1- ¿Es posible pensar desde la singularidad del uno, sea la conciencia, el yo, el cuerpo, los agenciamientos de la partícula elemental o lo que fuere, dada la interacción obligada a la que estamos impelidos, condicionado, sujetos y hasta condenados en lo múltiple o las multiplicidades? 

- Yo no soy mi cuerpo, desgraciadamente, y mira que gusta y me gusta. Pero no veo que estemos condenados a nada, mucho peor sería, sin ninguna duda, vivir náufragos, solitarios, robinsones. Tampoco entiendo que estemos "impelidos" a la vida social, sino que ésta aporta sentido, aunque finalmente sea vanidad, vanitatis vanitorum.  Yo, subido en una columna en mitad del horrible desierto, iba a sentirme no únicamente triste, sino mucho menos santo que Simeón el Estilita. Pero sí que creo que hoy, dado los tiempos de exhibición del "yo" tontorrón que corren, un estilita como Simeón tendría un gran futuro mediático. Imaginaos: "he bajado cinco kilos, dadme vuestro Like"; "llevo tres meses sin sexo, seguid mi ejemplo"; "sólo me alimento de gorriones despistados, quién los echa de menos..."; "leo a diario a Maurice Blanchot, que me adiestra en la Muerte...." Por favor, venid a verme, que me da algo, pero si venís, os ruego que no me traigáis frutas o cocos: contádme caiga quién caiga las últimas noticias de las Kardashian...   

2 - ¿Cómo cree que es, que debiera ser y que le gustaría que fuera el vínculo entre filosofía y política? 

- Ninguno. Los filósofos son, y deben ser, patéticos poetas del Absoluto. Los políticos, en cambio, son, y deben ser, diestros negociadores de lo Relativo. Cualquier confusión entre ambas áreas será denominada, desde la experiencia del pasado siglo, de "fascismo" u de "oportunismo". En mi modesta opinión, existe poca diferencia real entre separar Iglesia y Estado y Filosofía y Estado: zapatero a tus zapatos, como el par sucio y embarrado de Van Gogh esgrimido por Heidegger.  

3- Dada la indignidad de la pobreza y marginalidad, que asolan a tantas personas a lo largo y ancho del mundo, ¿No cree que el anclaje simbólico de seguir considerándolos con las mismas responsabilidades y exigencias (políticas) de quiénes nada les falta o todo les sobra, se constituye en un ariete profundamente antidemocrático y con ello en el deshilachamiento de reconstituir el lazo social? 

- "Con lo que a unos pocos creen que les falta, a todos los demás nos sobraría", Benjamín Prado y yo mismo. No me parece posible reconstituir el lazo social. O en todo caso no veo -aunque tal vea sea posible, los medios todo lo pueden....- que tal deseado ayuntamiento carnal venga de arriba, como dádiva de los grandes. Arriba únicamente hay dudas, miedo y planes nefastos. Estoy, cada vez más, con el Popi y el Makinavaja, sabios concebidos tiempo ha por el malogrado Ivá: los pobres, y los marginados, que no salgan en televisión, que no pidan ayudas sociales, que no confíen en las migajas... Que agarren la fuka o la vizcaína, mal que le pese a mi acomodada y tranquila condición, y que velen de verdad por sus intereses...