Existe una abismal distancia entre la persistencia y el capricho, entre la consistencia y la obstinación. Las palabras en frío, del dos veces candidato trunco a la gobernación por el peronismo correntino, en la codificación de su lenguaje no agresivo, no altisonante, cuasi melifluo y en clave propositiva, alimenta sin embargo tal distancia sideral, donde, por acción maliciosa o terca omisión, parece querer desconocer que en política las sumas no son aritméticas y que el poder no posee una propiedad transitiva. “No bajar los brazos” dispara, casi pidiendo permiso y por favor el medallista olímpico, quién por esta sola virtud, logró hacerse con la plataforma del peronismo correntino para acceder luego a la intendencia de la capital correntina, la primera candidatura a la gobernación, la secretaría de deportes de la nación, la senaduría nacional y la segunda candidatura a la gobernación. Sin paso previo por experiencia militante alguna, siquiera ciudadana, no es extraño que pretenda mixturar, maridar, semejar, la actividad deportiva e individual que lo llevó al éxito personal con la actividad política y colectiva que condujo al colectivo político en que se embarcó y usó (peronismo) a sendos fracasos a costa, tal vez, de triunfos personalísimos sea en la órbita, comunicacional, económica o laboral.
La condición asintótica proviene de las matemáticas, y traducida en el universo real del concepto, significa: “Deseo profundo, y que se acerca de manera constante, pero que, aunque parezca al alcance de la mano, nunca llega a cumplirse”. Cuando la filosofía se corporizó en lo numérico, no sólo se comprendió la abstracción del número mediante lo concreto de lo conceptual, sino que se dispuso para tener una posibilidad de comprensión, de otras perspectivas de espacio y de tiempo, para poner en suspenso, en epocalidad, las formas en que hasta entonces evaluábamos la realidad. El término “epoje”, poner entre paréntesis es el que alumbró la fenomenología, y es el proceder que debería tomar el peronismo correntino, tras otro fracaso rotundo, en su intentona que ya lleva medio siglo de fiascos por hacerse con el poder político del ejecutivo.
“Una vez que se asesina a Sócrates, quizá surge un pálido remordimiento que impide nuevos asesinatos, y aunque la actitud filosófica no conquiste a las grandes masas del público, termina por llamar tanto la atención y hasta por crear un superficial respeto, que se fundan escuelas, facultades, institutos, bibliotecas en que, por unos siglos, se ha permitido e incluso se ha financiado la filosofía o, por lo menos, algo que se le parece a ratos. Hoy hay signos abundantes de que esta tregua está acabando”. (García-Baró, M. “Fenomenología y hermenéutica”. Editorial Salvat. 2015. Barcelona. Pág. 21.)
Son horas cruciales. En verdad lo serán para ese puñado de tipos que nos representan. Nosotros somos tutelados por ellos. Es decir, vivimos, sentimos, pensamos, reímos y lloramos, por cada una de sus decisiones, al punto que creemos que somos parte de las mismas. Tal vez lo seríamos sí desconociéramos la legitimidad de tal representación. Es decir sí actuamos con indiferencia ante el convite que hacen desde y ante los distintos partidos. Sin embargo no lo haremos, básicamente porque se han granjeado nuestra fidelidad hacia ellos, mediante el haber cercenado a gran parte de la población la posibilidad de que puedan pensar y sentir desde la orfandad de la vida tal como se nos presenta, tal como es; incierta, inestable e indeterminada. Tal temor de estar al desnudo, nos impelió a que aceptemos todas y cada una de las camisetas, de las casacas, de los harapos con el que decidimos creer que seremos más valientes sí es que enfrentamos las vacilaciones de la vida, arropados, pintarrajeados en cuerpo, y más luego en alma, para identificarnos con otros y diferenciarnos de quiénes también podrían haber usado o usarán, si es que no cambiamos nosotros, de camiseta, una vez más. Así nacen los partidos, esos que mediante algo en disputa generan un interés especial porque se dirime cada cierto tiempo que se disputan el destino de los ganadores como de los perdedores. La paradoja es que no existe un único resultado, ese que es público, el que sale el domingo por la noche y que siempre muestra a un equipo eufórico, por haber apabullado al otro, por más que en las declaraciones alardeen de lo contrario. Todos podemos ir a mundial, independientemente de quién gane, de a quién hagamos ganar. Todos y cada uno de nosotros, en esta condición de hinchas a las que nos someten para que no toquemos la pelota, sino para que pasivamente, aplaudamos sus jugadas, podemos pegar el salto al campo de juego y desde allí todos juntos habernos dado cuenta, que sin querer queriendo, las reglas cambiaron para bien, que los gambetas de jugadores providenciales, son modificadas por un juego colectivo, homogéneo en donde lo importante es que estemos todos incluidos y desarrollando nuestras posibilidades de acuerdo al rol que mejor se implemente en ese equipo que alguna vez podemos constituir.
