POLíTICA
16 de abril de 2022
Agencia de calificación de riesgo democrático “Tekorei”.
Se constituye en referencia a las calificadoras de riesgo en el campo financiero en particular y en el mundo económico en general, a los efectos de medir, de tomar, de auscultar, en una porción representativa de ciudadanos de cada aldea que se precie de democrática, el nivel de hastío o decepción que expresen estos ante la democracia. La finalidad de la presente calificadora de riesgos es que junto a otros instrumentos que se elaboraron (Índice democrático, test de partidos políticos, medición Hiperión, democraticidad “Sájarov” en medios de comunicación y cuestionario Erinias en el poder judicial) se encuentre un ensamblaje más acorde y ajustado para la definición de prioridades en la toma de decisiones de lo común o de lo público.
“El riesgo abre la democracia a tres principios fundamentales, la vigilancia, la precaución y la necesidad de información. La primera figura descansa sobre el poder que ciertos grupos tienen de relevar una situación, generar información, o presentar un reporte ante las autoridades pertinentes, las cuales tomarán una decisión al respecto. Por el contrario, el principio de precaución toma, en base a la información generada, una posición co-activa de intervención sobre un escenario que no necesariamente sea real. Por último, la posibilidad de debate sólo es posible por la transparencia de los organismos que generan y hacen circular la información disponible sobre determinado riesgo. Todo riesgo abre la puerta que separa el secreto de lo público. En ocasiones un peligro debe ser solapado para evitar un mal mayor, mientras que en otras el riesgo se crea por no haber discutido las alternativas en forma deliberativa” (Hermitte, M. A. 2007 “Los Fundamentos jurídicos de la sociedad del Riesgo: un análisis de U. Beck”. En El Gobierno de Los Riesgos. Sozzo G. Editor. Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, pp. 21-40).
“El gobierno de los riesgos, ha sido uno de los temas obligados de la ciencia política y la sociología luego de los traumáticos eventos que sacudieran al mundo en el siglo XXI; eventos que si se quieren adquieren diversas explicaciones. U. Beck se adelantó a sus colegas contemporáneos e introdujo la noción de la “sociedad del riesgo” para explicar la transformación sustancial de la sociedad, la cual estaba pasando de un sistema de producción de bienes, a uno de creación constante de riesgos. Según Beck, a diferencia de la sociedad moderna fondista, la sociedad del riesgo enfrentaría “peligros globales” cuyas consecuencias serían, de alguna forma, imponderables. Si bien Beck ha recibido una larga critica por parte de la sociología funcionalista, con justa causa (Luhmann, 2006; Korstanje, 2010), sus teorías influenciaron a toda una rama de pensadores que, desde entonces y hasta hoy, proponen un rol pro- activo para el estado ya que entienden, éste es el último que debe velar por la seguridad y bienestar de toda la comunidad. Incluso Beck (2011) se lanza a afirmar que vivimos en una sociedad donde las instituciones ya no tienen el sentido asignado de hace décadas. La modernidad ha traído un declive en la confianza que sienten los ciudadanos respecto a sus instituciones. Fuera del estadio de consumo, lo único que une hoy a las personas entre sí, es el sentido compartido de riesgo.
Por su parte, C. Bouton (2011) afirma que una de las características de la sociedad posmoderna es la falta de previsión, la volatilidad y la alta incertidumbre en la ocurrencia de eventos, que pueden de un momento a otro, hacer colapsar todo el sistema social. Estos nuevos riesgos, no obstante, tienen sólo validez en tiempo futuro en forma que lleva a los círculos de poder a hipotetizar sobre las posibles consecuencias. Sin embargo, cada vez que los círculos científicos intentan colonizar el futuro, más cuenta se da de la imposibilidad de la empresa. La tecnología le ha dado al hombre la capacidad de controlar y transformar el futuro, pero le ha quitado la cintura necesaria para poder predecir los efectos de los actos en forma certera. Si, el riesgo parece designar un efecto inducido que queda latente, sobre el cual se debe planificar para minimizar evitar ciertos costos sociales, entonces, el temor expandido a la gran “catástrofe” ha hecho del futuro ya no una garantía de mejora, sino una narrativa telúrica del Apocalipsis. La política de mitigación de riesgos nos obliga a pensar que podemos controlar el futuro, pero lejos de ello, nuestros intentos generan nuevos riesgos debido a que el diseño se hace en un escenario que se encuentra en movimiento constante. Las contribuciones de Bouton al problema son significativas porque introduce la categoría tiempo para medir la efectividad de las políticas de mitigación frente a riesgos” (Korstanje , M.E. “Cómo funciona el riesgo en democracia: Política y sistema productivo. Revista Eikasia. 141. Marzo 2014).
La imperiosa e imprescindible creación de la presenta agencia calificadora de riesgo democrático, llevará a cabo el relevamiento en terreno (de un número representativo a nivel estadístico de cada comunidad) bajo un cuestionario cerrado y sencillo de diez preguntas que arrojarán un resultante a los efectos de brindar el número de credibilidad o de hastío democrático de tal comunidad con respecto a la democracia.
Juntamente con los otros instrumentos, también creados por la escuela correntina de pensamiento y el centro de estudios “Desiderio Sosa”, se determinará el número de adecuación democrática que obtenga cada comunidad organizada bajo tal significante en un momento dado.
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