POLíTICA
12 de febrero de 2021
Por el chori y la empanada.
No debió haber sido fácil para la madre de Wado, tal vez en sus últimos segundos, se habrá preguntado si su ideal de patria y el sacrificio de su propia vida, continuaría, legado mediante con sus hijos, en el caso de que estos tuviesen la oportunidad de continuar. El cuerpo, al menos del que ya estaba fuera de la panza, le pasaría factura de aquellos tormentos para que no pudiera hablar de corrido. Tales condiciones materiales, hacen que el actual ministro debe sobreponerse, palabra a palabra, ante los tórridos fantasmas de aquel traumático pasado impresos en su habla.
Corrientes sin embargo, en un principio se le presentaba como destino propicio. Tierra de abundante pobreza y de escuetas palabras. Gobernada en la actualidad por el señor de las fotos, tanto las que no tiene y promociona (el viaje trunco del Presidente a Yapeyú) como las que se saca y se las desautorizan (las que colecciona con el senador nacional que se representa a sí mismo) no tuvo reparos en recorrer capital, provincia, oficialismo y oposición.
Hasta que llegó a la casa partidaria del PJ intervenido, edificio a medio construir, como las viviendas en municipios como el Perugorría que llevaron a la cárcel a la intendenta y su esposo, como las rutas del sur, del correntino Baéz “nacionalizado” pingüino, banquero devenido en empresario de la construcción.
En tal recinto, inspirado tal vez por sus jefes políticos (Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Máximo Kirchner) expresó una afirmación que quedará en los anales de la historia política correntina y occidental: “Si tienen que hacer 360 choripanes, 360 milanesas, 360 empanadas, háganlo".
Habían usado la palabra una diputada mandato cumplido, del partido comunista, que en sus tiempos de legisladora, firmó un proyecto de resolución pidiendo un informe para determinar sí otro legislador, había agredido públicamente a una mujer ante la mirada de testigos, este mismo acusado por la diputada (no para responder la acusación de años atrás, claro está) como otro legislador mandato cumplido, con la suficiente valentía para ingresar armado con cuchillo a las reuniones partidarias, pero con la cobardía incomprensible de por ejemplo no hacer públicas sus preferencias amatorias, para correr por izquierda a ese grupo de la cooperativa que tal vez no le deje pertenecer por esta machirula y discriminatoria “razón”.
Todo podría haber terminado allí, pero no, en el Justicialismo correntino, la caída no tiene fin y siempre, pueden caer más bajo en la consideración política y ciudadana.
El valiente para incordiar con la amenaza, pero cobarde para asumir su condición, propuso otro interventor partidario.
Desconociendo las afirmaciones napoleónicas , como “Cuando tus enemigos se equivocan, no lo distraigas”, en virtud de la debilidad tan profunda de los instados a hacer choripanes y empanadas (la cooperativa y la cámpora), salieron a redactar un comunicado para defender al interventor y la intervención.
Los párrafos de sarasa también son desquiciados. Se nota que lo escribieron en Buenos Aires, o pensando desde allá. Hablan de supuestas redistribuciones de riqueza y demás narrativas setentistas, cómo sí en el caso de que tal quimera se desease, se pudiera lograr gobernando una provincia, insertada en una Nación, profundamente centralista y unitaria.
Los que aún podemos escapar a la pobreza, esa de la que siempre se nutren los herederos de Perón, sobre todo los que ejecutaron el entrismo por izquierda, nos da tanta revulsión que por “el chori y las empanadas o el pancho y la coca”, monten un escenario tan lamentable y patético, para conservar las migajas sobrantes del poder, al que nunca accederán dado que no lo desean ni lo tienen como horizonte o proyección.
Que pena tan grande debe ser para los que, con errores y aciertos, dieron su vida, para que estos sucesores naturales y políticos, tengan como eje principal de sus acciones “choricear, empanadear o milanesear a la gente”.
El presente artículo es un homenaje a la memoria de las 8631 personas víctimas de desaparición forzada y asesinato entre 1966 y 1983, por el accionar represivo e ilegal del estado argentino, de acuerdo a la secretaria de los derechos humanos de la Nación.
Por Francisco Tomás González Cabañas.
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