En esta ocasión, fue el diputado Provincial Ricardo Sánchez del Partido Justicialista quien recibió a Comunas del Litoral.
Sí uno expresa cupo generacional (como el cupo femenino pero para menores de 40 años), voto compensatorio (redefinición del contrato social para que el voto del pobre o marginal valga de acuerdo a lo que le debe el estado), demarquía (convivencia con lo electoral representativo, por intermedio de la cámara de dipunadores, idea conjunta con Carlos Coria) índice democrático (dotar a la democracia de elementos cualitativos para quitarle su cosificiación o aportarle la condición suficiente, complementaria para que lo democrático no quede en lo meramente electoral) o el gabinete en las sombras ciudadano (al estilo Inglés, pero no que surja de la oposición partidocrática sino desde la ciudadanía) está hablando de uno de los fundadores de la escuela correntina de pensamiento, Francisco Tomás González Cabañas, quién a días de que su provincia vivencie otra elección a gobernador, alista su próxima obra “La africanización democrática” que será editada por el sello Asturiano (España) “Camelot”.
Definida como condición necesaria pero no suficiente, lo electoral, la votación, la elección, ha sido sacralizada y totemizada por quiénes, por confusión o conveniencia, transformaron esta epocalidad, esta circunstancia, esta foto dentro de una larga película, en un Agosto fabuloso, en un negocio tan grandioso para ellos, como funesto para muchos otros. Usando las experiencias totalitarias de otrora (las dictaduras sostenidas en regímenes violentos), y sin reparar en que desde la supuesta recuperación democrática o tal primavera institucional, haber reducido lo democrático a la jornada electoral, no hizo más que cosifiquemos la elección o el acto de elegir, le pongamos un número, abstracto, totalitario y cerrado a la libertad política y quedemos encerrados en este laberinto del cual solo saldremos por arriba (es decir nunca volviendo los pasos atrás, pretendiendo acudir a métodos o formas que expresen violencia o irascibilidad, mecanismo funestamente utilizado en los tiempos dictatoriales), con la urna, con el número, con la cantidad, pero agregándole, calidad, sustancia, prestancia, relevancia, una construcción o pavimentación de un sendero que sea más que una ruta, que apostrofe un proyecto de industrialización que no priorice lo humano, la conceptualización del pensar, del mundo como derrotero del lenguaje por el que somos atravesados, mucho más que por las cosas que tengamos o dejemos de tener. La democracia no puede estar atrapada en un cuarto oscuro, la democracia debe ser ejercida a pleno en cualquier espacio público, mucho más allá y acá de un resultado. A la democracia la debemos seguir construyendo, con nutrientes que la hagan fortalecerse en su dimensión cualitativa antes que en la multiplicidad de su número, antes que la hiperproducción alocada y en serie que puede derivar en una metástasis social de la que no todos saldrán indemnes en caso de que no actuemos a tiempo.
“Los auténticos filósofos son aquellos estudiosos que colaboran al bienestar de los hombres y a la armonía de las sociedades. Es el buen ciudadano, aunque no haya leído a los clásicos ni especulado jamás sobre la inmortalidad del alma o las pruebas de la existencia de Dios” (Voltaire)
Desde el Laboratorio de Análisis de Fibra de Algodón del Centro INTI-Chaco, el Instituto acompaña a NyC Textiles SRL para el desarrollo productivo de gasa hidrofilizada y genera vínculos con empresas de diseño de indumentaria para diversificar la cadena de valor regional.
Mientras lo electoral trasunta sus derroteros, muchas veces, indignos y cosificadores de tomar al ciudadano como un número para que deposite su boleta (¿boleteado?) en la urna (¿vulva electoral?) el centro de estudios políticos y sociales "Desiderio Sosa" presento el índice democrático correntino que promueve, avala exalta las prácticas democráticas como la transparencia, la participación y la inclusión. Acceda al cuestionario completo destinada a los ejecutivos. Adelantaron desde el centro también la constitución, despúes de las elecciones del "Gabinete Ciudadano en las Sombras".
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