El término nomenklatura define una elite de la sociedad de la extinta Unión Soviética --y por extensión, a la del resto de los países del bloque comunista, formada casi exclusivamente por miembros del Partido Comunista de la Unión Soviética que tenía grandes responsabilidades como grupo humano encargado de la dirección de la burocracia estatal, y de ocupar posiciones administrativas claves en el gobierno, en la producción industrial y agrícola, en el sistema educativo, en el ambiente cultural, etc., obteniendo usualmente grandes privilegios derivados de la ejecución de dichas funciones (Wikipedia).
Desde hace siglos que se asocia el ajedrez con la práctica política. Más cuando son dos facciones las que se disputan el poder en un terreno determinado y sí dentro de las mismas, asoman con claridad dos líderes que combaten palmo a palmo, por intermedio de un tablero y un puñado de piezas, con reglas más o menos consensuadas o establecidas. La gobernación de Corrientes, se dirimirá, producto de la disputa lúdica-política, de dos sujetos que no se sentarán en el sillón de ferré, pero que definirán, claramente, quién lo hará. En plena batalla por definir las fechas y la cantidad de elecciones (al punto que llevaron al campo de la justicia esta pelea) o por las reglas de juego para disputarse el poder, el contendiente que aspira a arrebatarle el poder, a quién lo ostenta desde hace casi veinte años (per se o por interpósitas personas), ha logrado, traducir, que se note, que se visibilice, uno de sus gambitos más audaces, en el que puso esfuerzo y dedicación desde hace tiempo.
Así definía los regímenes bajo la férula de la ex URSS, Bogdan Denitch (“Son los grupos dominantes los que valiéndose de un unipartidismo de facto, detentan el poder político, social y económico…antes que señalar como una aberración la justifican como la evidencia de un racionalismo serio, además aunque merced a una adecuada formación política y académica fomentan la participación de las masas-normalmente las rurales o bien las urbanas que no pertenecen a la clase obrera, estás se hallan excluidas del ejercicio del poder como tal…importa sobre todo que se abstengan de promover instituciones u organismos independientes”. Denicht, B. “Más allá del rojo y verde”. Siglo XXI, Editores. Pág. 90-91. México. 1991) y pensar tal caracterización como parte de la historia es un craso error, no sólo por la actualidad política en donde los muros vuelven a ser pensados como un salvoconducto hacia algo positivo, sino que sobretodo porque en la obra del sociólogo citado, la comparación con el occidente liberal democrático, que prevaleció tras la guerra frío, la politocracia, que supuestamente había sido vencida, se inoculo allende el lado del muro triunfador. Lo único que varió, como metodología, no como finalidad, es que en vez de partidos únicos, existen, multiplicidad de expresiones que no llegan a ser manifestaciones ideológicas o de contenido político filosófico, o de representación de proyectos, sino meros instrumentos de facciones de poder que se lo disputan como un botín, como en tiempos prehistóricos.
Cuenta Manuel Campuzano en su libro “La excelencia desde el liderazgo” que, al llegar a la costa Fenicia, Alejandro Magno observó que sus enemigos le triplicaban en número y que su tropa se veía derrotada antes de pisar el campo de batalla. «Cuando regresemos, lo haremos en los barcos del enemigo». Alejandro Magno desembarcó e inmediatamente mandó quemar todas las naves. Cuenta Campuzano que mientras su flota ardía, el líder macedonio «reunió a sus hombres y les dijo: Observad cómo se queman los barcos... Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por el mar. “Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos”».
Transitando la etapa final de los cabildeos dentro del espacio político gobernante, quiénes podríamos integrarnos en el mismo, ampliando la base de sustentación y reforzando el ideario de que ECO es Corrientes, creemos indispensable, dar a conocer nuestra posición política, nuestra perspectiva de cara la ciudadanía, por intermedio de los comunicadores y la comunicación, dado que consideramos una experiencia que se debe sepultar en el olvido la de hacer política en círculos áulicos, en mesas chicas y cerradas, en donde la decisiones se toman entre pocos iluminados y se las ofrecen a la ciudadanía como si fuese un producto impermeable, un combo imposible de modificar y más luego, posiblemente y por esa característica, muy difícil de digerir.
