FILOSOFíA
16 de julio de 2021
"La horda democrática" nuevo libro de filosofía política publicado por la editorial "Apeiron" de Madrid, España.
Francisco Tomás González Cabañas alumbró una nueva obra que nuevamente es publicada en Europa. En consonancia con un sostenido y febril ritmo de producción filosófica "La horda democrática" aborda el entendimiento complejo y contradictorio que ofrece desde hace un tiempo la democracia para quiénes vivimos bajo la misma. Destacados intelectuales de países como Colombia, Perú, México y España, concelebran una nueva propuesta teórica del autor correntino que continúa en firme en el desarrollo de su corpus teórico. El sello editorial Ápeiron, de Madrid España, incluyó la edición de la obra de 136 páginas en su colección Faber & Sapiens y estará disponible para el público en general a partir del mes de Agosto.
No arribaremos, ni arribamos a lugar alguno. Fugar de nuestra finitud, es el fantasma mayor que construye nuestra psiquis para hacer lo soportable lo cotidiano. En la arquitectura de la angustia, moldeamos el curso y decurso de palabras para que sean validadas por esos otros en el arbitrio de un me gusta, de una manito con pulgar arriba o de una aceptación vía referato ciego.
La verdad instituida no es ni más ni menos que la preponderante en un circuito de poder que delimita reglas de juego no del todo claras como tampoco absolutamente difusas.
Lo evidente como condición necesaria de la transparencia y su suficiencia, impone un dispositivo en donde el resultante es la tarea del aquí y ahora. Nos transformamos, por acción u omisión en un algoritmo que dirá cuánto hemos acumulado en un contante y sonante que siempre nos será excesivo y por sobre todo, nos excederá.
Ufanarnos de nuestras faltas de falta, de nuestra nulidad de carencia, nos conmina en la profundidad ciega de lo incierto. En tal vacío intolerable, debemos demostrarnos, sin embargo, lo contrario. La palabra como posibilidad de conceptos, como intención de comunicación, crea el absurdo de que creamos sin ver ni de ninguna otra percepción que provenga de los sentidos. Precisamente en el sinsentido de los vocablos, de los signos, nace la significación, se entrelazan, disputan, aparean y replican los significantes.
Nace la elucubración de lo ente, las representaciones de lo que somos y de lo que pudimos ser. Entendiendo el origen de nuestros deseos limitados, las verdades subjetivas, que nos sujetan y nos hacen sujetos, jamás podrían ser absolutas, eternas e inmutables. Tampoco lo otro, su opuesto, el relativismo desenfrenado que siquiera nos posibilita que nos entendamos. En tal anarquía donde se consuma la individuación, prevalece la disposición darwiniana de la supervivencia del más apto.
Por tanto, aquí ofrecemos, sin más razones que las expuestas que las que expusimos y que seguiremos exponiendo, sin menos que otras tantas que se validan en recintos en donde el saber normativo, se regula bajo pautas de distribución de recursos, de grados académicos o de investiduras que pretenden vestir la desnudez primigenia de lo humano, un pliegue, una perspectiva, una posibilidad, que pueda ser considera para una construcción de mayoría ciudadana, siempre circunstancial como abierta al ensamble de críticas que se le puedan y deban realizar.
El común democrático, como conjunto de valores defendido y dimanado de los representados y gobernados hacia los representantes y gobernantes, no debe ser impuesto como verdad incontrastable, como sendero único o alternativa superior, sacra o divinizada. (González Cabañas, Francisco Tomás. "La horda democrática". Ápeiron Ediciones. Madrid. 2021)
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