8 de diciembre de 2015
Del cambio K al cambio M.
Se presentaron como el cambio y ganaron, quien duda de ello, nadie, pero en realidad en estos últimos días se han suscitado una serie de acontecimientos que por lo menos nos hacen reflexionar, sino estamos en presencia, de un cambio de letras, nada más. De que todo cambie para que nada cambie. Por Dra. Viviana Verón.
El gatopardismo o lo lampedusiano es un término curioso utilizado en Ciencias políticas y en lenguaje político corriente, en general.
El hecho o procedimiento de "cambiar algo para que nada cambie", tiene su origen en la paradoja expuesta en la novela El gatopardo, del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). La cita original expresa la siguiente contradicción aparente: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado"."…una de esas batallas que se libran para que todo siga como está".
Desde entonces, en ciencias políticas, se suele llamar gatopardista o lampedusiano al político, reformista o revolucionario que cede o reforma una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente.
Así se presentaron bajo la denominación partidaria CAMBIEMOS, ahora cambiar qué, un modelo de país, una forma de hacer política, o simplemente se habrá utilizado como sinónimo de sustitución o reemplazo de autoridades. Y después todo seguirá igual.
Qué nos hace pensar esto, que a pocos días de la jura y la asunción presidencial, se plantean ambos presidentes entrante y saliente las mismas cuestiones, y llevamos varios días en esta batalla innecesaria y carente de sentido, cuando hay otras cuestiones que preocupan a la sociedad y que espera ansiosa la primera señal de este anunciado “cambio”.
Qué nos hace pensar esto, la designación de los gabinetes, nacional, provincial y de la ciudad. Recordemos que el CAMBIO se quedó con todo, hasta con el corazón de la nación. Hombres y mujeres probas, según el discurso, y no hay por qué dudar, pero muchos de ellos los MISMOS DE SIEMPRE, que tienen la facilidad de mutar y transformarse en lo que el momento requiera.
Qué nos hace pensar esto, lo selecto del CAMBIO, unos pocos y para pocos. El diálogo, la concertación, la convocatoria todavía no está sucediendo, tal vez falte tiempo, que el gobierno comience a andar para dar las señales que una nueva etapa ha comenzado.
La sociedad expectante, esperanzada con la ilusión de que algo diferente sucederá, que sus vidas CAMBIARAN, en poco tiempo se develará la incógnita o simplemente estaremos en presencia de una misma moneda.
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