El fenomenal equipo de los últimos cincuenta años o lo que es lo mismo, la revolución de la alegría o el macrismo administrante del Estado Federal no pega una, no hace gol siquiera con el arquero maniatado, van tanteando como a quien le cortan la energía eléctrica dentro de una habitación colmada de muebles. De bullicio en bullicio los muchachos se divierten. Algunos del “riñón” del CEO Mauricio andan diciendo que fue una exageración anunciar un equipo de los mejores, es el caso del presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, por ejemplo.

Los tartufos PJ-kirchneristas y/o cristinistas y/o bolivarianos, que muchos huyeron como ratas por tirante ni bien fueron derrotados en la elecciones presidenciales, siendo el golpe de muerte la perdida de la provincia de Buenos Aires, que tantos beneficios económicos, de impunidad, de conchabos y otras yerbas les dio a la compañerada, aprovechan hoy los traspié diarios del macrismo para señalar con el dedo como si fueran los herederos de Pericles.

El escándalo del Correo Argentino S.A. abrió las ventanas y los pajarracos sedientos de sangre fresca volaron sin control en al ataque, cual si fuera un guión de Alfred Hitchcock. Los negocios e intereses familiares se confunden con lo público, de tal manera, que todo parece lo mismo, las opciones que toma la administración macrista para solucionar algunos pendientes produce el efecto contrario, la improvisación gobierna los ministerios de la nación y no se oculta, a cada paso que dan dejan una cagada, como pato casero dirían en el campo.

Otra vez aparece en escena y como personaje destacada la jurisdicción federal, Juan Pedro Zoni, es el fiscal federal que instruye la causa del Correo Argentino S.A., ya cuenta con dos imputados, el presidente Mauricio Macri y al ministro de Comunicaciones Oscar Aguad por irregularidades en el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y Correo Argentino S.A, empresa controlada por SOCMA que pertenece a la familia Macri. Don Oscar Aguad es un viejo conocido en la provincia de Corrientes, no justamente por sus buenas acciones sino, justamente, por sus tropelías non sanctas sobre el erario público cuando fuera interventor del municipio capitalino. El “caso Correo” se va llevar puesto a más de uno del súper equipo que vendieron en campaña electoral.

El macrismo no dudo en meter mano ahí donde se devela la decadencia argenta, donde la cara democrática es macabra deja ver su mejor acto, la hambruna que sufren aquellos que aportaron toda su vida a un Estado inútil e ineficiente, el ANSES cuasi-caníbal se anima a reducir el paupérrimo beneficio-derecho. Conocida la noticia de otro fiasco de la revolución de la alegría como no podía ser de otra manera, se tiraron la pelota entre funcionarios, ministerios, ordenanzas y mozos de café. Nadie fue responsable de nada, como siempre.

Usaron la triquiñuela para zafar de la guillotina el término “readecuar” para no confesar que modificaron en perjuicio de los viejos, la movilidad jubilatoria esta protegida por ley de la nación y cualquier modificación y/o “readecuación” debe realizarse, -según mandan los mínimos conocimientos sobre la creación de la ley-, por modificación de la norma de movilidad, en síntesis, el congreso de la nación es el poder del Estado que puede llevar a cabo cualquier toqueteo a la ley.

Mientras en la cámara de diputados se “debatía” la nueva ley de accidentes de trabajo ART algunos adherentes a la revolución del júbilo se enteraban de la existencia del decreto n° 807 que daba curso a la amputación de los salarios jubilatorios firmado por Mauricio Macri y el responsable máximo del ANSES, Emilio Basabilbaso, decreto que fue borrado de la faz de la tierra luego del escándalo que genero sobre todo entre los propios.

La historia no termina acá, hay tanto más como para un festín de lo que salió a la luz como todo aquello que todavía permanece oculto.