En la inveterada búsqueda de encontrar la partícula esencial, el momento cero, o lo que sería lo mismo, que ocurre con nosotros en el después, por los caminos de la ciencia, nos hemos topado con este código que resguarda información genética y que se constituye en indispensable para la continuidad de la especie, generando la dinámica de lo hereditario. Culturalmente, de hecho se lo usa hasta en la actual fiesta del Chamamé, es sinónimo de autenticidad, de veracidad de raíz, de pasta como substrato de elementos (o conceptos) en donde anida lo bueno, lo bello y lo justo. Claro que como elemento publicitario posee un impacto muy fuerte el acendrar campañas bajo este yugo (hacerlo desde lo racional sería una suerte de nazismo de avanzada, dado que propondría que existen ADN puros o más puros o que poseen rasgos más valiosos o bellos o encantadores que otros) a nivel comunicacional, además funciona excelente. Es extraño, sin embargo, que en el reinado de este relato, el amanecer no haya llegado al campo de la política, es màs si se lo piensa un poco, el ADN político, por alguna razón (seguramente el fracaso de la clase política tradicional en la primavera democrática) resulta nocivo o rechazable.
“La democracia y el desarrollo económico y social son interdependientes y se refuerzan mutuamente. La pobreza, el analfabetismo y los bajos niveles de desarrollo humano son factores que inciden negativamente en la consolidación de la democracia. Los Estados Miembros de la OEA se comprometen a adoptar y ejecutar todas las acciones necesarias para la creación de empleo productivo, la reducción de la pobreza y la erradicación de la pobreza extrema, teniendo en cuenta las diferentes realidades y condiciones económicas de los países del Hemisferio. Este compromiso común frente a los problemas del desarrollo y la pobreza también destaca la importancia de mantener los equilibrios macroeconómicos y el imperativo de fortalecer la cohesión social y la democracia”. (Artículos 11 y 12 de la Carta Democrática Interamericana, 11 de septiembre de 2001).
Si bien los investigadores dan por mera ficción la existencia de tal organización fraternal, lo cierto es que la misma, subsiste como mito, consolidándose mediante el libro y luego la película, “El Código Da Vinci”. La historia versa acerca de una facción vanguardista, que operando en las sombras (es decir sin dar a conocer de forma fehaciente y específica sus objetivos) pretende objetivos políticos, sociales, religiosos y culturales, o persigue finalmente un objetivo de poder. En nuestro norte, en donde el calor es tan pavoroso como la ausencia de estadísticas serias que contemplen los alarmantes índices de pobreza, marginalidad, como de dependencia asfixiante del aparato estatal, la falta de libertad política producto de los padrones inflados en donde se hacinan quiénes pretenden la libada que los salve de la miseria, vamos inercial y cobardemente a una nueva elección, o simulación de la misma, en donde el Priorato, se apresta a consagrar a uno de sus ungidos (está es la verdadera elección, la verdadera disputa que se está librando, el orden de jerarquía de los integrantes del clan)por sobre el otro grupo que en su ejercicio opositor, más que trabajar para la representatividad del pueblo, lo que hace es legitimar y validar el juego perverso en donde no menos de 200 personas, ocupan todas y cada una de las áreas principales del estado, para a partir de esos lugares repartir las migajas sobrantes a una segunda línea que pone su cuerpo, su esfuerzo y su sacrificio, para que la muchedumbre restante no termine pateando el tablero, al mejor estilo bíblico, cuando Jesús hecho a los Mercaderes del templo.
