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19 de octubre de 2019

Una de las tantas preguntas

Es una obra que va a dar que hablar. Me refiero a “Los libros de la buena memoria” La historia completa. Autor: Carlos A. Coria García de 81 páginas, dividida en 5 capítulos editados por “Xica arte y diseño, con prólogo del escritor Jorge Alberto Giudici.

Por Prof. José A. Moreyra

Lo recibí de sopetón y lo arrumbé en medio de las cotidianidades inconclusas de mi biblioteca. Me llamó la atención que en un breve prefacio el autor desdeñe su obra y le augure  el olvido.

Acudí a este libro, una noche de esas, cansado de pelear con  la vida.

Pude solazarme por espacio de dos horas, beberlo  trago a trago como a un buen vino y con el sabor  de empezar la búsqueda de las propiedades que habían dado origen a tan delicado elixir literario.

Fue como estar con los dioses en algún monte griego, solo mirarlos y no saber por dónde empezar pese a conocer al autor. Muchos escritores somos filibusteros de ley, bucaneros sin piedad apelando a la inteligencia de los  lectores que pueden y deben, por la profundidad y riqueza estilística, tomar cualquier camino o buscar un  atajo. Carlos enreda y quiere que lo mismo suceda con quienes lo lean. Y surgen interrogantes…

¿Es en verdad una historia completa?

Carlos utiliza muy bien espacios de  tiempo determinados que obliga a repreguntar aunque no se hallen respuestas. O surjan muchas. Concebido en 5 días,  nos intima a navegar en las ondas de la música, de un punto histórico que sí, o sí,  no hay que olvidar. Pudo haberla vivido, o no, pero independientemente de ello, hay un excelente trabajo de investigación histórica escrita con  visión filosófica.

 ¿Es una historia en sí misma, una autobiografía, un sueño, o muchos de ellos?

¿Un hombre que sueña que alguien lo sueña?

¿Los tigres son los de Borges, la ceguera es idéntica cantada por la banda Invisible, Spinetta, Cerati o los Pericos?

¡Influyeron en él de la misma manera Pastoral (Miguel Ángel Erausquìn), Almendra, Pescado Rabioso o Carlos Mellino del Alma y vida?

¿El reclamo desde el tema musical es al autor del Alhep  que nunca escuchó la hojarasca crepitar?

¿Lo absurdo de ofrecerte los libros y a la vez, la noche? La inmensidad de las bibliotecas para no verlas.

Hay una búsqueda constante que solo se vislumbra.

 ¿Se vislumbra al final?

El tiempo. Segmentado, no continuado aunque sí preciso. Constituye un espacio de memoria donde entran también los años oscuros, o los de plomo que tantas vidas costara a nuestra patria.

 ¿Hay una deliberada intención de una selección memorística de aquello que se desea recordar?

No.

Existe una mezcla geográfica de personas, gustos y sabores que son el producto de alguien que  vivió o navegó a mares en recónditos anaqueles. Quizás viajó en persona. 

El autor no hace una descripción de lo que puede llegar a ser, buena o mala memoria. Nos hace recorrer países donde se desenvuelven mezclas culturales en busca del amor o la felicidad en diferentes personajes. Y lo revive a nuestro Sensei, el conocido Girala Yampey a quien recuerdo de tantas charlas en el Café El Mariscal.

En una época global donde casi todo lo vinculado con la memoria acaba en cualquier link, muchas veces por comodidad; Carlos nos aleja de eso por un breve lapso de lectura.

 Y eso, no es poca cosa.

Lo que demuestra que la memoria aún nos acompaña separada de las maquinarias virtuales que mañana serán vetustas aunque guarden todo en un rígido. Borges lo expresa mejor: “somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de sombras inconstantes, ese montón de espejos rotos”

Podría acercarse, Coria García en su prosa, al ruso Vladimir Navokov en “Habla, memoria”, pero se aleja y no tiene la pretensión de parecerse a Neruda con su “Confieso que he vivido” menos dice “soñar despierto” como Martí. 

Coria García tiene un estilo propio, se diferencia desde sus análisis sesudos hasta con cualquier contemporáneo. No todos logran eso.

Ha encontrado lo que muchos buscamos toda la vida, tener una cualidad particular y con ingenio y  talento hace el resto, aunque seguramente tiene cientos de preguntas aún sin respuestas. Por eso quizás siempre repite, que la vida, es una gran pregunta.

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