Miles de personas disfrutaron de las celebraciones preparadas por la Municipalidad de Corrientes para conmemorar la llegada del fuego sagrado de los juegos olímpicos. Por el escenario pasaron Viento Norte, Bruno, Malandra y la comparsa Sapucay. Además, hubo exposiciones de distintas disciplinas deportivas, y stands de comidas típicas.
Tras lo escrito por una docente en un pizarrón de un aula correntina, referido a los desafíos que propone el lenguaje como dinámica, entendido desde la perspectiva de lo que dan en llamar inclusivo, el Ministerio de Educación de la provincia, respondió formalmente, bajo consignas mal citadas, esgrimiendo que la real academia española que rige las formas de nuestra enseñanza idiomática no contemplan, aún, tal modificación del lenguaje. Sujetos al rigor de la formalidad, el ministerio como el gobierno y la comunidad en general (inclusivamente, hasta la maestra que protesta con e), nosotros desde no comunicar o no insistir con esto mismo, olvidamos, dejamos de lado o incumplimos leyes provinciales tales como la 5598 que establece la enseñanza del Guaraní en los establecimientos educativos, en su calidad de idioma oficial alternativo y la ley 6176 que establece el día provincial de la lengua Guaraní. Pese a estos incumplimientos, el gobernador de la provincia, asiste a los actos protocolares del nuevo presidente Paraguayo, en donde se habla el idioma Guaraní, y en donde podríamos enfocar toda las posibilidades educativas que brindaría el cumplimiento de la ley, además del fortalecimiento de nuestra identidad cultural.
“Los vínculos clientelares son paradojales, no sólo por el hecho de que implican dominación y obediencia a la vez que generan lazos afectivos, como lealtad confianza e incluso afecto. También generan tensiones constantes entre el sentido utilitarista y las reglamentaciones simbólicas asociadas a la entrega y recepción constante de servicios. Por otra parte, si bien logran acercar la política a los ciudadanos y acortar las distancias burocráticas, también provocan la exclusión de los sectores que no están integrados en las redes clientelares. Además, pueden ser un caldo de cultivo muy fértil para prácticas que rayan en la ilegalidad, como son los actos de corrupción o cohecho. Sin embargo y aunque no sean relevadas de manera consciente y no aparezcan bien representadas en las encuestas, se trata de un fenómeno profundamente arraigado en las prácticas cotidianas de muchas personas, lo que pone de manifiesto la necesidad de seguir investigando las distintas aristas del fenómeno.” (Arriagada, E. “Clientelismo político y participación local”. Revista Polis. Número 36. Año 2013. Santiago de Chile).
III Simposio de Filosofía Política. Hacia un Manifiesto Latinoamericano. Nuevas Categorías de Representatividad. La Democracia más allá de lo Electoral. 25 y 26 de octubre del año 2018. Organizan: Centro de Estudios Desiderio Sosa. Consultora Meridional. Agencia Comunas del Litoral.
Un golpe de suerte y un aprendiz de novelista alcanzaron para desmoronar un sistema putrefacto que no hizo otra cosa, que producir pobres en toneladas. Los cuadernos de Centeno quedaran en la memoria colectiva tanto o más que el libro gordo de Petete.
Garantizan una democracia formal y en papeles, que se traduce en elecciones, catalogadas como libres, participativas e inclusivas, en donde los que pierden el poder a perpetuidad, son encontrados por el sistema que los ungió y sostuvo, al quedar fuera del mismo, como responsables de saqueos institucionales, escondiendo lo producido (de la sistematización de la corrupción), en bienes suntuosos, exóticos, cuentas en paraísos fiscales, propiedades adquiridas sin justificar y billetes de alta denominación, y acopio de los mismos a mansalva. Esta es la democracia africanizada, que claramente excede lo geográfico, y se conceptualiza como el diagnóstico cabal de nuestras democracias actuales.
Eduardo Tassano participó este martes de la presentación del programa mediante el que se darán clases dictadas por docentes universitarios, para empoderar el rol del municipio como promotor de la salud a través de las SAPS, capacitaciones a los agentes comunales y una acción de programas prioritarios en salud pública, para trabajar en red. "Es fundamental la apertura de la UNNE para que se puedan brindar conocimientos y servicios a la comunidad", destacó el intendente.
