7 de octubre, 2022
"Querer significa mantenerse a cualquier precio en un estado de exasperación y de fiebre. El esfuerzo es agotador y no está dicho que el hombre pueda sostenerlo siempre. Creer que le está asignado sobrepasar su condición para orientarse a la de superhombre es olvidar que apenas puede resistir en tanto hombre, y que sólo lo consigue a fuerza de tensar su voluntad, su resorte, al máximo. Ahora bien, la voluntad que contiene un principio sospechoso e incluso funesto se voltea contra aquellos que abusan de ella. No es natural querer, o, mejor dicho, habría que querer apenas lo justo para vivir, desde el momento en que se quiere más o se quiere menos de la cuenta, tarde o temprano acaba uno por perturbarse y caer. Si la falta de voluntad constituye en sí una enfermedad, la voluntad en cuanto tal es aún peor: es a causa de ella, de sus excesos, más aún que de sus debilidades, de donde derivan todos los infortunios del hombre. Pero si en el estado actual en que se encuentra ya quiere demasiado, ¿qué sería de él si adquiere el estado de superhombre? Estallaría y se derrumbaría sin duda sobre sí mismo. Y sería llevado entonces, a través de un grandioso rodeo, a caer del tiempo para entrar en la eternidad de abajo, término ineludible donde, a fin de cuentas, poco importa que llegue a causa del deterioro o del desastre."
Cioran, E. La Caída en el tiempo. Tusquets.1993. pg. 175-176.
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