Miércoles 22 de Marzo de 2023

Hoy es Miércoles 22 de Marzo de 2023 y son las 10:46 - Detuvieron a 2 abusadores que atacaban en el subte / Desde la cárcel, Milagro Sala brindó un discurso para un acto del partido de D'Elía / Los 28 puntos destacados del informe "El estado del Estado" / Emotivos homenajes a Muhammad Alí en las calles de Estados Unidos / Jonás Gutiérrez: "Messi es un genio, siempre lo da todo" / Hay tres sospechosos de violar y estrangular a un chico en Santiago del Estero / El oficialismo celebró la suspensión de Ricardo Echegaray de la Auditoría General / Lionel Messi, prácticamente descartado para el debut ante Chile / Otra jueza dictó un amparo contra el aumento de tarifas / Mauricio Macri "está bien de salud", tuvo reuniones en Olivos y el lunes retomará su agenda / El emotivo recuerdo de Storani sobre su hijo: "Él enseñaba a ser un buen padre"  / Cristina Kirchner publicó un análisis de su hija Florencia sobre la marcha #NiUnaMenos / Cristian Ritondo recibió el alta médica tras cinco días de internación / Roland Garros: el argentino Gustavo Fernández se coronó en tenis adaptado / Corrupción en Brasil: Marcelo Odebrecht entregó USD 3.400.000 a la campaña de Dilma Rousseff / ¿Como sería tu vida si te sintieras apoyado incondicionalmente? / La española Garbiñe Muguruza derrotó a Serena Williams y se consagró en Roland Garros / Perú derrotó a Haití y empezó el torneo con el pie derecho  / El papa Francisco aprobó el proceso para expulsar obispos por casos de pedofilia / Paraguay no pudo con Costa Rica en su debut en la Copa /

  • 20º

ACTUALIDAD

11 de junio de 2018

Un libro de regalo, a sabiendas que no lo vas a valorar.

Así como escuchas (en verdad sería así como lees, dado que uno siempre puede saber que dijo otro, pero nunca que escucho), te lo dice quién vive de escribirlos, en el mes en donde se colma el paroxismo perverso de hacer fetiche, de cosificar, la herramienta, el instrumento libro, para que lo consideres algo sacro, aburrido, acodado en una biblioteca pletórica de telas de araña y humedad. Las mismas palabras, que se usan para convencerte de lo contrario, te las muestran al revés, para que traiciones tu humanidad y solo obedezcas, quién sabe qué o a quién. Sin embargo, te tengo fe, por ello te dejo mi último libro, gratis, sin que lo tengas que comprar, para que hagas lo que quieras con él.

Una de las últimas trampas, del camino minado, del apostolado diabólico al que debe sobrevivir quién se dedique a las letras, en una comarca norteña de un país marginal, en donde sobreabundan el calor y la pobreza, es  el desapartarse del sendero que lo conduzca a la hoguera de vanidades, de esa misma sociedad, que enferma de su sectarismo y de su impostada vanagloria, lo querrá comprar con cucardas de papel, con trofeos de algodón.

En tal funesta operatividad, lo pretenderá ensalzar con su peculiaridad gastronómica, lo rellenará de almidón de mandioca, y lo meterá al horno, presto para la chipaceada, como en nuestra realidad parroquial, la que destinará por unas horas, la cohorte de los medios asociados, que lo suben al falso pedestal, en donde mueren los ídolos de pies de barro.

La occidentalidad nos sigue timando, a los escritores, nos encerró en el objeto libro. Lo creemos indispensable, asociado a lo que decíamos, a las presentaciones, a las caricias, a todo aquello que supuestamente legitima y reconoce, pero que no hace más que socavar el alma que debiera preservar un escritor.

A lo único que debe estar sujeto, en su condición de tal, quién escriba, es a  las palabras que oportunamente pueda articular. Todos los objetos, que se hayan constituido en falsos clichés, en apotegmas de su propia desidia, como el libro, deben ser material de prescindencia.

Los negocios de la industria cultural, que hacen que los libros los escriban tristes académicos, a la sombra y bajo sueldo, para que celebridades les estampen sus firmas como autores, y para que sean replicados en ferias de la inconsistencia, no hacen más que banalizar el libro, y por sobre todo, pretender matar las palabras pensadas.

Soplarle el ego, a los más tristes aún, escritores pueblerinos que aburridos de sus profesiones que fungen como el presidio de los mandatos de los que no pudieron escapar, o atosigados por problemas psicológicos irresueltos, mediante reconocimientos fútiles, en el vodevil de las presentaciones a las que nadie asiste por interés real en la palabra escrita, sino por el imperativo moral de lo familiar, lo amistoso o lo social, es seguir en la intención criminal de matar la palabra.

Yo le entrego, este sexto libro, al que usted podrá acceder a él mediante un solo click. En mi condición de tal, realice lo mío, usted, como nadie sabrá qué hacer con este obsequio.

Por Francisco Tomás González Cabañas.-

N / R: En el link de abajo, haciendo un click, usted podrá acceder a la última obra que obsequia el autor, en archivo de pdf.

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, s�� el primero en escribir uno!