Cada tanto, la vida nos anoticia, que es tal, al terminar, abrupta como inesperadamente, sobre todo cuando se las toma con cuerpos jóvenes en pleno andar de los mismos. Más allá de cualquier circunstancia, todo lo no esperado, en algún punto se torna evitable. Cuando los ciudadanos de una comunidad fallecen, trágicamente, por el accionar directo o secundario, pero accionar de la delincuencia, o lo que se da en llamar inseguridad, los ojos se posan, necesaria (por más que no sea de una manera objetiva o racional) como naturalmente, en los funcionarios a cargo. La desgracia, política en este caso, se sumó a la desgracia humana de la ida prematura de una reconocida, tanto ella como su padre, militante del peronismo provincial, que contrarrestó rápidamente las ineficaces expresiones, minutos antes del hecho, del ministro del área (uno de los pocos que ungió el actual gobernador, habiendo otorgado prioridad al elenco estable de ministros y funcionarios que mucho de ellos vienen desde la intervención cordobesa, perforando en meses más las dos décadas de conchabos de lujo en el estado provincial) que imprudentemente rifó la suerte de su accionar, como la del gobierno de su jefe, en tal área, a la misma suerte que se llevó otra vida inocente, por problemas estructurales de un gobierno que juega a ser nuevo, pero que para que ello le salga debería hacerlo mejor, radicalmente mejor.
Una de las lógicas más contundentes, como acaso feroces e implacables, que asesta el sistema mismo que se devora a su creador o a quién debiera servir, al ser humano, es la que se desnuda en la necesidad imperiosa de individuación que nos impele, a que nos distingamos siempre por sobre otro u otros. Sí nos ponemos a pensar, o cada uno de nosotros, ha sido o es, campeón en algo, el mejor de acuerdo a una valoración a la que nos hemos predispuesto, para alcanzar esa medalla, esa cucarda, ese reconocimiento, que excede el natural o analítico que precisamos para existir. En lo que podría ser una metástasis de nuestra reafirmación de existencia, en una suerte de sobredosis nociva, nos inventamos competiciones o competencias, para la vanagloria de podios supuestos, en donde, en la perversidad de hacer de cuenta que no nos importa, le enrostramos a los otros que somos los mejores. Todos los ámbitos, deportivos, culturales, sociales y políticos se nutren bajo esta suerte de escalafón que se reproduce hasta el hartazgo en la imperiosa necesidad, de que en algo, nos digan que hemos prevalecido. Pensándolo mejor, el verdadero progreso, o paso adelante, tal vez sea que de a poco, vayamos prescindiendo de esta sensación que en la última de la instancias lo único que propone es que menoscabemos al otro, que lo eclipsemos, para que nuestra tenue luz, en la oscuridad del otro, pueda agigantarse, vana como falazmente nuestro yo, aún más pequeño o empequeñecido.
Sí tomáramos como cierta la conjetura de Leibniz, la que se desprende de que la humanidad habita el mejor de los mundos posibles, debiéramos entonces aventurarnos afirmar que en todos los órdenes administrativos tenemos el mejor de los gobiernos que hemos elegido y que cualquier apreciación que no vaya en tal sentido, es decir conjeturas contra fácticas, caerán en que siempre habrán de ser la peor de las opciones de las que vivimos. ¿No debemos atribuir a Leibniz entonces la idea de que toda innovación es el fruto de una rebeldía condenable? No. Que Dios haya creado el mejor de los mundos sólo nos obliga a admitir que lo que ha sucedido era lo mejor que podía suceder; no, que deba seguir sucediendo. El contento con el pasado es compatible con la voluntad de no repetirlo. Leibniz nos aconseja, pues, actuar conforme a lo que juzguemos más conveniente, convencidos a la vez de que, si las cosas no sucedieron así antes, ello fue porque no había llegado su hora”. (Javier Aguado Rebollo. “¿Por qué, según Leibniz, vivimos en el mejor de los mundos posibles?. Thémata. Revista de filosofía. Núm. 42, 2009).
Seguinos
3794399959