultó a De la Rúa, de pedir a las provincias bicamerales la abolición de los senados provinciales) desde la que Corrientes, vía el gobernador electo (quién debería incorporar que la discusión de la reforma política no la dará sólo con los partidos con representación parlamentaria, sino quedara en una reforma politiqueril o politiquera, más allá de formalismos) podría contribuir y mucho, proponiendo por ejemplo, como exponíamos en aquel entonces, el sistema electoral más federal, compensatorio (que por sobre todo licua la perspectiva agonal, de confrontación del Balotaje de té gano, te destruye, te supero y vos en cuanto otro u opositor no existís sino te subsumís) como lo fue el Colegio electoral, pero remozado, redefinido, reconstruido, para evitar algún conflicto alguna vez generado, pero que nada tenía que ver con el sistema en sí, sino con quiénes lo mal usaron.
Desde antes de la contundente, reiterada, como obvia derrota de la elección provincial pasada que venimos sosteniendo (siendo víctimas incluso de las rabietas como de los ninguneos de los que se aprovechan de esto) que el peronismo sí no generaba desde antes de las elecciones, las discusiones por las reglas de juego (llámese reforma política, electoral o constitucional) iría lenta como progresivamente a nuevos fiascos electorales. No nos equivocamos, al punto que los responsables, ahora irresponsables, tanto de la representatividad general como de la herramienta del partido justicialista, salen ahora, en la huida del poder, a llorar como niños lo que no supieron defender como hombres, tal como dice el dicho Moro, o lo que es peor, a desconocer la institucionalidad democrática, generándole un daño a un mayo al peronismo que dicen representar. En estas nacionales, ya es una anécdota que legislador nacional, es decir el tercero ingrese, dado que será por escaso margen o por una cifra vergonzante, lo contundente es que el Peronismo, está tocando fondo al nivel que se está reduciendo tanto al punto que quizá hasta deje de ser negocio para los que hasta hace unos minutos expoliaron la herencia que obtenían al agitar su liturgia.
Mi hijo tiene diez años, desde hace ocho que me acompaña a votar. Desde hace dos que me expresa, por motus propio que me quiere acompañar a hacerlo. Debo tener más de 10 discusiones con distintos fiscales y presidentes de mesa de turno, para intentar explicarles que el espíritu de tal disposición (es decir que no te dejen ingresar con tu hijo, para que ejercite y aprenda “cultura democrática” es antológicamente antidemocrático y por ende anticonstitucional) es ridículo, inaplicable como inentendible. Es un desaguisado más de los tantos, en donde por no pensar, por no razonar, por no usar el logos (que es la sustancia de lo democrático, razón, palabra, entendimiento) los ciudadanos, en el acto simbólico por antonomasia de la democracia, es decir el día de la votación, quedamos presos, de la discrecionalidad de turno que pueda tener el presidente de mesa, que pretenda no pensar, no razonar y aplicar una disposición absurda. De más está decir, que el sólo hecho de que esta cuestión que debería se obvia (generar cultura democrática, dejando, alentando, promocionando que los menores, al menos uno, acompañe al adulto a emitir el sufragio) este prohibida expresamente, desalienta precisamente la generación o la consolidación del ejercicio democrático para las próximas generaciones. El próximo turno elegiremos diputados nacionales, les tengo preparados, a los que resulten electos, el proyecto de ley que cambia esta torpe, irracional y antidemocrática disposición para entregárselos. Espero por parte de los apoderados partidarios (que son instituciones de la democracia), de los defensores, del pueblo, de los vecinos, de la ciudad, de los consumidores, que a mí como a los que sienten y crean igual que nos eviten acudir a la justicia (a los efectos de no sobrecargarla) para que fallen ante un recurso de amparo. Espero de los medios que publiquen este ruego democrático, en una de esas tengo suerte y el presidente de mesa que me toque el domingo no me mire con cara de que estoy ingresando con un arma al cuarto oscuro, cuando lo hago con un niño que quiere, ejercitar su futuro derecho democrático.
El cheque en blanco que le hemos firmado a nuestros electos, tiene fecha de cobro el próximo 10 de diciembre, y en él mientras tanto, de aquí a tal fecha, bien valdría el ejercer nuestro derecho, de preguntarles que harán con el dinero, en términos no metafóricos, vendría a ser, cuáles serán los criterios que utilizarán para designar a sus colaboradores, los hombres o nombres deben carecer de importancia específica o protagónica (En Estados Unidos por ejemplo el Presidente electo debe poner a consideración del Senado su gabinete, que por mayoría simple debe aprobar la designación de los mismos, en Perú ocurre algo similar, sin embargo en países de actualidad o tradición monárquica se mantiene la designación de los ministros o funcionarios con la discrecionalidad de los reyes que dictaminaban desde el absolutismo la designación de sus ayudantes). Debemos esforzarnos colectivamente, en consensuar una lógica, una forma, democrática y por ende, transparente y aceptable de que los colaboradores de un gobernador o un intendente, sean personas que estén al servicio de los gobernados, coordinados sí por el gobernante elegido pero sin que la premisa principal se desvirtúe, se pierda o se transforme en el camino, acerca de puedan ser los más idóneos, de acuerdo la perspectiva del elegido sin que esta visión sea solamente argumentada bajo la discrecionalidad, o su opinión, creencia o sensación, libre de razones más atendibles, o plausibles de ser comprobables por todos y cada uno de los ciudadanos que conformamos las comunidades gobernadas por quiénes son votados.
El centro de estudios políticos y sociales “Desiderio Sosa” presenta un resumen conceptual de la siguiente iniciativa, que será entregada a las autoridades correspondientes, dado el vacío normativo, como las últimas experiencias, poco o escasamente democráticas, que hemos vivido en nuestra condición de Argentinos (trunca transición e imposibilidad de traspaso de mando del Ejecutivo Nacional, ordenada por medida cautelar del poder judicial) y que la seguimos experimentado como correntinos, seamos capitalinos o goyanos, ante el cambio de gobierno de un signo político y el período que se abre tras la consagración de los electos y la asunción plena en sus funciones y la consabida relación con los salientes. Se propone la intermediación formal, por mandato normativo, de los defensores, desde el Nacional, provincial y de los vecinos, para que oficien no sólo de hacedores de este orden necesario en los periodos de transiciones gubernamentales, sino para que además consoliden sus funciones en el espíritu mismo para los que fueron concebidos (la defensa a la ciudadanía ante los excesos, olvidos o ausencias de la institucionalidad administrada por la política) a los efectos de que no caigan en la desviación de transformarse en guetos o guaridas de punteros políticos jerarquizados.
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