18 de octubre de 2025
Un nuevo paradigma gnoseológico.

De un tiempo a esta parte, el abandono paulatino de la lectura cómo hábito, cómo método de acceso al conocimiento, y por tanto como forma de estar en y ante el mundo, generó una forma distinta de saciar la natural avidez curiosa de lo humano. Condicionado por el contexto instrumental, de la velocidad de la imagen, que de la foto, la instantánea, forma videos, y vuelve en tal circuito, cómo meme, en la vorágine del reel, del scrolleo, el humano accede al conocimiento, casi pura y exclusivamente, por intermedio de millones de reproducciones que otros millones de tantos, sin ningún otro aval que no sea más que la propia voluntad, vomitan, eyaculan “contenido” de todo tipo, especie y pelaje.
En tales algoritmos, que legitima la abstracción de lo numérico, sin que esto sea razonado, sopesado o pensado, vamos al encuentro, en el nuevo ámbito de lo social, que es el éter virtual de las redes compartidas, aplicaciones y todo lo que brinda la conectividad, de que nos digan qué hacer con nuestras vidas, que comer, como gozar, de qué manera se gana dinero, como vestirnos, y todo lo que signifique y represente, darle sentido a nuestras vidas, evitando el aburrimiento crítico, para que pensemos nosotros mismos, sin tutelas o con el menor de los condicionamientos, que puede representar para cada uno de nosotros, más fidedignamente el vivir.
Estas palabras, de hecho, no tienen ningún tipo de sentido para el ecosistema del presente. En el mejor de los casos, los pocos que puedan, hacerse el tiempo, para su lectura, se reducirán en un porcentaje elevado, los que además, puedan tener voluntad, y sobre todo elementos, para luego, comprender lo que se pretende transmitir.
Es un síntoma de época, que asesta un golpe mortal, a una de las maneras más básicas y esenciales, mediante las cuáles accedíamos al conocimiento y que mediante ello, nos conducíamos como sociedad.
La cuestión es gnoseológica. Al conocer, mediante el tiempo vertiginoso, que nos impone lo audiovisual, ya no es necesario, que tal erupción de imágenes se contrarreste con la vieja relación de significante y significados con la que nos manejábamos hasta no hace mucho.
Uno puede hacer un vídeo hoy diciendo, que los azulejos son la expresión de dios, y subsiguientemente editarlo, para crear una religión en base a la mayor cantidad de azulejos azules, y en la dinámica de la relación de lo humano, en este espacio virtual, al haberse dinamitado la posibilidad de poner en cuestión lo que se dice o hace, fenece el espíritu crítico, se convierte en una criminalidad no tipificada, o lo que es peor, en un ejercicio nefasto que sólo amerita indiferencia.
En la política lo observaremos con mayor claridad. Desde dónde esto se escribe, Argentina, transitamos por una etapa electoral, que es sin dudas el principal, sino el único capital de lo democrático, dónde las expresiones políticas, no solamente no discuten, no debaten, no proponen, no plantean, no proyectan, sino que ni siquiera se preocupan por disimularlo. Es decir, tal como lo sostenemos hace tiempo, avanzamos un escalón más (de aquí la importancia de detectar el eslabón gnoseológico) hacia la disolución del entendimiento de lo público, por intermedio de este proceso, que se inició de que los individuos, acceden a saciar la curiosidad, o al conocimiento, sin necesidad ni deseo, que orbite, que medie o medre, la razón, el pensamiento, la crítica, la duda o la reflexión.
Explícita o pornográficamente, se dice desde el poder, sea oficialista u opositor, que sólo sirve ganar, sin usar para ello, el principal recurso, legítimo y que hubo de crear la hasta ahora legalidad vigente, de que la razón se corresponda con los hechos, o que los significantes representen significados.
Importa ganar, bajo el nuevo paradigma gnoseológico en ciernes y que amenaza en convertirse en el único posible y aceptable.
No existen más discursos, siquiera campañas, la política electoral, como nunca antes, se reduce al fenómeno de gestualidades, o la suma de ellos (videos), con sus posteriores filtros o ediciones para culminar con la viralización por parte de plataformas internacionales que están en manos de unos pocos.
Pocos años atrás, los partidos políticos, en las campañas, reunían a sus dirigentes, referentes, cuadros, haciendo reuniones en sedes, visitando barrios, asociaciones civiles, generando un movimiento económico, en cuánto a las medialunas llevadas, a un vaca carneada, los candidatos se nutrían de asesores, que los asistían en proyectos, en el uso de las palabras, en las formas de cómo presentar de formas más creíbles las promesas imposibles. Se redactaban narrativas varias, a partir de ello, para visitar espacios en dónde comunicadores pudieran plantear observaciones, cuando no debates con los otros candidatos. Recuerdos de una época de sepia.
Para llegar al electorado, que accede a saciar su curiosidad, o conocer, es decir definir cómo vincula su existencia con el mundo, bajo este nuevo patrón gnoseológico, alcanza con decir cosas sin mucho sentido durante un tiempo, que algunos pocos las retraten, graben y editen y luego pagar a las plataformas para llegar a mayor cantidad de cuentas.
En esto convertimos nuestra experiencia en la vida, la política, la democracia y todo lo demás.
Fin.
PD: Tendré muchas más vistas, reproducciones y comentarios, sí subo a mi estado, un vídeo diciendo que pensar debe estar penado por la ley, pero cómo no me interesa, no lo hago. Reconozco, eso sí, que dudo sí esa falta de interés por subir a cada rato, si me pica más el izquierdo que el derecho, es una maldición o una bendición, hasta tanto no resuelva la duda, seguiré escribiendo, sí para nadie, pero eso tampoco me preocupa demasiado.
Por Francisco Tomás González Cabañas.
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