Tal como su candidatura a Senador Provincial, la de su delfín sucesor y el cacicazgo de hombres de su riñón en municipios populosos, el gobernador, decidió (para luego convencer a sus asociados) hace rato por quién será el vicegobernador. Es verdad, no lo hizo por un capricho o gusto personal, sino por la aplicación de un código o de una lógica, que no por ser rudimentaria (todos sus funcionarios lo definen como un “Almacenero”) no deja de ser implacable, en el concierto de una oposición que es un terreno abonado para ser sometida una y otra vez por el imperio del ECO que retumba como si fueran muchas voces, de la que se destaca una. Esa es la que dice, casi con una obviedad tautológica, de la que nos avergüenza expresar, pero lo hacemos porque esto mismo desnuda la ausencia de periodismo político (eso no significa que no existan los celebrities mediáticos que se forjan supuesto prestigio a los pautazos) como nuestra condición de no radicales de cuna (de haberlo sido estaríamos hace tiempo mamando de alguna ubre estatal sin ganas, ni tiempo, producto de un empacho colosal, para andar ladrando a la luna). El vicegobernador tiene que ser el líder del partido, después del radical, más votado en las últimas elecciones. Tiene que ser el líder del partido que tenga más funcionarios (ministros, subsecretarios, directores, etc) en el ejecutivo. Tiene que ser el líder del partido que tenga más presencia política representativa (legisladores, intendentes, vices y concejales). Tiene que ser el líder del partido que tenga hasta entonces, mayor presencia en las elecciones hasta aquí. Bueno, todo esto, da un único partido, cuyo líder, además tiene presencia política, prestigio personal y volumen en todo sentido. El resto de las habladurías, las que tanto gustan o mejor dicho hasta forman parte del Código Colombi, no dejan de ser eso mismo, maniobras de distracción para incautos y a la vez, elementos de negociación para el adentro de la fuerza política que se rige por este código.
La Ley 16.986 conocida como la norma de acción de amparo, es la que nos faculta al considerar lesionado un derecho fundamental, el acudir a la justicia para que resuelva tal poder en forma expeditiva lo denunciado. El domingo próximo millones de Argentinos estamos obligados a votar, en una elección, creada por ley, a la que, desde el primer actor político, como institucional, mediante la táctica o estrategia, utilizada por su fuerza política, resolvió vaciarla de contenido y quitarle por ende todo tipo de sentido y razón. Es decir la Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria, no sólo que no es tal, para los votantes del partido del Presidente (fuerza política mas votada en la última elección) sino que además, tal como expresaron funcionarios de alto rango, serán pasibles de ser derogadas, sí es que el proyecto alcanza mayoría parlamentaria en unos meses. En distritos como Corrientes, a nivel provincial, el principal actor político, como institucional, también destrato políticamente la sustancialidad y la razón de ser de las PASO, sin que expresara que no se cumpla la ley en forma expresa o acabada, pero en términos de lecturas simbólicas o de entre líneas, es básicamente esto mismo. La acción colectiva de amparo, es para que los ciudadanos, no seamos coto de caza o ratones de laboratorio, por parte de nuestros políticos, que montados en lo coyuntural, terminan, tal vez sin querer, en seguir horadando lo que los sostiene en la cúspide de donde creen mandarnos. No se trata, de que la justicia haga lugar a lo reclamado, dado que se entraría en una gran colisión como colusión de poderes, menos aún en entrar en una carrera para ver quién es declarativamente más antisistema o marginal de lo establecido. De lo que se trata, es en advertir, propositivamente a los que administran la cosa pública, que el uso de las reglas por la que lo hacen, poseen ciertas cláusulas que deben ser revisadas (al menos discutidas) para el bienestar de las mayorías y no para el supuesto (dado que sí quiera es real) beneficio de facciones.
A simple viste el planteo podría resultar la expresión de un desencanto tardío de jacobinos, la bronca romántica de quién no está en la pomada y por ello pretende desvalidar el juego que no lo tiene dentro. Sin embargo, tanto el Gobernador Correntino (este en más de una oportunidad, desde hace tiempo y con orgullo por ello) como el Presidente (todas las listas de su partido o espacio político, deslegitiman las PASO no permitiendo internas en casi ningún distrito del país) se han expresado, en contra de una elección que será modificada en breve y a la que vaciaron de sentido al no posibilitar desde el oficialismo gobernante la democracia interna, que sí se exigen a otros países u otras fuerzas políticas. Estas fuerzas políticas, las que se dicen opositoras, que tendrían que haber renunciado a participar de este simulacro, de este tipo, reivindicando la democracia, la institucionalidad política, y que sin embargo, caen, livianos, atontados, abobados, cuando no cómplices en validar una elección en la que serán masacrados con las reglas de juego de quiénes las volverán a cambiar, dado que los que verdaderamente le disputan el cetro del poder, no irán a la elección o sí van votarán impugnado o en blanco.
