ANÁLISIS
3 de diciembre de 2015
El incordio entre Ricardo y Mauricio, se llama Camau.
De acuerdo a lo que transmiten desde las huestes amarillas, algo por otra parte, revelado hace muy poco por el propio gobernador, las comunicaciones del senador electo, ex secretario de deportes y futuro Fpv reconvertido, tanto con Mauricio como con su equipo de jóvenes talentosos, están mucho más aceitadas que lo poco que puede esgrimir el mercedeño. En el Pj le querrán dar batalla, por algo Confucio, bajo sus métodos que debería aggiornar, le marco la cancha, tratando de resucitar el recientemente sepultado slogan del “candidato es el proyecto”. De todas maneras este no es el principal problema del principal opositor al gobierno provincial, sino precisamente, convencer al Ricardismo puro, no que podrán reeditar una sociedad, sino que al menos no sean enemigos, y que el émulo del oriental no termine acorralado por la justicia como Tato. La renovación peronista sería la prenda de cambio para tal acuerdo de caballeros.
Pese a que inaugurara un segundo cargo de representatividad, bien se podría decir que la verdadera carrera política de Camau, comienza ahora. No tiene otro margen de maniobra que teñirse de amarillo, probablemente no le cueste tanto en lo personal, como en lo colectivo, o mejor dicho en su núcleo de jóvenes Kirchneristas convencidos, que deberán tomar un curso acelerado de pragmatismo peronista, arriar las banderas y emprender la carrera bajo la consigna de cambiemos. Los vientos le son favorables. En el submarino amarillo, lo tienen bien conceptuado, sobre todo a nivel figura taquillera, encaja perfecto en el rol de joven talentoso que pregona e impulsa el equipo del ingeniero. Sí logra demostrar capacidad de negociación política, puede llevarse incluso gran parte de los partidos provinciales hoy dentro de Eco. Ricardo lo sabe y teme este escenario, en donde, por una extraña decisión política, decidió correrse, al menos declarativamente, desde hace tiempo. La ida de Sanz, el ingreso de Aguad y la pertenencia casi testimonial de soldados Ricardistas en el gobierno de Cambiemos lo confirman. De allí que aún, no se haya instrumentado el operativo corralito judicial para su principal rival conceptual, Confucio. Este que desde hace tiempo, viene bien plantado en lo estratégico, debe repensar su táctica. Debe avanzar y profundizar su militancia mediática, entender que ya no pasa la política o el microclima por lo que publique en su diario y lo que replique en lo de Natalio. Necesita demostrar eso mismo que pregona, que está construyendo equipos y que lo suyo no es una carrera de figuras. Pero esto es lo que le cuesta, jugarse por quiénes podrían aparecer como delfines de su proyecto, nutrir a los que desde hace tiempo comparten sus visiones y ponerlos al ruedo. Confucio debe dejar de ser tacaño en las viñetas de los editoriales del domingo, situar tutelados en las fotitos, antes que regalárselas a jugadores de futbol, sería un buen comienzo. El primer tiempo debe tener como resultante, mostrar más juego de equipo que la renovación, que sí algo ha logrado en los últimos años, es precisamente esto. Claro que ahora sienten la ausencia del gran padrino nacional, el Chueco Mazzón y ya no tendrán brújula para saber sí construir con Massa, con Scioli, con Cristina o con Urtubey dentro del Peronismo. Esta debilidad conceptual los pone más cerca de Ricardo o hasta del propio Camau, pero lejos de Confucio. Esta es la verdadera batalla del peronismo correntino, el ex medallista olímpico, sí logra lo expresado párrafos arriba, recibirse de político y negociar, podría ser la imagen arriba de la carroza, el aglutinador, sea con la nave insigne amarilla, claro está.
Ricardo lo sabe, y de allí que este trancado en su continuidad. Podría sacar de la manga, el ceder el lugar principal de ECO, para Perucho, construyendo desde ese “Cambiemos” para convencer a los amarillos en Buenos Aires, no mostrarse contradictorio en Corrientes y negociar la continuidad de la renovación en el municipio Correntino. Para ello, debería acorralar a Confucio, pese a que también lo piense como un socio circunstancial, para bajo este acuerdo, terminar con la renovación. Pero como expresamos, para esto, Confucio, deberá dejar las luces de los medios y construir el confucionismo, en donde los actores principales no sean sus familiares o apoderados, sino hombres de la política, vinculados con el peronismo.
Como no podría ser de otra manera el panorama está abierto, pero algunos vientos ya surcan los aires de una provincia que en algunos meses elegirá gobernador, bajo la Presidencia amarilla, que sí algo demostró al ganar la Provincia, retener la Ciudad, el Club y mandar en la Nación, es que hará su apuesta concreta y específica en Corrientes y sí Ricardo no les arma un escenario alejado de perpetuidades y de un radicalismo a ultranza que está más cerca de las dos décadas en el poder en continuo, la moneda le puede volver a Camau, sí este demuestra capacidad política propia y no ser el tutelado de, de lo contrario, el submarino amarillo, como con María Eugenia Vidal, pondrá un capitán, hasta ahora tapado, con grandes chances de gobernar desde 2017.
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