Francisco Tomás González Cabañas, próximo a publicar su sexto título, el ensayo “La democracia desiderativa o en la reescritura de otras reglas de juego”, detalla pormenores de su obra que será comercializada tanto en América como en Europa, arriesgando que “son los últimos estertores, en todo occidente, de la democracia tal como la conocemos, el cambio de paradigma, curiosamente, no conllevará una violencia inusitada como se espera o se cree de los cambios profundos o de las revoluciones, sino una asimilación, lenta, progresiva, pero total, que la humanidad, necesita, a riesgo de exterminio, organizarse bajo otros parámetros que no sean los actuales”. “La democracia ya nos ha dado todo lo que nos podía dar” finiquita el intelectual Argentino.
Coincidamos o no con la apreciación, estemos o no de acuerdo con ella. Le tengamos aversión, pavor, respeto o devoción. Veamos por la hendija de nuestras cerraduras, movilizaciones que la confirmen o un vacío que nos ponga en duda. La revolución está en marcha, en un proceso que se ha iniciado hace tiempo en nuestras democracias occidentales. Repasar de qué trata la misma, muy diferente a las anteriores en sus conceptos como metodología, y ver a lo que apunta, es el sendero obligado, para tratar de prever hacia donde iremos con ella.
Girala Yampey, uno de los intelectuales más lúcidos de esta parte del globo, explica, diserta, alecciona, comenta, acerca del eje conceptual Guaraní de la “Tierra sin males” tan parecida, como distinta a las diversas cosmovisiones que describen el mundo. La autenticidad del sentir y el pensar traslucida en los términos expresados por Yampey, se constituyen en un cantar filosófico, en una poesía del pasado como piedra basal o eje de un oráculo destinado a hacernos más llevadero el futuro.
Dicen que del selecto café de Gorlero, en Punta de Este, al vernáculo del Guaraní, vía el teórico engominado se dispersó, como reguero de pólvora, lo que dan en llamar el armado a la Misionera (por la sucesión poco traumática en el frente gobernante y por la figura de “consiglieri” de otro ex mandatario, como amo y señor del legislativo) que entronizaría al cachorro predilecto de Ricardo, junto a otro selecto, en este caso de la renovación. Democracia a la correntina y jaque mate a la posibilidad de otra cosa.
Tal como el sol, como el mismísimo Dios, el principal elector de la provincia, no dejo de ser protagonista en su ausencia estival, cuál domingo de descanso para el creador. Tuvo su propio Judas, que sigue negando, por tercera vez que lo traicionara y todos continuaran pendientes de su salomónica decisión que dejará en armonía la provincia con el aire fresco y la luz mala, al menos hasta que se elija, si continuaremos en el reinado de quién cada cierto tiempo, plebiscita su gestión, y cada determinados períodos, como ocurrió con su primo, debe delegar la poltrona del poder, tal vez para probarnos en nuestra fe.
Sí no resultara ofensivo, que en plena provincia con los índices más elevados, tanto de marginalidad económica, social, como precariedad laboral, expresiones continuas, como desopilantes de la reverberación de la cultura machista, del encumbramiento de los machos alfa en la toma, disputa y reparto del poder como botín de guerra, de que la energía siquiera alcanza para tener los aires acondicionados prendidos para mitigar los cincuenta grados a la sombra (la revolución forestal de la que dicen ser protagonistas, se lleva árboles como poder de absorción de las tierras, haciéndolas más inundables, y las ganancias, para ellos, como las vaquitas y los granos de arroz exportados) podría resultar tolerable, o dejar pasar, sin decir nada al respecto, que la señora a cargo de los reinados, nos hable, muy suelta de cuerpo, como de ideas, del acervo cultural que expresa el reinado del chamamé, objetado explícitamente por una agrupación de género, arguyendo que la misma avala la cosificación de la mujer.
La obra del ensayista Correntino, Francisco Tomás González Cabañas, “La democracia desiderativa” aún en trabajo de edición se presentará en calidad de adelanto en el marco del festival “Esquina esta de Arte” en la sureña Ciudad Correntina, este viernes 13 de enero, a las 19 horas en la escuela Normal. En dicha oportunidad, se presentará también el último trabajo editado del intelectual “La democracia incierta”.
