Acusan las siete de la mañana del sábado, el desayuno es una constante llovizna, viento y frio, en hora y media se inicia la apertura del VI Modelo de Naciones Unidas con la participación 450 alumnos de toda la provincia y parte del país, mi suerte es la de un paracaidista, la intervención que voy a tener es tributaria de todo aquel que no deja de explorar, de buscar hasta en los rincones mas inhóspitos una hendija de luz. Son tres días debatiendo y buscando soluciones a distintos temas que aquejan a la humanidad. No pretende ser esto una introducción novelesca pero el contesto climático en que se llevo a cabo el evento lo hace mucho más poderoso.

La actividad que llevo adelante todos los días tiene que ver con observar la realidad circundante que nos cubre a cada uno de los que vivimos en el norte grande, ingrese al predio con el ropaje húmedo y consciente que traía preconcebida la realidad material, sin prejuicio alguno y con el don o si se quiere, el defecto de la esperanza intacta, de creer que hay modos e ideas nuevas siempre y en todo sitio, esa visión aperturista no hizo que equivoque la decisión de acompañar a los alumnos del Instituto Divino Salvador. Desde el primer instante quede pasmado con lo que mis ojos veían, mis oídos escuchaban, la piel erizada demostraba que algo gigantesco se estaba presentando ante mí.

Voy a intentar reflexionar sobre lo vivido no desde lo meramente institucional sino, sobre su fondo y prometo que esta no será la última vez, no me queda la menor duda que la botella con el mensaje que hemos lanzado al mar y lo seguimos haciendo hace mucho un grupo de correntinos muchos la han recogido, en lugares tan distantes donde siquiera la imaginación llega. OAJNU Corrientes es la patria dialógica como en mis días pude ver, los alumnos sin ningún tipo de contacto e injerencia de profesores son capaces de construir un fenomenal argumente para defender sus posiciones y consensuar, actividad que no pude ver en las instituciones oficiales que ofician de custodios de la libertad. En OAJNU hay tantos mundos como seres humanos con voluntad de pensarlos exista, los construyen e incluso los refundan. Los jóvenes son inmensamente capaces de pensar por sí mismos sin ser adoctrinados por los “mayores”, no lo necesitan. Es la estocada final al mundo de lo univoco para abrir las puerta a la multiplicidad de formas construidas desde las ideas.

OAJNU es el cimiento filosófico político de la democracia de la palabra como último vestigio de la libertad,  de una factura extraordinaria que provoco en quien esto escribe, un estado de felicidad jamás vivido, el mundo que soñé mientras todavía no podía caminar jugando siempre y todos los días dentro de un gallinero era posible, el camino de la construcción siempre es la senda más ardua y peligrosa, pero es la que tiene el horizonte más azul.

Toda sociedad moderna, aperturista, libre y democrática que se precie de tal, debe auspiciar con todas sus fuerzas este tipo de experiencias, es imperioso y urgente que la Provincia de Corrientes sancione una ley que garantice la realización de los Modelos de Naciones Unidas de OAJNU en infraestructura y recursos, oficialmente asignados y ponga en cabeza de cada estudiante de la provincia el derecho fundamental de participar sin que sea un impedimento los recursos económicos y llevar su voz, que permita el ingreso de los voluntarios a las escuelas a divulgar e informar todo lo que es posible y capacite a todos los jóvenes sobre sus derechos fundamentales.

Volviendo a la botella arrojada al mar, el evento culmino con la presencia de Pablo Alpire Cespedes enviado de la ‪ONU para la Juventud con quien tuve una pequeña charla informal en el patio de la Facultad de Medicina, donde lo inste a que rebele a los jóvenes para construir desde un cambio de paradigma, como el que auspicia el Movimiento Filosófico que fundáramos los correntinos que asistimos al último Congreso Nacional de Filosofía en Santa Fe y que tuvo las adhesiones de muchísimos países Latinoamericanos y Europeos, con la misión de una relectura del contrato social como pauta organizadora de las sociedades, es de extrema necesidad hacer a un lado tremenda vetustez y germinar una nueva visión del mundo en apertura, libertad y por sobre cualquier otra cosa, hacer de la democracia una fe inquebrantable. La botella llego a destino.

Para finalizar solo puedo decir: quedo rendido de admiración a los pies de los jóvenes que hacen de OAJNU un campo sembrado de lo esencial del hombre en cuanto tal, libertad y paz.

Inmensas felicidades a la delegación de la República Socialista de Vietnam que me honro con la posibilidad de acompañarlos y, como todo humano es sentimiento, mi admiración a la amada Francia que con solo ver sus colores patrios se me pianta una lagrima.

Por Carlos A. Coria García.