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19 de febrero de 2017
Perugorria Tiene Candidato.
Propongo un New Deal para salir de la crisis política y social que vive Perugorria. Una Emergencia apoyada en normas y costumbres de una Cultura Política basada en Participación Democrática, Transparencia y Gobierno del Pueblo. Por Julio Paredes, 32 años, Profesor en Ciencias Políticas.
El New Deal (nuevo trato) de Franklin Delano Roosevelt fue todo un símbolo, una idea potente de ámbito nacional, pero con proyección internacional. Al mismo tiempo, fue un programa político controvertido que tendió, especialmente durante el primer mandato presidencial, a crear nuevas leyes, tratando de responder a la demanda de soluciones a la crisis que solicitan los ciudadanos americanos. Quiero ser intendente de Perugorria para que juntos realicemos un nuevo Trato. Quiero por ejemplo, que los trabajadores municipales ejerzan su derecho a sindicarse, a través de el ejerzan el derecho de negociación colectiva con el estado municipal y, a través de este ejercicio, luchen democráticamente por mejores salarios, mejores condiciones laborales, mejoras en el presente y para el futuro de los trabajadores y sus familias. Denme esa oportunidad, pero sobre todo atribúyanse ustedes esa oportunidad y atribúyanle al pueblo, contribuyendo a confiar y esperanzadamente controlar para que sea un Trato de co-construccion de un mejor presente y un posible mejor futuro. Les propongo una democracia participativa, llena de sacrificio y dedicación por la cosa pública que, sin dudas, se verá reflejado en un compromiso esmerado y dedicación afanosa por la cosa, derechos, libertades, obligaciones, vida, cuerpo y alma individuales y familiares. La persona singular (única e irrepetible), libre, pero sujetada a l cuerpo socio-político a través de un pacto por el Bienestar individual y colectivo es el Pilar de una Autonomía Municipal que luche por un federalismo concreto así como también por principios republicanos y democráticos que tienen vigencia, pero que hay que custodiarlos permanentemente, ante ataques de singularidades y grupos que no creen en los mismos principios y directrices sociopolíticas. La evidencia de esto último y de lo primero, que humildemente diagnostico como lo estructuralmente necesario para provocar justicia social y desarrollo integral del ser humano, es el presente lleno de ausencia, tanto de normas como de costumbres que, sin embargo, como principios, derechos y garantías yacen en las constituciones y nuestra Carta Orgánica (están formalmente establecidos) pero no los ejercemos, no los regulamos a nivel local y no forman parte de nuestra cultura política.
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