¿Acaso la democracia occidental que nos hemos forjado, no continúa conceptualmente, con los principios básicos del nazismo, que creíamos derrotado, con la cuestión migrante, con el cerco galvanizado en los inicios geográficos de Europa, pese a que los de afuera mueran en persecuciones, en archipiélagos de excepción y naufragios?
“La confusión hace su trabajo y gana espacio. La proliferación es directamente proporcional a la indiferenciación.” Escribe Claudia Schvartz en el prólogo a unos textos de Artaud que en un pasaje dedica su escrito de la siguiente manera: “Que la muralla espesa de lo oculto se hunda de una vez sobre todos esos impotentes charlatanes que consumen su vida en admoniciones y vanas amenazas, sobre esos revolucionarios que no revolucionan nada”. Nosotros deberíamos cambiar la caracterización de revolucionarios, por la de comunicadores demócratas que no democratizan nada, censurando las críticas constructivas que se le realizan a la democracia, para mejorarla, consolidarla, enaltecerla y jerarquizarla.
En las últimas décadas, o en verdad desde siempre, producto de la inveterada costumbre del ser humano de desear aquello que no puede ser, se viene sosteniendo que necesitamos, dar un giro, acerca de nuestras perspectivas de cómo somos y estamos respecto al mundo. El término romántico, y su propia historia no tan romántica, de revolución, asoma en cada acción que se propone modificar en nombre del bien común. Hasta incluso, esa misma revolución se llevó a cabo en el campo semántico, el término, se modificó a cambio. El cambio, siempre para una teleología que considera un tipo de bien, es casi el imperativo categórico de nuestro tiempo.
Tanto la Declaración de los Derechos Humanos como la Convención Americana son claras y explícitas en cuanto a sostener el principio de presunción de inocencia. Acendrado en máximas del derecho como “in dubio pro reo” y “onus probandi” la consagración de esta formulación metodológica (dado que no deja de ser tan solo esto mismo) del derecho a la defensa, surge como reacción a un estadio anterior en el campo del derecho penal, en lo que se dio en llamar el proceso inquisitivo. Transcurridos siglos de aquel entonces, y tras los desequilibrios que producía el uso y abuso del mecanismo modificado, de un tiempo a esta parte (luego de las aberraciones que Occidente perpetró sobre sí mismo en la segunda guerra mundial) consideramos, en el campo del funcionariado político (exclusiva y excluyentemente al que accede haciendo uso de la soberanía delegada o del sistema representativo, mediante lo electoral) que se reinstaure lo que se dio en llamar “juicios de residencia” que consistía en precisamente lo contrario de lo que se sostiene en cuanto a la presunción de inocencia. Partimos de la base, de que lo normal, es decir sobre lo que actúa el derecho, se modificó ostensiblemente, en cuanto al gobierno, la comandancia de la cosa pública. El sujeto pasible de esta modificación sustancial del principio de inocencia que se plantea, es única y excluyentemente el político que habiendo accedido a su condición de tal, por voto popular, meses antes de terminar su faena, será considerado culpable de la figura legal de “democraticidio” en tanto y en cuanto, ante el proceso de su defensa, que tendrá las garantías de siempre y por ende inmodificables, demuestre lo contrario.
La revista “Tehura” editada por la Asociación Cultural Iberoamericana, con sede en Madrid, España, en su número 9 (es de periodicidad anual) publica el artículo del ensayista Correntino, Francisco Tomás González Cabañas, “Redefinición del contrato social”. La revista es reconocida en el mundo cultural occidental, tanto de la filosofía como de la sociología, por el celo intelectual con el que revisan los artículos, y para el autor es la undécima publicación a nivel internacional que difunde sus manifiestos teóricos. González Cabañas, este viernes 13 de enero, presentará el adelanto de su próximo obra “La democracia desiderativa” en la muestra “Esquina esta de Arte” en la ciudad del sur correntino.