Tal como en Inglaterra el medio de comunicación “The Economist” realiza desde hace más de una década el índice de democracia que abarca la casi totalidad de los países miembro de la ONU, el Centro de Estudios Políticos y Sociales “Desiderio Sosa”, presentará en sociedad, la primera evaluación que hará en los municipios de la provincia de Corrientes y el poder legislativo provincial. Mediante diez (10) ítems (una de las diferencias sustanciales con el medio británico que no divulga ni da a conocer explícitamente los criterios de evaluación que utiliza) entre los que se encuentran; acceso a la información, transparencia, prácticas y/o usos clientelares, prebendarlos o nepotistas, se formará una variable que establecerá un ranking en donde se ubicaran todos y cada uno de los municipios como los legisladores provinciales. Antes que finalice agosto, haremos la presentación pública con todos los detalles de cómo estableceremos el índice democrático correntino y para días antes de las elecciones provinciales, de manera que el ciudadano correntino tenga mayor información antes de emitir su voto, brindaremos los resultados, es decir el ranking que habrá de conformarse de acuerdo a los criterios establecidos que son los usados tanto a nivel académico, como de sentido común, para definir buenas y saludables prácticas democráticas, expresó uno de los miembros del centro Desiderio Sosa, el intelectual Francisco Tomás González Cabañas.
Tratase de un artefacto, el último grito de la ciencia, que en breve estará al alcance del público consumidor, que mide el poder político que el medido posee. Es decir, usted que tal vez, crea, considere, o sienta, que mediante su firma, puede dejar sin empleo a quién no le rindió debida pleitesía, u otorgárselo a quién le ha brindado todo lo que usted le requirió, que mediante su sola humanidad, las masas, se aglutinan para escucharlo, para pedirle, para esperanzarse con su calidad, candidez y don de gente o que simplemente, por esos azares del destino, que abnegada y educadamente, gracias al esfuerzo y la moral que impregnaron sus padres y con ellos la comunidad toda, en su solemne andar cívico, comprende desde esa proverbial humildad que considera que tiene y que a tal ejemplaridad le deba que los planetas se le alineen para que pese al paso de los años el poder no se le termine de escurrir por las manos; le tenemos una lamentable noticia, en breve podrá medir lo insondable, como una suerte de talismán que para el común de la gente sería el amperímetro de la felicidad, por una sencilla fórmula, se podrá determinar cuánto poder le cabe en el manojo de sus decisiones.
La pobreza no es un mal ni una condición, sino un fracaso estructural del Estado como medio de realización de lo político. El sistema de la eticidad. Georg W. F. Hegel.
Acabar es terminar, concluir, finalizar. En ciertas geografías tal denominación del colofón se asocia, vulgar como exclusivamente, con la consumación sexual, el instante indeterminado, cuando tras el éxtasis pleno, orgásmico, deviene en el sucumbir del cuerpo y la mente, que acaban al unísono con el placer, con el todo, concluyendo en una nada que volverá a ser el paso siguiente para iniciar otro comienzo.
Según El contrato social de Jean-Jacques Rousseau, se define oclocracia como la degeneración de la democracia. El origen de esta degeneración es una desnaturalización de la voluntad general, que deja de ser general tan pronto como comienza a presentar vicios en sí misma, encarnando los intereses de algunos y no de la población en general, pudiendo tratarse ésta, en última instancia, de una "voluntad de todos" o "voluntad de la mayoría", pero no de una voluntad general.
Podemos tener políticos, varios, que nos puedan vender, hasta con la honestidad de creer que la política es salir en el auto solventado por el estado, con la nafta del estado, y con el celular pagado por el estado, aprovechando de paso para no soportar una soledad abrumadora o una compañía inapropiada, es tener y acrecentar un capital político que luego se traducirá en votos o en clamor popular, dada las reuniones mantenidas con, dirigentes políticos o quiénes sean que serán mostradas y difundidas en también medios solventados por el estado.
Entendiendo al poder como la suma de oficialistas y opositores, que en la tensión aparente en que funcionan para dejar por fuera a vastos sectores de la población (de lo contrario no tendríamos los números que tenemos, desde la primavera democrática, de pobres y marginales), denominan al juego establecido como lo político, y a su método, una democracia representativa, en cada una de las parroquias en donde se debate, o se pone arriba de la mesa (por obligación normativa o por pura y mera formalidad) lo que supuestamente se elige en un proceso electoral, debemos, quiénes, dejemos las cosas en claro, en relación a que es lo que realmente podría ocurrir con la cosa pública. En este sentido, no existe posibilidad política alguna que no sea la victoria, clara, concisa y contundente de Gustavo Valdés. El candidato opositor, validará lo procedimental, y tal vez, sin que conscientemente lo sepa, están usando su ego construido por una sacrificial como colosal carrera deportiva, para que le ponga el cuerpo a una carrera en donde no tiene otra chance que volver a repetir la medalla de plata. Paradójicamente los fanáticos del oficialismo gobernante, que se extasían al denunciar excesos demagógicos, del régimen venezolano por ejemplo, no dan cuenta que gobiernan desde la misma cantidad de años que los herederos de Chávez y que por intermedio de sus campañas en redes sociales proponiendo la baja del candidato opositor a la elección de octubre, están propiciando la única forma que tienen de perder el poder, real y efectivamente.
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