Alberto Pérez (Jefe de Gabinete del gobierno de Daniel Scioli) nos cuenta que para conciliar el sueño utiliza la lectura, en su mesa de luz descansa el libro "Argenleaks" de Santiago O'Donnell, cuando despierta, Alberto nos anoticia de esas lecturas nocturnas por la redes sociales y nos avisa, y a la vez tirotea al candidato presidencial Florencio Randazzo sobre sus actividades al estilo Tinker, Tailor, Soldier con la embajada norteamericana. Alberto Pérez insinúa que Florencio (el candidato) es buchón de los yanquis y mientras tanto, se erige como anti-imperialista, una suerte de “che” Guevara con traje corte italiano, fiel lobo al acecho de las corporaciones. En ocasión al tema y si de agentes 007 se trata, Arroyo Salgado enviste con fuerza contra la Fiscal Viviana Fein para determinar cuál fue la causa de muerte de Alberto Nisman, la Jueza Federal y exmujer del titular de la UFI A.M.I.A., pretende que el fuero de atracción de la causa sea el federal, asegurando (onus probandi, lo normal se presume, lo anormal se prueba) que fue homicidio y no suicidio por medio de su equipo de peritos experimentados y de trascendente fama, a todas luces Arroyo Salgado sabe que debe cumplir con la  affirmanti incumbit probatio y con intenciones de que llegue a las oficinas de su colega, el Juez Federal Luis Rodríguez que por lo bajo y lo alto también, se dice que es “afín” (o socio) al gobierno, está empujando el carro con todo lo que tiene a su alcance. La Fiscal Viviana Fein pasó vertiginosamente de “casi” jubilada a trabajadora en horas extras.

Florencio Randazzo salto a la fama en su calidad de Ministro de Trasporte con la modernización importante en materia ferroviaria, más específicamente en trenes, pero teniendo en cuenta que la fama le vino “gracias” a la masacre de la estación de Once con 51 muertos, el gobierno llega a los problemas cuando ya se encuentran en grado catastrófico, nunca se adelantan al desastre, trabajan sobre los coágulos de sangre esparcidos por doquier, Florencio paso de ignoto Ministro del Interior a súper-ministro (pero sin llegar a los talones de súper-Berni que llega al lugar antes que la bala que se disparo llegue al cuerpo del desafortunado) ahora “presidenciable”.

Mientras Pérez-Randazzo se dan caricias con cuasi-prontuarios u hojas de vida, hay otros que quieren bailar, y bailar pegados es bailar, asegura Sergio Dalma.

Alberto Samid (el carnicero o Rey de la carne) amaga con aterrizar en el programa televisivo de Marcelo Tinelli con una performance -diría Moria Casán- de alto impacto, quiere demostrar que es mucho más que un gritón de set televisivo, el Rey carnicero entre otros quehaceres es Vicepresidente del Mercado Central y con fortuna para él, aprovecho la movida abriendo cientos (pero de él) mercados en diferentes ciudades a precios populares con la marca del “Central”. Entre pasos de Tap y Cumbia Samid pretende (o pretendía) llevar adelante el “sueño” de conseguir un equipo de resonancia nuclear pediátrica para el Hospital de Niños de La Matanza, pero resulta que el carnicero (dicen que evasor compulsivo) es sciolista de pura cepa y deja en evidencia la ineficacia del gobierno de la provincia de Buenos Aires en materia de salud pública.

Alberto Samid es el resabio de la época menemista, de los gloriosos años 90` que no dejaron mucho más que fracasos, Samid es el recuerdo de la trompeada en vivo y en directo en el programa de Mauro Viale (el que nunca sabe nada) mostrando dotes de púgil con golpes que imitan a “el intocable” Nicolino Locche, es un hombre que se ofusca en las entrevistas y que nunca deja de llevar a su coiffeur consigo.

Si Daniel Scioli que se asemeja a un monje tibetano no sólo por el color naranja de las túnicas  sino que, también por su parsimonia a la hora de expresarse, repitiendo siempre palabras como: fe, esperanza, trabajo, consenso, si el gobernador pretende ser Presidente de la Nación debería recalcular su GPS, borrón y cuenta nueva sobre algunos de sus “voceros” que traen más que soluciones, escenas de vaudeville, horribles, detestables.

Mientras tanto Agustín Rossi (Ministro de Defensa) que se auto-califica como candidato es víctima del robo (o “pierde”) de 20 mil municiones de calibre 9 milímetros de un arsenal militar, otro “presidenciable”, mientras que en paralelo un Diputado de las filas pingüinistas muy suelto y fresco de ropa, intenta hacer entrar al país (modus operandi inaugurado por Antonini Wilson y muy bien narrado por el excéntrico Fariña y sus autos truchos) a ciudadanos colombianos con 32 mil euros falsos, lo raro del Diputado Manuel Fresco es su falta de pericia en temas “billetes” o “divisas”, ya que tiene a su Vicepresidente como propietario (o sería) de la maquinita de imprimir billetes (Ciccone), ¿por qué arriesgarse tanto?

En la comarca (Corrientes), mientras tanto se vive un clima de maullidos, como olvidarlo al General Perón y su apotegma que inmortalizo (una mentira) que rezaba algo así: los peronistas somos como los gatos, cuando parece que nos estamos peleando es que nos estamos reproduciendo.

La interna del PJ correntino está en su clímax, pero en realidad no se están reproduciendo ni por casualidad, en las listas del “consenso” o no, vemos a los mismos de siempre, son felinos que llegaron a su climaterio y en vistas a su situación buscan asegurar su jubilación. Donde habrá quedado esa mística peronista o kirchnerista de la militancia, de la renovación política, por lo visto todo eso no aporto candidatos, la única renovación que se olfatea es la de la banca (el conchabo de los mismos de siempre). No es la intención ahondar aquí sobre esos temas pero tal vez, el viejo Borges tenía razón cuando contesto con otro apotegma al del General, el hombre de la pluma se refirió en estos términos: los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles.