L@PIZ EN MANO, POR NOELIA BARCHUK
18 de junio de 2020
SOBREVIVIR A LA CRÍTICA, de Noelia Barchuk
La mirada ajena sobre el trabajo propio. Las aventuras y desventuras de confiar en el juicio de los otros.
SOBREVIVIR A LA CRÍTICA
De Noelia Barchuk
Probablemente, el título induzca a pensar que se trata de un libro de autoayuda, o superación personal como le llaman ahora. Pero no es así, es un artículo que intenta esbozar el tema de la crítica literaria y cómo no morir en el intento de ser escritor.
Para ir al grano, la gran mayoría de las personas buscan la aceptación de los demás como contribución a una vida feliz. Los artistas, o quienes creen serlo, buscan esa aceptación elevada a la enésima potencia. Quitémonos las caretas: ¿A quién le gusta recibir una mala calificación por el desempeño de sus actividades? Ni el adolescente en el colegio ni el joven en la universidad ni el adulto en el trabajo. Ni siquiera los jubilados en el club de bochas.
Todos de una u otra forma buscamos el aplauso. El escritor que se dé aires de perdedor, de fracasado serial, de paria de la literatura, es sencillamente además de escritor, un actor. Porque quien escribe, quiere ser leído y eso conlleva a que espera que el lector le dedique no solo su valioso tiempo, también la aprobación. Descreo de aquellos que juran y perjuran que solo escriben para ellos. Si por si acaso fuera así, sería una conducta egoísta. Pero estoy casi segura que es una falsa postura, una modestia cosida a base de hipocresía.
En el arte, la creación siempre se presentará de manera incompleta. La escultura estará terminada, al igual que un libro o un cuadro, pero necesitará de los ojos de los demás para poder cerrar el círculo mágico de la actividad artística. Esos ojos ajenos no son ni más ni menos que el tan querido como temido PÚBLICO.
Según la rama del arte, la devolución del público puede ser instantánea como sucede con el teatro, por ejemplo. O bien, diferida como pasa con los libros. El punto será cómo armarse de valor para no salir echando humo por las orejas si la crítica resulta desfavorable.
Por un lado, tenemos a la crítica especializada. Es decir, podríamos nombrarla, de tipo culta. Personas entendidas en la materia que realizan una revisión de la obra y exponen su parecer aparentemente calificado. Se evidencia estas prácticas en revistas, blogs, diarios, gacetillas de prensa o también en los concursos literarios a través de los jurados o comisión pre-clasificadora.
Por otro, la crítica de la gente común que opinará desde su propia óptica, con la carga personal de conocimientos adquiridos previamente, pero sobre todo, a través de lo sensorial. Es la captación a través de los sentidos que el lector valorará la poesía, el relato, la novela. Tal vez no cuente con toda la información acerca de corrientes ni técnicas literarias, pero palpará la historia a un nivel más elemental y quizás por ello, más puro.
Algunos autores que prefieren un estilo de público selecto y elitista, sabrá que su segmento lector será más reducido de aquel que por el contrario, quiera lograr una llegada más masiva. Por lo tanto, significará de manera distinta el efecto de la crítica.
De cualquiera de los bandos mencionados, populares versus raras avis, el abanico de posibilidades de matices es muy amplio y variado. Pero hacen agua en el común denominador de la crítica. En su sentido etimológico significa discernir, analizar, separar, que guarda relación con el veredicto o aval de un juez/arbitro.
También en este aspecto el escritor debería guardar coherencia. Si vanagloria a los críticos cuando lo favorecen con una felicitación, no podría entonces montar en cólera cuando fuera un fallo contrario. Las caras de una misma moneda. No podemos esperar que siempre la crítica sea de maravilla, porque podríamos resultar heridos en nuestro orgullo el día de recibir algo distinto.
Tampoco, en el sentido opuesto, deberíamos someter todas nuestras esperanzas y expectativas a la mirada ajena. Una crítica negativa pero seria terminará siendo constructiva a nuestros objetivos si podemos valernos para mejorar de esa manera el trabajo. Una corrección a tiempo en el tejido hace que se desate solo unos puntos y no toda la prenda cuando advierta que la manga salió torcida.
Algo así ocurre con la elaboración literaria. Errores de gramática, de estructura o desarrollo del texto pueden ser enmendables gracias a una crítica que advierta que aquello no está bien ni prolijo.
El corazón es una caja de sorpresas. Y junto con el cerebro funcionan mejor cuando se fusionan para la creación, tomando lo bueno que la vida ofrece. Si pedimos críticas a nuestra labor literaria, seamos lo suficiente adultos para salir indemnes de ella. Favorable no quiere decir que sea la mejor; desfavorable no significa que seas el peor de todos. Solo es cuestión de criterio y carácter. Ante cualquier duda, consulte su libro de autoayuda preferido, superación personal, o como quiera llamarlo.
COMPARTIR:
Notas Relacionadas
Comentarios
Nombre
Paulina
Comentario
Hay tantas maneras de pensar y sentir. El que escribe un diario íntimo. Lo hace para si mismo. Ya para gratificación o para soltar su dolor y no pretende que lo lean o critiquen. Es liberador escribir ya sea que lo lean o no.,gratificante cuando ayuda a otros. Sábato en El Túnel odiaba a los críticos, era pintor y decía no saben tomar un pincel y voy a tener en cuenta sus críticas, me encantoooo. El arte es muy subjetivo, te gusta o no así de simple y los especialistas o criticos no están excento. Y si todos de alguna manera quieren ser reconocidos. Nunca tuve en cuenta el dicho "El clavo que sobresale es el que liga el primer martillazo" o algo así jajajajajaja
Nombre
El Caballero Castillo (Jorge Márquez)
Comentario
Es difícil sobrevivir a la crítica cuando se tiene un ego muy elevado. Convengo que tiene la razón al decir que algunos artistas del género que se trate, utilizan una falsa modestia.
Saludos.
Nombre
Marcela
Comentario
Unas cuantas verdades resumidas en un texto impecable. Felicitaciones!
Seguinos
3794399959