ANÁLISIS
2 de noviembre de 2015
Pretenden pasar como normal lo anormal o rayano con lo ilegal.
Mientras el arzobispo de Corrientes, exaltaba los valores democráticos y la gracia espiritual de vivir en ello, al unísono, al mismo tiempo, gran parte de la prensa local, se hacía “Eco” (en el doble sentido del término) de la estratégica y flagrante violación a la norma (particularmente la 5.888) que al parecer estarían tramando, al dar el primer paso, de hacer rodar como rumor, el nombre de dos de los postulantes a defensor del pueblo que, de acuerdo al rumor lanzado y publicado por distintos medios, a priori tendrían más chances de ser propuestos, por tener como virtud el estar vinculados a sectores políticos, pertenecientes a un Senador (que además es miembro de la comisión ungidora) y a un Diputado Nacional ambos pertenecientes al partido gobernante. La operación política, disfrazada de nota, para “ablandar” los procedimientos institucionales, no sólo que da nombres y apellidos, agregando dos hombres más que serían propuestos como adjuntos (una atribución que por ley le corresponde al titular) a título de negociación política; Impecable.
Al parecer no bastara para el gran bolso de Eco, las designaciones de dos ministros, la continuidad sempiterna de intervención de institutos autárquicos como el IPS, y los cargos nacionales que recibirán por el 1,2% que le brindaron a cambiemos (ese nimio porcentaje es el sumo Macri en Corrientes de las Paso a las generales, trabajadas estas desde el oficialismo provincial no así como en agosto). De acuerdo a lo que relatan, estas operaciones de prensa publicadas, en medios que se las dan de prestigiosos (es como sí un titular de un diario, publicase “Mañana van a matar a un senador” y por la supuesta primicia, no exprese que se estaría ante la trama de un delito, y que esa misma no reacción sería o podría ser considerada como connivencia) el oficialismo provincial también iría por colar, a uno de los suyos, en la defensoría del pueblo de la provincia.
Don Moisés Lebensohn, se la cortaría con una galletita de agua. Claro que la metáfora es ordinaria, pero se corresponde con el nivel que estarían ofreciendo, quiénes pueden pensar como exitoso, una operatoria como esta. Banalizar, la irrupción de la ley, normalizar la falta de ética y la carencia de apego a las cuestiones mínimas que requieren las instituciones que hacen posible la democracia, es todo un ejercicio de la mendacidad humana que ha provocado, incluso, éjercitos de muerte como el nazismo. No citaremos a Hannah Arendt, quién algo escribió sobre la banalidad del mal, no somos responsables que el conocimiento no se adquiera ni con gomina en el pelo o injerto capilar, tampoco creemos y en relación a la institución defensoría del pueblo, que estamos en algún país escandinavo, solamente, habíamos pensado que la podían hacer un poquito mejor, algo un poco más prolijo.
Es que acaso, ¿no podrían haberle calmado la ansiedad a los nombrados, mediante un llamadito al celular, un asado partidario, o un mensajito del gran timador? No sería, incluso más justo, para los que señalan a priori, con más chances, ¿qué le dibujen una excelencia técnica, que podrían tener, antes que exaltar sus virtudes como adláteres, seguidores o pertenecientes a una determinada fuerza política, lo que se opone manifiestamente con lo que declara la ley?
Urge, antes que una nominación, una aclaración de los legisladores mencionados, desmintiendo la versión, llevando a cabo, quizá con vergüenza democrática, bajo una dosis homeopática de responsabilidad política, un acto que los confirme como personas, desde el sentido más amplio del término y de su significación.
Nadie en su tino político y habitando la comarca de la correntinidad, podría haber esperado que se definiera la propuesta, bajo requerimientos técnicos o por las propuestas presentadas de cada uno de los postulantes, como para desarrollarse como defensores del pueblo. Pero esta violación flagrante, es a todas luces inadmisible, para todas aquellas personas que se consideren de bien.
No está en juego, un cargo, un conchabo, una repartija, vana y burda de botín. Está en juego un proceso que requiere de cierta prolijidad, al menos mínima, que conlleve prestancia institucional; la irresponsabilidad de algunos, no puede ser la regla general en la que caigan todos y cada uno de los miembros de la clase política, con su consabida responsabilidad representativa y democrática que se han ganado por voto popular.
Se espera por la salud del sistema político correntino, que en este caso puntual, los adictos a los procesos mañosos, inescrupulosos e insuflados de principios de la más innoble camándula, dejen tales comportamientos al menos entre paréntesis. Aún están a tiempo, con una nota aclaratorio, por el momento bastaría, para que luego continúen con sus trapisondas, pero que al menos, contengan un poco más de maquillaje, de cierto decoro, que les siga permitiendo, incluso a ellos mismos, seguir disfrutando de las prerrogativas del poder, acendrando el sistema en el que parecen consagrar sus expectativas; el amiguismo ruin y la genuflexión en grado exponencial.
N de R: Link donde se puede observar uno de los medios, publicando la nota/operación citada:
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