19 de marzo de 2017

Suben las acciones de Perucho Cassani.

En esta actualidad narcotizada y en donde la clase dirigente le debe explicaciones a una comunidad que ha quedado poco más que a merced de las bandas internacionales más sofisticadas del tráfico de sustancias, la entereza de los políticos locales estará en un nivel de prueba del más alto nivel de exigencia. A semanas de las elecciones múltiples y varias, el trabajo progresivo, pormenorizado, criterioso y sólido del Presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia, empieza a evidenciarse con un esplendor “in crescendo”. Son cada vez más, los que señalan que sí “Perucho” logra articular una muy buena táctica electoral, será quién secunde al radical que oficiará como sucesor en Eco y posiblemente en la provincia.

Tal como expresan los no peronistas, o los anti peronistas. El peronismo es el problema, pero por ello mismo, el peronismo debe ser parte de la solución, de lo contrario el problema seguirá estando presente, sea en acto, o en potencia.

Esto parece estar entendiéndolo Cassani a la perfección. A diferencia del actual a quién podría suceder, que se disfrazó ordinariamente de Peronista, y que sea uno de los que tal vez, estén complotando contra su propio gobierno (¿o es casual que los señalados por el Gobernador, como responsables del burdo operativo de prensa con el mapa del delito, sean, tanto el dueño de unos de los diarios donde sale siempre y que título que le marcaba la cancha al número uno, y el otro quién le armaba hasta ayer, es decir hasta no hace mucho, sus gacetillas de prensa?) el Goyano, quién representa también esa cadencia del hombre del interior, habla con la claridad de sus convicciones, con el conocimiento de un hombre culto, leído, formado intelectualmente y sin temor a la actualización del conocimiento, construye desde una perspectiva que ninguno de sus primus interpares lo viene haciendo.  Desde la iconografía de sus actos, del uso del micrófono, de la posición que ocupa en las gradas, Perucho no se muestra distinto, no imposta una diferencia. Perucho, ha comprendido, así lo expresa en sus discursos, que producto de tanta falta de profesionalismo, de tanto codazo imprudente, de tanto vacío nimio, sectario y pequeño, la democracia está arrinconada, en un lugar de sumo peligro o al menos fragilidad.

Perucho es previsible, pero no por ello cerrado. Perucho no saldrá mañana a decir que su abuelita era peronista y que él un poco lo es. Pero sí, Perucho podrá mañana poner un peronista en sus listas expresando que aprenderán del concepto de justicia social, del 14 bis y de la inclusión como política de estado.

Perucho, sí es que resuelve, como si fuese poco enfrentando aspectos muy crudos como la pérdida de uno de sus colaboradores más lúcidos, estas cuestiones tácticas y estratégicas, no sólo puede prestar un gran servicio, a su partido, a su alianza, sino también a su provincia, a la institucionalidad misma.  

Perucho puede ser la bisagra, entre todos aquellos que están dentro (no por ello maneja, modernizando y mejorando la cámara baja, desde hace un tiempo, con destacable prolijidad) y los que pretenden estar afuera, que lamentablemente cada vez son más y con menos paciencia.

Perucho no pidió estas palabras, pero se las merece largamente. Tal vez como la vicegobernación. Tal vez como un primer paso, un inició de la recompostura del tejido social, del contrato social, del vínculo entre representantes y representados.

 


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