“El 14 de Julio se conmemora  la toma de la Bastilla, la importancia se debe a su valor simbólico representando el derrumbamiento del poder absolutista de la monarquía francesa, pero no fue un acto tan relevante política y estratégicamente como se suele presentar por la historiografía romántica. La Bastille había sido durante años la cárcel de muchas víctimas de la arbitrariedad monárquica. Allí se encarcelaba sin juicio a los señalados por el Rey con una simple lettre de cachet. Era una fortaleza medieval en pleno París, cuyo uso militar ya no se justificaba. En los Cuadernos de quejas de la ciudad de París ya se pedía su destrucción, y el ministro Necker pensaba destruirla desde 1784 por su alto coste de mantenimiento. En 1788 se había decidido su cierre, lo que explica que tuviera pocos presos en 1789. En el momento de su caída, el 14 de julio de 1789, sólo acogía a cuatro falsificadores, a un enfermo mental (Auguste Tavernier), a un noble condenado por incesto y a un cómplice de Robert François Damiens, autor de una tentativa de asesinato sobre Luis XV”. (Wikipedia).

Siglos después, tanto de los tiempos de Dionisio de Siracusa, como de la Toma de la Bastilla en Francia, en la provincia de Corrientes, en declaraciones públicas el gobernador expresó: "El viernes 14 de julio vamos a hacer la presentación del candidato". Tras la pregunta del periodista de sobre cuándo se dará a conocer el nombre del candidato de Eco+Cambiemos para las elecciones a Gobernador del 8 de octubre Ricardo Colombi anunció “el viernes 14 de julio vamos a hacer la presentación del candidato,  con muchos candidatos a intendente que ya va a estar definido para esa fecha”.

En lo respectivo al cambio de lo viejo y el inicio de lo nuevo, se manifiesta independientemente de que el sucesor del gobernador saliente sea de su propio espacio político, salido de sus entrañas, parido de su ámbito de mayor confianza y ungido en función de ser el mejor de los posibles. Ocurre, sucede, acontece, que quién se va, por haber alcanzado el límite de reeleciòn de una constitución que no pudo reformar, ha sido el gobernante en la historia provincial que más tiempo detento el poder institucional.

Esto mismo que es toda una novedad histórica, todo el peso de una institución caminante, jugará, quieran o no los actores en contra, dada las características caudillescas de un pueblo  que se acostumbró  a un líder y que por imposición de la fría letra de la ley, deberá acostumbrarse a otro.

Esta tensión, independientemente de lo bueno o malo que sea, quién suceda al gobernador, jugará su propia partida, y será el protagonista central de los nuevos tiempos  políticos.

La fecha elegida, que como expresamos a nivel occidental, instando a Francia como una de las capitales democráticas de occidente, el 14 de julio, coincide con la conmemoración del inicio de un proceso que estableció los derechos del hombre y los principios de libertad, igualdad y fraternidad, en Corrientes marcará el inicio del porvenir.

Llegará por fin el famoso  “síndrome del pato cojo” o rengo, que es la pérdida de apoyo que los gobiernos alcanzan de sus propios partidos y su electorado  en su última fase, lo cual deriva en que los políticos más cercanos al gobierno empiezan a operar en función de su campaña, más en conformidad con las expectativas de gobierno futuras que con las tareas del gobierno actual.

Opositores políticos al gobernador saliente, desde hace tiempo, que equívocamente y mal, pretendieron instalar este tiempo, antes que se iniciara (como si fuese el colmo de las conceptualizaciones mal fijadas, hablaban de un síndrome de “café frío”  una desvirtuación del pato cojo o rengo que es todo una anatema en las ciencias políticas como en los análisis políticos, sin embargo lo del café, es una versión parroquial y mal transliterada, conceptual como estéticamente impropia, al menos hubieran planteado el “mate frío” para hacerlo más local) esto mismo explica  porque el problema del gobernador saliente, nunca ha sido, ni lo serán sus opositores, tampoco quién lo sucediera y mal en 2005, ni tampoco lo será  quién lo vaya a suceder. El problema del saliente, es su propia sombra que tardará un tiempo más en irse, y que no depende ni de su voluntad, ni de la nuestra, sino que es un espectro que cobro una dinámica propia que es la manifestación más expresa de nuestros aciertos como fracasos de una sociedad que juega a la libertad, deseando estar controlada por la mirada controladora y adusta de un caudillo paternal que condiciona tal experiencia libertina.