En pleno éxtasis iniciático del Corrientes Somos Todos, (cuando lo desopilante es aceptado y hasta necesario en tren de que “todos le pongamos onda” como por ejemplo que se reparta una gacetilla que ventila que el vice acompaño al gobernador en una recorrida institucional, y que en la misma se exprese que el dos acompaño o ratifico al uno, como si cupiera otra posibilidad) la conversión en ley de la participación público privada (PPP) como la herramienta imprescindible para el desembarco de las obras del gobierno nacional, más allá de que tenga objeciones planteadas por técnicos tanto de izquierda (conceptuales) como de derecha (estratégicas) puede que se transforme en lo que necesitemos para contar con las obras de magnitud soñadas y anheladas, sin que, conceptualmente el tan afamado “PPP” amenace a que signifique otra cosa, una denominación distinta pero que amalgame lo mismo de tantas veces; una provincia para pocos.
Resulta que la democracia se ha convertido en semántica propicia, mejor dicho, en la excusa perfecta que fumiga de cuajo a la democracia y todo su peso especifico. Es decir, para ser democráticos hay que ir por el absolutismo o la eternidad del poder político, pero ya no de forma violente o interruptora, ahora se lo planifica de forma legal.
Mientras se siga discutiendo el envase, el maquillaje y del decorado, nuestros (el verdadero somos todos) problemas estructurales (que el hijo del rico viva en una sociedad en donde el 30% de sus congéneres sea pobre lo incentiva a que se vaya, en forma real, o se evada mediante el abuso de drogas) continuarán sin siquiera ser abordados. No planteamos contar con un código electoral propio (como el que tienen la mayoría de las provincias) sino simplemente que al menos las leyes nacionales (con las respectivas adhesiones que formalmente se establecen) se cumplimenten en la provincia, como el caso de la presentación de declaraciones juradas de funcionarios provinciales. No sólo que la ley de ética pública nacional (su espíritu) y la que adhiere en la provincia (N°5911) está siendo ultrajada normativamente, sino que, como si fuese poco (y no actuaran fiscales o abogados que presenten la inconstitucionalidad) la que se cumplimenta, es una disposición de la junta militar, que de facto gobernaba el país como Corrientes en 1977, que para mal de males, se hace extensiva a los legisladores locales de la actualidad, cuando tal decreto ley (N° 3333) no contemplaba, al poder legislativo dado que lo había suprimido.
Seguramente que al lugar en donde mueren los videos con las acciones privadas de los hombres no. Por más que ofendan a la moral pública o no, tal como si fuese una de las tantas leyendas negras de la política correntina, esto al parecer era lo que alardeaba que tenía en su poder el empresario periodístico “suicidado.” Sí hablamos de tiempos pretéritos, el ex gobernador, condenado a prisión, Tato Romero Feris, por intermedio de solicitada pública, pidió una reforma de la justicia, esgrimiendo fallos nacionales sobre el proceder de la justicia local. En tiempos en donde el marco teórico de las instituciones son los hombres (de allí que nos digan que Somos todos, porque en verdad el estado, como en los tiempos de Luis IX, siguen siendo de muy pocos) reproducimos las “promesas” en audiencia pública de uno de los actuales Ministros del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes: “Fue muy claro, el Doctor Chaín, en remarcar que las leyes provinciales deben adecuarse a la realidad del momento. Insistió además en que hay que evitar la superposición de competencias y democratizar la justicia. Sintetizó también en que la justicia debe ser real rápida y efectiva” (Gacetilla de Prensa de la Vicegobernación, invierno de 2011).
El 22 de abril de 1969, Theodor Adorno iba a comenzar uno de sus últimos seminarios en la Universidad de Frankfurt. La sesión versaba sobre «dialéctica del sujeto y el objeto». Apenas había tomado la palabra el viejo profesor cuando un estudiante avanzó hacia el estrado y escribió una proclama en la pizarra. A esta señal, tres alumnas se levantaron a su vez, se descubrieron los pechos y rodearon al filósofo lanzándole pétalos sobre la cabeza. Adorno, atónito, recogió sus papeles y abandonó el aula a toda prisa. No he encontrado en internet ningún vídeo ni imagen del famoso suceso, pero sí es fácil hallar la filmación de otro episodio similar acaecido en Lovaina tres años y medio después y protagonizado por Jacques Lacan.
