“Mentes débiles”.

De acuerdo a lo que expresan conocedores del mundillo político, el gobernador en su discurso de la costanera, donde acuño la expresión que usamos de título, se estaba refiriendo a este movimiento, político-mediático que se generalizaría horas después. Los que ven más allá, afirman y recontra afirman, que vieron encuestas del ahora demócrata, autopostulado segundo, o secundando ahora al principal opositor, Camau, mediante un consultor porteño que comparten desde hace años y bajo el análisis de otro amigo en común, empresario-político y conocedor como pocos del peronismo y la política, amado, como odiado pero por todos, respetado o incluso temido. Este es el hombre, que nosotros adelantamos hace meses, está disputando verdadero poder con el gobernador, y fue señalado en ese discurso como uno de los hábiles que trabaja sobre mentes débiles y que tuvieron que ver con la debacle institucional del año 1999.
Ahora se entiende mejor, que le hayan robado (en términos políticos, como dice algún senador que habla de degüellos en sentido político) un dirigente al gobernador no es problema, el problema es el rol institucional que le queda ocupar por unas semanas más, y por obra y gracia en verdad al propio gobernador que decidió comerse el relato, del ingresante de la mano del funcionario de la dictadura, de que provenía del peronismo y de la filosofía de la justicia social.
Como le salió esa vez (que le compraran su disfraz peronista para que lo ungieran democráticamente por el dedo) se creyó más de lo que fue. Desde la elección misma inició una serie de errores crasos y rotundos. Puso a su segundo, liderando una colectora (pretendiendo disfrazar a su runfla como peronista también) perdiendo por un puñado de votos la posibilidad de meter un legislador y mostrando su escasa fuerza electoral y de votos. Más luego jugó con el equipo perdedor en la nacional, no firmó la alianza cambiemos y como última ráfaga de su intento desesperado por torcer un destino marcado a fuego por sus engreimientos fatales, pretende disfrazarse y con ello, por eso usa el medio de la solicitada, confundir, arremolinar la realidad de su espacio político, como la política en general, como para quedarse con algún rédito, como los que viene teniendo hace quince años.
Los que conocen al gobernador, saben que no hesitará en cortar por lo sano. Lo expreso públicamente y actuará en consecuencia. Los hábiles desestabilizadores le tomaron alguno de los suyos de mentes débiles, y por ende, tendrá que accionar, con grandeza y decoro institucional, pero también con firmeza política y mediática. No son tiempos para temas no serios o personas no serias, como también caracteriza el gobernador frecuentemente. La fortaleza democrática se pone en juego ante estos usos para conveniencia de alguno que se cree más vivo que todos. Cómo la libertad de hombres políticos, cuando la política no puede resolver civilizadamente sus temas cruciales, se pone en riesgo. El gobernador sabe y hará todo lo que este a su alcance y más, para que nadie, por acción responsable o irresponsable, o por inacción, ponga en riesgo la democracia y la libertad.
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