Término y terminó, como tantas acepciones, en distintas lenguas, se distancian más en significado que en su nomenclatura. Es una cuestión semántica, la que disfraza lo conceptual. Necesitamos de tal representación de nuestra oralidad, que a su vez representa, lo pensado. Consuetudinariamente, son varios los órdenes mediante los que se organizan las representaciones de lo pensado. Lo real, lo imaginario, como lo simbólico. Obliterados estos, por la posibilidad de que en la escritura, en el tránsito, en su traducción final, funja la operatividad de lo consciente o de lo inconsciente. En el engranaje en que en tal instancia se convierte, en lo que estamos sujetos y que nos define como tal (sujetos), nos condicionamos por delimitar aquello que nos impulsa, que nos impele a algo. Así este algo, sólo signifique vivir, hesitar, o sobrevivir.
Textual de la ley provincial 5.988 “Día Del Niño Correntino, en reconocimiento y homenaje al sacrificio por la Patria y la Libertad que prestara el niño Pedro Ríos en el mencionado combate (Tacuarí, 9 marzo 1811)…incorpórense la historia del personaje y los hechos de valor del niño héroe a la currícula de todos los niveles de educación provincial, resaltando como ejemplo de la juventud…promuévase en el territorio provincial, actividades, seminarios, conferencias y programas educativos y culturales tendientes a honrar la figura del Niño Héroe y exaltar los valores del sacrificio, el patriotismo, y la libertad en la formación de nuestra identidad correntina”.
En virtud de conmemorarse el próximo 11 de marzo, el triunfo electoral del FREJULI, que significó el último gobierno peronista en Corrientes, como también el último gobierno provincial depuesto por una dictadura militar, agrupaciones peronistas, de base y no representadas por la “elite” funcionarial en que se transformó sobre todo el justicialismo orgánico, acercarán a Eduardo Tassano la solicitud formal (proyecto de ordenanza) para el homenaje que se le debe al último gobernador al que se le despojo del cumplimiento dimanado por la voluntad popular: “Tal como el gobernador actual, el intendente capitalino también tiene familiares peronistas, pero esto va más allá de un partido, Julio Romero, debe tener un monumento recordatorio para que nunca más olvidemos que alguna vez se violentó la democracia, la institucionalidad, y el mandato popular” expresaron desde la comisión de homenaje que aglutina expresiones políticas, sociales y culturales, referenciadas en el peronismo como en sectores independientes.
Mientras leía vuestra carta conseguía olvidar mi infeliz estado, y me parecía volver a aquellos manejos en los que en vano invertí tantas fatigas y tiempo. Nicolás Maquiavelo.
Consustanciados con la herramienta “Índice Democrático Correntino”, una parte de la misma, tiene correlato con lo que se realiza desde la Universidad de San Andrés por intermedio de la ESPOP (Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública) la encuesta alterna de manera no periódica preguntas acerca de la opinión sobre los principales dirigentes políticos y autoridades (ministros, gobernadores, líderes de opinión, etc.), así como diferentes grupos organizados de la sociedad. En el caso Correntino, desde “Desiderio Sosa”, informan que vienen trabajando sobre el nivel de conocimiento de los ministros del ejecutivo provincial y de la aceptación de cada uno de los titulares de las diferentes carteras. En breve brindarán los primeros resultados de un sondeo de 996 casos totales, 702 presenciales y 294 vía interfaz, representativo de toda la provincia en sus diferentes segmentaciones. “Siempre la designación de los ministros, como de otros funcionarios, en esta parte del mundo, respondió más a cuestiones discrecionales que de idoneidad, medir que nivel de conocimiento, y del resultante de esto, de aceptación que tienen para la ciudadanía, creemos que es algo indispensable para una democracia que nos tienta a creer en que somos todos, pero el que decide no deja de ser uno, bajo sus criterios, en muchos casos, personalísimos, y esto ya horada y socava los principios democráticos” aseguran desde Desiderio.
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